𝙁𝘼𝙍 𝙁𝙍𝙊𝙈 𝙃𝙊𝙈𝙀 ➥peter parker [CORRECIÓN]

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𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖 𝙃𝙖𝙧𝙧𝙮

—Ordenamos pizza. —habló Ned con entusiasmo. —¿Quieren? —preguntó señalando las cajas.

Le di un viztazo rápido a la entrada para darme cuenta que Michelle y Amelia llegaron y nos miraban a todos sentados en la mesa comiendo, hasta Strange y Eddie estaban.

Amelia cerró la puerta y lanzó su bolso al sofá más cercano.

—No gracias, ya cenamos. —informó Michelle haciendo lo mismo.

—¿Ustedes? —preguntó Peter incrédulo.

—Sí, esas albóndigas de la avenida 6 estaban muy buenas. —respondió MJ mirándola en señal de confirmación.

—Sí, estaban buenas —afirmó Amelia sin darle tanta importancia. Parecía estar concentrada en otra cosa pero yo en este momento estaba concentrado en una rebanada de pizza.

Era como la cuarta que me comía, y a juzgar por como me mira Strange de seguro parecía algo cercano al monstruo come galletas.

Escuche unos pasos que atravesaron la sala y sentí de pronto una respiración cerca de mí nuca que me hizo dejar de masticar.

—¿Puedo hablar contigo? —me susurró Amelia inclinada mientras los demás seguían en lo suyo.

—¿Conmigo? —pregunté confundido y con la boca llena.

—Sí. —me volvió a susurrar algo impaciente.

—¿Pero por qué? —le cuestioné y me pase aquel trozo de golpe.

—Solo ven. —me jalo de la manga del suéter mientras yo soltaba uno que otro gruñido pero ya todo resignado me dejé arrastrar por ella.

—¿A dónde van? —preguntó Strange atento.

Yo sólo había encogido los hombros en una señal de: Quién sabe.

Me fijé de reojo que Michelle nos miraba confundida mientras tomaba lugar junto a los demás, ellos también parecían no entender nada.

Al fin llegamos a una de las habitaciones principales y ella cerró la puerta de forma apresurada.

—Bien, ya estamos aquí. ¿Qué pasó? —pregunté impaciente por volver a la mesa y seguir comiendo pizza.

Ella parecía tener un conflicto interno o algo así porque no hablaba sólo me miraba esperando algo, después se mordió su labio inferior algo abrumada y eso solo me confundió más.

—Harry. —habló al fin en voz baja.

—¿Eu? —le pregunté todo confundido.

—¿Es qué... ?. —se interrumpió.

—¿Es qué, qué?. —hablé pero me di cuenta que sus ojos se habían puesto llorosos.

Wey no....

Pero fue tarde porque Amelia se había soltado a llorar como cuando liberas el corcho de una botella, mientras me envolvía en un abrazo que de seguro me costaría un dolor de espalda más tarde.

—Mmhhm, sí Amelia, yo también te quiero. —le dí unas palmadas en la espalda sin saber muy bien que hacer cuando una chica llora.

Amelia levantó un poco su cara de mi suéter para hablar y según ella me dio una gran descripción pero no se le podía entender nada por los sollozos.

Ay Jaydensito, ¿Dónde estás cuándo se te necesita?.

—Amelia. —le hablé apartandome su cabello de la boca con una mano. —No sé de qué hablas.