From Dusk Till Dawn

The One

Y que debo hacer ahora? Contarles como siguió? En fin, si tanto insisten. Busquen algo de comer, prepárense porque no es apto para cardiacos lo que sigue.

Luego de besarnos en la cocina, pasamos a la sala de estar y suavemente la acosté en el sillón, posandome sobre ella. Se podía escuchar su respiración entrecortarse por como se estaba dando la situación.
Mi corazón parecía querer salirse de mi pecho. Y tuve que aguantar la presión de abalanzarme sobre ella. No, así no debía ser.
Empecé a besar sus labios tiernamente, para luego pasar a su cuello. El aroma del perfume hacia que me enloqueciera.
De a ratos, mordía levemente su piel. Sin dejar marcas, para no dejarla en evidencia.
Sus manos ya estaban por debajo de mi ropa, y hacían todo tipo de movimientos suaves y caricias.
De repente, sentí mi sostén desabrocharse. Sus manos, acariciaban mi espalda. Y de un momento a otro comenzaron a tocar mis pechos. Ese cosquilleo que sentí, fue tan placentero que estuve a punto de dejar que me dominará de nuevo.
Pero esta vez debía ser yo quien tuviera la iniciativa.
Su vestido se perdió rápidamente, y quedó en ropa interior. Me detuve unos instantes, para contemplar nuevamente su hermosa figura. Cómo puede ser tan perfecta está mujer.
Cómo puede ser que me tenga atrapada.

Mis manos copiaron su movimiento y su corpiño desapareció también. Ahora era mi boca la que comenzaba a deslizarse por su cuello en caída libre hacia su pecho. Y aunque tenía miedo de hacer mal todo, me animé.
Baje dando pequeños besos húmedos por su pecho. Me detuve en uno de ellos, y comencé a besarlo. Casi a la velocidad de la luz, sus pezones comenzaron a endurecerse. Y yo los mordía despacio, para que nada arruinara el momento.
Ella continuaba acariciándome, pero ya más bruscamente, pues la adrenalina subía a pasos gigantes, y nuestros cuerpos estaban a punto de estallar.
Sus manos se detuvieron en mi parte baja, y como si quisiera hacerlo desapercibidamente, comenzó a meter una de ellas por debajo de mi prenda inferior.
Primero caricias, luego más aguerrida fue ella.
A todo esto, yo no dejaba de besarla. Cada una en su accionar, pero aclopadas cual orquesta sinfónica. En perfecta armonía. Ambas disfrutábamos sin entorpecer a la otra.
Y fue en ese instante que estuve a punto de perder mi batalla. En ese momento, en ese lugar... Ella introdujo uno de sus pequeños dedos en mi. Despacio pero constante, la sensación de placer inundó mi cuerpo. No puedo describir a qué se parece, solo se que en ese momento estuve a punto de perder la conciencia de lo exitada que me encontraba.
Ella no podía salirse con la suya. Retire su mano, muy a mi pesar... Y baje por su abdomen. Saque la última prenda que la vestía, y empecé a acariciar su vagina. Antes que pudiera decirme nada, ya había comenzado a besarla. Mi lengua dibujaba toda clase de caminos. Imaginé como quería que me lo hiciera a mi, y resultó. Al cabo de unos segundos un gemido ahogado que salía de su boca, confirmo que mi primer oral había hecho efecto. Ella se había venido en mi. Y no me detuve. Seguí introduciendo mis dedos en ella al mismo tiempo que besaba todo su ser.
No pasó más de un minuto y ella volvio a acabar.
-"Te amo Suzuka, hazme tuya de nuevo"-  sabía que no podía parar. Yo también quería sentir eso en mi, pero primero debía complacer a mi muñeca.
Tome sus piernas, las abrí suavemente, y entrelace las mías a las de ella. Por primera vez nuestras partes se tocaban, y comenzaban a mojarse mutuamente. Mientras lo hacíamos, la abrace fuertemente y comencé a besarla. Ella no paraba de frotarme, y gemia cada vez más fuerte.
De a momentos, disminuiamos los movimientos y retomabamos el aire, para continuar con más fuerza.
Creo que habrá pasado media hora, o tal vez un poco más.
Para cuando terminamos, yo me había venido tres veces. Es indescriptible está sensación.
Mi primera vez con Moa. Nuestra primera vez.

-"Te amo"- dijimos al unisono. -"No quiero separarme nunca de ti mi vida"- le dije. -"Prométeme que siempre estaremos juntas, sin importar que pase. No percibo mi vida sin ti a mi lado Moa"-. Abrí mi corazón a ella. No veía mi vida sin esta pequeña enana a mi lado.
-"Claro que sí, mi reina. Estaré siempre a tu lado. En cada momento que me necesites ahí voy a estar. Y cuando no, también. Por qué esos serán los días que más nos necesitemos"-.  Sus palabras hicieron eco en mi ser.

La levanté suavemente, y nos dirigimos a la ducha. Dónde nuevamente hicimos el amor.
Esta vez, con más delicadeza y pasión.
La segunda vez fue sin miedos. Ya toda duda había quedado en el pasado. Quería hacer esto todas las noches con ella.