Capitulo 10

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Al día siguiente Temo fue dado de alta, sus quimioterapias comenzaban la siguiente semana. Llegó a su casa acompañado de Pancho y Ari, al entrar vieron a los niños correteando por toda la casa quienes apenas notaron la llegada de su hermano.

-¡Ven a jugar Temo, es tu juego favorito!- dijo Lupita.
-Gracias Lupita, pero no quiero jugar- dijo Temo sin mucho ánimo.
-Andale Temo, no seas amargado- dijo Julio.
-Julio, tu hermano ahorita no puede jugar- dijo Pancho.
-Papá, estaré en mi cuarto descansando ya que tienes que contarles lo que me sucede a los niños. ¿Me acompañas Tahi?
-Claro que si Tahi.

La pareja se fue hasta el cuarto sin decir nada, Temo se sentó en la orilla de su cama con la mirada pérdida. Aun no podía asimilar lo de su enfermedad.

-Aquí estoy amor- dijo Ari agachándose a su altura y tomándolo del rostro con delicadeza.
-Ari, ¿me vas a seguir amando con esta enfermedad?- preguntó Temo.
-Con o sin enfermedad te seguiré amando Tahi. Pronto se te comenzará a caer el cabello y perderás pero, pero para mí seguirás siendo el novio más hermoso.

Alyster entró a la habitación y se subió a la cama acostándose a un lado de Temo, este lo acarició. El can se sentía triste por la enfermedad de su amo que no quiso alejarse de él ni un solo segundo.

-¿Y si te lo llevas a tu casa por unos días?- dijo Temo-. No quiero que por mi enfermedad se sienta triste y no quiera comer.
-No Tahi, aunque Alyster sea nuestro hijo él debe quedarse aquí contigo- dijo Ari-. Si lo alejo de ti su tristeza será mayor, yo vendré a verlos seguido.
-Acuestate aquí conmigo y abrazame.

Ari sonrió y se acostó a un lado de su novio abrazándolo, sabía que en ese momento lo necesitaba más que nunca. Había mucho silencio pero ellos disfrutaban de su compañía y su amor.

-Tengo mucho miedo Ari- dijo Temo.
-Todo va a salir bien Tahi- le dijo con dulzura-. Yo también tengo miedo, pero si escuchamos a nuestro corazón todo saldrá bien. También confiamos en que los doctores harán bien su trabajo.
-Tienes razón Tahi, todo saldrá bien.

Los dos se quedaron abrazados un rato más en completo silencio hasta que Temo se quedó dormido. Ari lo acomodó sobre una almohada y lo arropó con una cobija, lo miraba con tristeza mientras acariciaba su cabeza.

-Descansa mi amor, te prometo que todo va a mejorar- le susurró.

Ari le dio un beso en la frente y salió del cuarto para irse a su casa.

Fiel a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora