Capítulo 21, Temporada 3

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Hola, lamento el retraso, en estoy dias he estado preparando y celebrando el aniversario de mi nacimiento! Si quieres ver algunas cositas de mi cumple pueden ir a Tumblr, estoy como DemiKhalid. 

¡Cuán perfecta puede ser la vida, querido/a lector/a!

Han pasado dos semanas y media desde mi primer día de clases. Luego de tres días consecutivos de saltar de una clase a otra, por fin encontramos, este par de abejitas descarriadas, las más apropiadas con las cuales frotarse.

Aquí están nuestras cuidadosas elecciones:

Publicidad Básica, Ciclismo Urbano(si, la clase existe), Historia de la Moda, Bricolaje y Carpintería Básica( muy necesario para un moderna joven emancipada como Jessie), Manejo apropiado de las Redes Sociales (Indispensable para crear tu "marca personal"), y Educación financiera(para no gastar más de lo que tienes y acabar sobreviviendo de sopa instantánea lo que queda del mes).

Si no fuera por el fideicomiso que me dejaron mis abuelos eso me habría pasado mes tras mes. ¿Por qué hacen rebajas en mis tiendas favoritas el mismo día que cobro?¡¡Es toda una siniestra conspiración!!

Estas asignaturas no iban bien juntas, no pegaban ni con cola. No tenía idea de cómo me haría de una licenciatura estudiando temas random. Pero me la estaba pasando de fábula. Estas eran las clases que yo quería tomar, las cosas que en verdad me interesaban aprender.

A pesar de que cada día despertara envuelta en un capullo (pétalos de almohadas, sabanas, mullido colchón y los suaves abrazos de Kenji) no tenía problemas para despabilarme y empezar el día.

Nuestra rutina matutina era mil veces más placentera que dormitar. El hombre que amo duerme en boxers, en cualquier postura menos boca abajo, profundo y a pierna suelta, si lo acaricias muy suavemente o le das ligeros besitos te sonríe en sueños, a mitad de la noche se levanta, se calza las pantuflas y la bata, va a mear o servirse un vaso de agua de la neverita, introduce el código y su huella para regresar a la habitación, pensarías que se ha despertado pero no. ¡Es sonámbulo!

Si le hablas te entiende, pero responde en japonés. No tiene caso preguntarle nada. Se quita la bata y las pantuflas dejándolas en su puesto, bien alineadas, y regresa al capullo con los ojos cerrados. Pero eso no es nada. ¡Se para cada día a las seis como relojito sin ayuda de ninguna alarma! ¿Cómo lo hace? ¿Cuál es su secreto? ¿Alguna técnica ancestral budista? ¿Sintoísta? ¿Sera confuciana o confucianista? No lo sé.

Bosteza, se estira, estrechándome me anuncia en un susurro "Ya es de día". Ágil se escapa de nuestro abrazo sin que a pensar lo note. Me posa un beso en la frente antes de salir de la cama. Entre el sueño y la vigilia espió su cuerpo mientras se viste, me hago la dormida mientras sienta su mirada sobre mí y hasta que no escuche el discreto sonido de la puerta de la bóveda abrir y cerrar.

Me quedo sola y cuento con dos opciones: quedarme en esta camita tan linda y dormitar unos treinta y cinco minutos más o vestirme para ir a sudar el gym. Aunque infinitos beneficios del cardio matutino me atrajeran, lo que me expulsaba fuera de la cama era mi negativa de desaprovechar la oportunidad única del día de contemplar a ese sudoroso y macizo cuerpo espartano. El dueño de unos abdominales esculpidos y duros como el mármol, que no podías dejar de mirar.

Mi Kenji, de un cuerpo esbelto y tonificado, luce muy sano, viril y estético. Aunque su tipo asiático sea la mar de exótico y elegante, no hablo de él. Lo más lógico y sensato es que piensen que me refiero a nuestro guapísimo jardinero David, que a sus diecinueve años ostenta un físico fantástico. Que ha presumido desde su primer día trabajando aquí, a todas nos ha gustado y a Yamam embelesado.

El sixpack del que habla ha estado aquí desde el principio, oculto en el menos pensado. Y es que desde el primer día ha sabido que Sergio debía de estar en plena forma para correr mucho más deprisa que yo, a su edad y siendo tan bajito. Asumí que debía estar robustito para poder arrimarme a su hombro sin mucho esfuerzo. Pero ni en mis delirios más irreales vi la cabeza avejentada de Sergio sobre un cuerpo tan glorioso.

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora