Capítulo 22, Temporada 2

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Trotaba casi como saltando la cuerda por el jardín delantero tras Kenji que iba camino al garaje:

—Amo Kenji—le llame y él ya a la puerta del garaje.

— ¡Dime!—hoy traía puesto un traje de chaqueta azul marino y camisa blanca sin corbata, con un botón extra desabrochado.

—Es que quería...—con el ceño ligeramente fruncido me interrumpió.

— ¿Por qué me hablas desde allá?—se refería a que me encontraba a tres metros de él. Le señale el garaje con la barbilla y no fue necesaria ninguna otra explicación— ¡Ahh... cierto! ¡Buena chica! Está bien, puedes venir.

Me precipite hacia él como si se hubiera desactivado un campo de fuerza invisible alrededor de el garaje.

—Solo quería despedirlo y decirle que la pase muy bien anoche—con una sonrisa torcida me regalo un tierno beso de despedida.

—Yo igual—me tomo de los hombros—No tardare mucho ¡Prepara a Bellé Creature y a Clementine, cuando vuelva saldrás a cabalgar conmigo, hace un buen día y ...¡Dafne! ¿Me estas prestando atención?—más que molesto parecía ofendido.

—Disculpe, amo. Pero es que...—señale un armario de metal en el garaje detrás de él—...Sergio entro en ese armario y no ha vuelto a salir. Estoy preocupada, creo que ha llegado a Narnia.

—¿Narnia?—enarco una ceja confusa.

—Si Narnia. Ya sabe el león, la bruja y el ropero.

— ¡Dafne! ¿Pero que estás diciendo? ¿Un león, una bruja y un ropero? Esas cosas no guardan correlación alguna. Ya deja en paz el Valium de Yamam.

—Pero yo...—puso el dedo índice sobre mis labios.

— ¡Acompáñame!—tomó mi mano y abrió las dos puertas del armario, creí que quería encerrarnos junto a las herramientas que ahí había hasta moviendo un destornillador el fondo y todos los demás instrumentos se deslizaron como una puerta corrediza.

— ¿Tienes un pasadizo secreto en el garaje?—asintió calmadamente—Amo ¿Por casualidad es usted un espía?

—Dafne, hablo en serio con lo del Valium. ¡Déjalo! Te hace decir y hacer cosas estúpidas—pensaba refutar pero se introdujo en el armario y empieza a bajar por una escalera— ¿No vienes?—se dio la vuelta y me ofreció su mano

La tome sin temor, sentía una enorme intriga. ¡Al fin uno de los misterios de esta mansión me seria revelado! Al encontrar al pie de la escalera una curiosa puerta metálica, que él abrió con un escaneo de su dedo, su ojo susurrando en una boquilla algo que no pude entender.

Mi impresión fue notoria cuando esta puerta también se deslizo revelando a Sergio frente a una mesa de superficie luminosa recargando un revolver rodeado de paredes de franjas con luces de neón tapizadas hasta el último centímetro con armas. De todos los tamaños y estilos imaginables, yo no sé mucho de armas, pero basándome en el conocimiento adquirido en películas podría decir que habían bazucas de ese enormes que se usan en las guerras, granadas, escopetas de cazador, de esas pistolas negras y sobrias que usa Angelina Jolie en "Tom Raider" y de las vistosas que se ven en las películas de vaqueros.

¡Esto parece una película de James Bound!

—¡Damita!—se sorprendió Sergio al verme.

—Sergio ¡Dime la verdad!¿Tú y el amo Kenji son espías internacionales?—golpeé la mesa con las palmas para que mi pregunta causara un mayor impacto.

Sergio profirió un largo"¡Ehhhhhhh!" sin saber que decir.

—Él estuvo trabajando para inteligencia británica por un tiempo, hace mucho. ¿Se podría decir que fuiste un agente secreto?

—Llegué a trabajar de infiltrado así si se podría decir—se encogió de hombros metiendo el revolver en su funda unida a su cinturón.

—¡¡Wow, Sergio!! ¡Eso es muy impresionante! ¿Por eso tienen este arsenal?—Kenji con un gesto autoriza a Sergio a responder.

—En realidad esto que ves seria como una bodega con la exclusiva colección privada de el propietario de un gran "viñedo".

—¡¡Amo!!!—exclamé en un accidental tono chillón—¡Es el dueño de una industria armamentista!—lo decía totalmente convencida.

—Poseo una fábrica que manufactura armas, si—me rodeo con el brazo—Pero es clandestina pues mi negocio es el tráfico ilegal.

—Yo pensé que su negocio era la importadora multinacional y la empresa distribuidora.

—Esas empresas las funde posteriormente con el dinero de tráfico, como tapadera y complementación. Pero la base de la pirámide de mi imperio empresarial es la venta de armamento y municiones. De hecho...—con las puntas de sus dedos alzo mi barbilla y me sonrió con autosuficiencia—...empecé a ir a las subastas de esclavas en las que di contigo buscando hacer contactos para tener nuevos clientes—froto con los nudillos mis mejillas uniendo nuestras frentes—Te encontré a ti y añadí a mi lista de clientes al mismísimo organizador de las subastas. ¡Se podría decir que tuve un golpe de suerte!

Le di besitos en la mejilla para acabar con la boca en su cuello mientras sus brazos me estrechaban. Le bese no porque me sintiera particularmente orgullosa de que se volviera el proveedor oficial de un hombre cuya empresa habría arruinado o destrozado la vida de muchas como la hermosísima pelirroja. Sino porque entendí que correspondía a mi sentir cuando le confesé sentirme afortunada de que nuestros caminos se hayan cruzado.

— ¡Un traficante de armas y un agente de inteligencia británica! ¡Parece increíble que se lleven tan bien! Por cierto... ¿Cómo se conocieron?—deshice el abrazo para mirar a Sergio, quien respondió sin titubeos.

—El amo salvo mi vida en una ocasión—lo decir con tal devoción.

—Solo después de que Sergio salvara la mía—podía percibir gratitud en sus palabras.

— ¿Cómo...—tenía tanta curiosidad por saber la historia.

—Es todo lo que necesitas saber—sentencio el amo poniendo punto y final a la conversación.

Hola, mis Pequeñas Inmortales!!! Como estan?

Yo bien luego de una gripe que me ataco despues de una empapada que me di. 

Lamento la tardanza de este cap, pero al fin esta aqui y estoy muy contenta de poder compartirlo con ustedes: 

¿Como se salvaron la vida mutuamente Sergio y Kenji? 

Hasta mañana. 

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora