Una semana pasó desde la visita del sheriff en la cual no salí de mi habitación más que para comer y cuidar a Nathy cuando papá salía a trabajar. Había pensado en todo lo ocurrido desde el día del accidente. En mi mente conectaba las imágenes que nos presentaron a mi padre y a mí esa mañana. Los dolores de cabeza eran constantes. Sé que su origen radica en que estaba sobre pensando demasiado las cosas, pero no podía evitarlo.
Esos días me sirvieron para mejorar mi ánimo, ya me sentía un poco mejor, sin embargo, aún no desistía de mi idea de ayudar con la investigación. Era algo que necesitaba hacer.Por las noches además del accidente, regresaba a mi mente aquel extraño que se me acercó en el cementerio y compartió por un breve momento mi dolor. A veces me preguntaba quién era y de dónde había salido.
Me encontraba ese día en la cocina preparando el desayuno para mi hermana ya que por lo general lo hace mi padre, pero había salido muy temprano porque lo llamaron del trabajo. Nathy, estaba sentada en un banco frente al mesón, su mirada perdida en algún punto del mesón y el inquietante vaivén de sus piernas me indicaba que estaba nerviosa.
—¿Quieres comer ya?—pregunté, sosteniendo un bowl lleno de fruta fresca.
Negó con la cabeza sin mirarme, se bajó del banco y se fue a acostar al sofá.
Me costaba lidiar con ella. Soy su familia, pero ella no presentaba mejoras desde lo de mamá. Papá creía que todo el progreso iba en picada desde entonces, pero se negaba rotundamente a tan siquiera considerar la opción de internarla en algún establecimiento donde la puedan ayudar con su condición. Creo que en parte se debe a que ella es tan parecida a mamá y eso representaba un consuelo para mi padre.
El sonido del timbre me sacó de mis cavilaciones.
Al abrir, me encontré con un rostro plagado por la tristeza.
—Lo siento mucho amiga—Emilia, mi mejor amiga se me abalanzó para tomarme en un fuerte abrazo.
Correspondí a su abrazo reteniendo rebeldes lágrimas que amenazaban con salir.
—¿Qué haces aquí?—pregunté, una vez que nos separamos.
Me hice a un lado para que ella pudiera entrar a la casa. Emi, se sentó en el sofá frente a Nathy y yo me senté a su lado. Mi hermana le dio un breve repaso a mi amiga y luego cerró los ojos.
—Vine para apoyarte ¿Por qué preguntas lo obvio?—Rodó los ojos y sonrió.
—Estoy bien, pero ¿Y el viaje? ¿Nuestros amigos?—inquirí. Tenía demasiadas preguntas. Ella me tomó de la mano, y me miró fijamente a los ojos.
—Londres seguirá estando allí—Hizo una pausa y luego siguió:—Lo más importante en este momento eres tú, todos estuvimos de acuerdo. —Soltó mis manos.
—¿Todos?
—Nuestros amigos—dijo, con un tono de obviedad.
—No entiendo nada—admití.
Ella me miró por un segundo como debatiendo si disipar mi duda o no.
—No sabía de lo que había pasado con...Ya sabes. —Rascó su nuca en gesto de nerviosismo. Estaba claro que se refería a mi madre—Intenté llamarte algunos días, pero al ver que no contestabas deduje que algo pasaba, así que llamé a mi vecina y ella me consiguió el número de tu padre. Él me contó lo sucedido.
» Decidí planificar un viaje hacia acá aunque no tuviera los recursos necesarios. Le pedí a mis padres y ellos me dieron lo que estuvo a su alcance; sin embargo, no fue suficiente. Entonces se me ocurrió la idea de comentarle lo ocurrido a los chicos para saber si podrían ayudarme. Y ¡Oh sorpresa! Al día siguiente ya habían organizado un viaje para regresar los diez a darte apoyo, cosa que fue un lindo detalle, pero no podíamos venir todos para abrumarte por lo que entre todos votamos para que un representante viajara con ayuda económica para que esté a tu lado. Así querida es cómo estoy en Ontario con todos los gastos pagados.

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Aike ||Pausada
Mystery / ThrillerAike, a primera vista una adolescente como cualquier otra, pero detrás, una historia abrumadora de la que no podrá librarse fácilmente y en la que el amor resultará un imprevisto en su búsqueda de la verdad. Sumérgete en un cóctel de emociones en dó...