Bonjour

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GILBERT
- Ya puedo darte el alta, la niña tiene un peso correcto, pulmones perfectos, salud cardíaca excelente... - Miró mi libreta, señal verde. -  Es decir, Hazel está sana. Y tú Diana estás tan sana como ella.- Jerry besa en la mejilla a su mujer. La envidia me envenena. - Lo único que te recomiendo, y aviso, es que te darán algunos dolores en la parte vaginal, por culpa de la presión a la hora de colocar a la bebé, por eso mismo he avisado en recepción que te den una caja de pastillas, que he pagado yo desde mi bolsillo.
- Gilbert no es necesario, de verdad - Diana siempre tan caritativa, como se nota que no ha salido a la arpía de su madre.
- ¿Cuánto te debemos? - Jerry, otro amor, buscando dinero en la cartera de tonos cuero.
- ¡Saca la mano de la cartera! - Mi grito hace Jerry la guardé al enseguida - No me debéis nada material. - Bajo la voz, prácticamente susurrando. - Pero lo que sí quiero es información.
- ¿Sobre qué? - pregunta Diana, acariciando el poco pelo rubio que hay sobre la pequeña cabeza de Hazel.
Hago una seña con la mano, y con las cortinas tapó la sala, dejando un poco más de escondite.
- Quiero información sobre Anna
- ¿Anna? - pregunta Jerry, dejando cierta ironía. - No se porqué no me sorprende.
- Tan solo quiero saber sobre su vida, trabajo, estudios, lugar de residencia...
- Vida amorosa - sigue Diana, picandome.
- También, pero eso no tiene tanta prioridad.
Mentira. La tiene.
- Yo no voy a decirte nada, Gilbert. Es mi mejor amiga, y no voy a traicionarla.
- Ya sé que tú no, Diana. Pero tú marido sí.
Jerry abre los ojos como platos.
- No me metas, Gilbert.
- No metas a mí marido, Blythe.
- Venga Jerry, algo, ¿Dónde trabaja?
Diana mira a Jerry cortándole el cuello con la mirada. Acojonando a Jerry.
- Anna es tan buena como el pan, no sé merece a un panadero como tú.
¿Que coño dice?
¿Pan? ¿Panadero?
¿Anna trabaja como panadera?
Diana se tapa la cara con su mano libre.
- Hoy duermes en el sofá, cariño -
Jerry me mira con fastidio.
- No he dicho nada sobre Anna.
- Le acabas de decir que trabaja como panadera.
¡Bling! Premio.
-¿Anna es panadera? - haciéndome el tonto, y ocultando mi sonrisa piadosa, mordiéndome el labio.
Jerry coge a Hazel y la acuna entre sus brazos.
- Creo que a mamá le toca dormir en el sofá. 
Diana rueda los ojos, y me mira con fastidio.
- Sí, Anna trabaja de panadera y auxiliar de medicina. Te apuntaré la dirección de la panadería. Pero te pido un favor.
Demasiado fácil para ser Diana Barry.
- Lo que quieras.
Busca mi mano, y la recoje entre las suyas.
- Hazla sonreír. Hazla vivir. Hazla feliz. Por favor. - Sus ojos eran de súplica, nunca podré olvidarlos. - Prometelo.
Besó las palmas de sus manos, y sonrió antes de contestar.
- Prometido.
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Al final, Diana aceptó las pastillas al ver como el dolor era más incómodo de lo que ella esperaba. Había perdido mucha sangre. Y también había decidido firmar la baja por maternidad.
Tres horas después, Anna los esperaba en la puerta, con un cochete propio. Un cochete de colores azules, y con dos caballos blancos.
Anna iba vestida con unos pantalones ceñidos, sacando insultos en francés de las señoras de su alrededor.
Está les sonreía, y las saludaba con un delicado "Bonjour" ( Buenos días), dejándome claro una cosa.
Anna no entendía el francés.
Jerry ayudó a Anna a salir del cochete, quien corrió a coger a la bebé llenado de besos su cara, deseado ser yo esa niña.
Anna y Diana se sentaron delante del cochete, la pelinegra como copiloto, y la Pelirroja de piloto.
Jerry coloca a la niña en el coche y se acerca a la entrada del hospital, donde estoy yo, observando como Diana le  hace una trenza en la larga melena de Anna.
- Siempre dice que no necesita a nadie. Pero te necesita. Te necesita demasiado. - dijo sacando un interrogante de Jerry. - Habló de Diana.
Las expresiones de Jerry se relajan.
- No, ella no necesita a nadie. Pero igualmente me quedaré. Cómo todos estos años. - Una sonrisa sale de sus labios como una estrella fugaz en Navidad. - Es como Anna. Siempre dice que no necesita a nadie, que ella puede con todo sola. Pero no es cierto. Cuando se fue Matthew se refugió en Marilla Cuando tú te fuiste se refugió en Diana. Cuando tú te fuiste toco fondo. Se hundió. Y ya no ha vuelto a ser la misma. Nunca más a vuelto a escribir, ni siquiera una misera nota. Le tiene fobia a los lápices, no puede tocarlos, ya no es ella. No quiere admitirlo. Pero te necesita. Por eso te he dado las pistas, no porque te perdoné lo que le hiciste a Anna. - La nieve empieza a caer. - Vuelve a sacar a la Anna de verdad. Hazlo por el amor que tienes hacia ella. Hazlo por la promesa que le has hecho a mí mujer.
Y con eso,se fue acompañado de la nieve, dejándome hecho un bloque de hielo.

Dedicado a rubiashirley_
Os quiero 😗
Gracias por los 3K
Hoy hay otros capítulos 😀

¿Blythe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora