Capítulo XXVII

8 0 0
                                    

Yattak caminó junto a Weathla por los pasadizos de las cuevas, iluminando el camino con la Skrall.

-Mira detrás. -dijo aquella voz susurrando.

Yattak decidió hacerle caso y se giró para mirar atrás, donde pudo ver al mago brujo escondiéndose en la oscuridad para no ser visto.

-¿Mago brujo? ¿Eres tú? -preguntó Yattak.

El mago salió e intentó hacer como que no se había escondido.

-Em... Sí, te estaba siguiendo para comprobar que estuvieses seguro ante Jatillah. -contestó el mago.

-Miente... Mátalo. -ordenó la voz.

Yattak negó con la cabeza mientras su brazo se levantaba involuntariamente. Sus ojos se volvieron de un tono rojizo de nuevo y sin darse cuenta, avanzó hasta el mago brujo y trató de atravesarlo, pero el mago formó un escudo invisible a su alrededor.

-¿Qué crees que estás haciendo Yattak? -preguntó el mago brujo extrañado.

-Vengarme de tí, vengarme de cuando ayudaste a las fuerzas de Throndill a detenerme, ¡Mago desgraciado! -contestó Yattak con la voz de aquella extraña presencia.

Después, mientras el mago trataba de saber que era a lo que se refería Yattak, este lo atravesó con la Skrall y lo aturdió durante unos segundos mientras Weathla relinchaba. Este cayó al suelo, y Yattak se alejó junto a la yegua, aprovechando que se iba para poder curarse poco a poco la herida y evitar la muerte. Yattak llegó a los pies del gran volcán, y de encontró con unas largas escaleras de piedra que llevaban hacia la entrada al volcán. Este se fijó en un pequeño ogro que había jugando con unas hormigas al lado de la escalera. Miró a su alrededor para ver si podía divisar al padre o la madre, pero al no ver nada, decidió subir las escaleras rápidamente y dejar al ogro atrás. Al llegar a la entrada, la observó, aún con los ojos de color rojo, y decidió entrar sin rodeos. Al entrar, Yattak pudo ver a un hombre alto y con la piel de color grisáceo y su mano derecha de color rojo brillante. Al darse la vuelta, Yattak lo reconoció inmediatamente, estaba frente al mismísimo dios de la muerte, y ni siquiera estaba temblando, como lo estarían muchos.

-Garenthol me avisó de que venías, debes de ser Yattak

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Garenthol me avisó de que venías, debes de ser Yattak. -dijo Jatillah dándose la vuelta y mirando a los ojos a Yattak.

-Tu aprendiz te informó bien. -aseguró este con la Skrall en la mano y sonriendo de medio lado.

-¿Te contó que era mi aprendiz? En cuanto lo vea tendré que regañarle, era un secreto. -dijo Jatillah sin moverse mientras Weathla miraba a Yattak con desprecio por haberle hecho eso al mago brujo.

Historias De Throndill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora