Consecuencias

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Anna
- ¡GILBERT!- gritó, mientras me agachó, en el agua. Le tocó la frente, y empapa mi mano de sangre. - ¡MIERDA! -
Le cojo la cabeza, y se la apoyo en las piedras, salvandolo de la cascada.
La sangre sale sin parar, y los ojos de Gilbert no se abren. Me quitó la camisa de Matthew, y la enrollo en la frente de Gilbert, apretó, para que la sangre se corte.
- Vamos Gilbert, despierta. Por favor. No me hagas esto. -
La camisa, se tiñe de rojo, en cuanto la pongo. Mis manos tiemblan, y mi mente se empieza a colapsar. Tengo ganas de chillar, romper cosas, pero la vida de Gilbert está en juego.
Dejó la camisa, o lo que queda de ella, en el suelo, y voy hacia las plantas que hay alrededor. Cojo de todo tipos, de colores, con olor, sin él. Y las mojó en la cascada. Empiezo a machacar, para que salga un líquido, ese líquido crucial. El agua de hojas, se acuna entre mis manos, y con dificultad, le abro la boca a Gilbert. Y le hecho todo el agua. Después, con las hojas, las junto, y las pongo en la profunda herida. Apretando para que la herida se corte. Y empieze a cicatrizar.
Lo único que me mantiene tranquila, es ver, como el pecho de Gilbert, baja y sube, con tranquilidad.
La herida se corta, y aún así, decido dejar ahí mi remedio de hojas, pero sin apretar. Mis manos están temblando. Sin control. Y mis pastillas están en Tejas Verdes. Tengo frío. Mucho frío. Pero, lo dejo aparte, y me tumbo al lado de Gilbert. Poniéndome de lado. Mirando su cara al completo.
Le colocó las hojas mejor, y apretó un poco, para asegurarme que está bien.
Tocó su mejilla, y deslizó mis dedos, por todas las siluetas de su maravillosa cara. Repaso cada parte de él, la forma de sus labios, la forma de su nariz, la forma de sus cejas, de sus mejillas. Dejó mis huellas por toda su cara. Incluso cuento, todas las, pequeñas pecas, que hay en la nariz de Gilbert. Hay veinticuatro. Y mi favorita es la décima. La que está al lado de su ojo. Tiene una forma curiosa, y distinta. Incluso parece una estrella. Pero si le pones imaginación, puedes sacar miles de formas.
También, e descubierto, las maravillas de su cuello. Lunares. Tiene un par al rededor de su cuello. Que también cuento, y repasó con mis se dedos. Gilbert, dormido, o inconscientemente, me pasa el brazo por la cintura, y me acerca a él, juntando nuestros pechos. Mi cuerpo pide que lo rechace, a pesar de lo mucho que le e echado de menos, pero mi corazón no me lo permite, dejando que él, Gilbert, me acaricié la espalda.
-Creo que también servirás como médica, señorita Shirley Cuttberth. - dice con una sonrisa, llena de chulería, y sin dejar de acariciarme, la espalda desnuda.
Mi sonrisa se ensancha, pero, la quitó, y funzo en el ceño.
-¿CÓMO HAS PODIDO HACERME ÉSTO? - gritó, alejandome él, y pegándole puñetazos en el pecho. Gilbert tan solo rie, mientras yo sigo pegándole.
Había estado fingiendo todo el tiempo. No se había quedado inconsciente, ni nada por el estilo. Es un puto mentiroso.
Gilbert, para mis siguientes puñetazos, cogiéndome las dos muñecas, con una mano. Un agarre fuerte, que por mucho que lo intentó, no puedo quitar.
- ¡TU HAS SIDO LA QUE ME A DADO UN PEDRAZO EN LA CABEZA, NO YO! - grita, soltandome, y pegándose a la pared de rocas.
- TE DI UN PEDRAZO, PORQUE ME ASUSTASTE. Y NO TIENES EL DERECHO, DE HACERME ÉSTO. ¡PENSABA QUE TE HABÍA MATADO, GILBERT! -
- TAN SOLO TE DI DE TU PROPIA MEDICINA. NO ENTIENDO PORQUE ERES ASÍ. -
- ¿ASÍ CÓMO, GILBERT? -
-ASI DE VIOLENTA, CADA VEZ QUE VES ALGO, SIEMPRE LE DAS UN GOLPE. Y SIEMPRE SOY YO QUIEN LOS RECIBIDO. - Yo me cruzó de brazos, mirándolo con toda la furia que hay en mí. - LA PRIMERA VEZ, FUE CON ESE PIZARRIN. Y DESDE ESE ENTONCES, PARECE QUE TE GUSTA PEGARME. -
Yo sigo pegada a la pared, con mis brazos dándome calor. Aunque no fuera mucho.
-LO SIENTO MUCHO, ANNA. PERO QUERÍA PASAR MÁS TIEMPO CONTIGO. -
- Y ¿TENÍAS QUE MONTAR ESTE CIRCO? ¡NO SABES LO MUCHO QUE ME E ASUSTADO! - gritó yo, aún, con los brazos en mí. No había manera de entrar en calor.
Gilbert se estira de los pelos, haciendo caer mi remedio de hojas, al suelo, empapado.
- NO LO ENTIENDO, GILBERT. ESTÁS CON WINIFRED. CON TU PROMETIDA. DEBERÍAS ESTAR CON ELLA. NO CONMIGO. Y LO SABÉS. - grito, yo, ignorando el frió.
Gilbert se para delante de mí.
- AHORA WINIFRED, ESTARÁ AHÍ ESPERÁNDOTE, BUSCÁNDOTE. Y TU DEBÉS IR A ELLA. Y NO ESTAR AQUÍ, CON UN GOLPE MÍO EN LA CABEZA, Y PASANDO FRÍO. -
Gilbert, se va acercando a mí, mirándome de arriba abajo. Sus pupilas están negras, como una noche sin luna, y su lengua, moja sus labios secos.
Mi piel deja de sentir el frió, tan solo tiembla por su mirada, y por como su piel recrama la mía.
- Creo que deberías irte, Gilbert - mi voz tiembla, y intentó poner seguridad, pero su mano se posiciona en mi abdomen desnudo. ¿Desnudo? Miró hacia abajo. Y mi piel se pone roja al instante. ¡Estoy en ropa interior! Intentó taparme. Pero Gilbert me detiene. Poniendo amabas manos, a la altura de mi cabeza. Dejando que su abdomen, y pecho, se unan al mío. Siento su respiración en mi cara, y como se muerde el labio al verme. No sé porque, pero me siento poderosa, cuando soy yo, quien provoca está actuación.
- No tienes porque taparte, Anna. Tienes el cuerpo más bonito que e visto nunca. -
Su voz sale ronca, y no para de mirarme los labios.
No suelta mis manos, pero si se acerca más a mí. Nuestra narices se rozan. Y yo no puedo evitar morderme el labio. Sacando un gruñido de Gilbert.
- No vuelvas a hacer eso - ordena Gilbert. Yo no puedo evitar sonreír. Pero lo vuelvo a hacer. Muerdo mi labio, con admiración en los ojos de Gilbert. Y lo suelto con lentitud. Pero en menos de un segundo. Gilbert me está besando. Un beso posesivo. Sus labios se mueven con rapidez, mordiéndome el labio de vez en cuando, llevándole a las nubes. Suelta mis manos, y me toca el abdomen. Sacándome la respiración, que intentaba recuperar. Yo acarició su espalda y su pelo, estirando de algunos mechones. Sacando gruñidos de él.
Pero, justo cuando más estaba disfrutando, se aparta de mí.
- Te dije que no lo hicieras. Y esta es mi venganza por no hacerme caso -
Y con eso se va. Dejándome los labios hinchados, una culpa enorme. Pero sin nada de frió.
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Aquí tenéis el capítulo. Os quiero mucho. Sois una maravilla que nunca podré merecer. Os quiero mucho. De verdad gracias por todo.
Dedicado a : gilbertinefable
Una vez más,
Alma o Pelirroja 💛

¿Blythe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora