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—Aparta cabeza de frijol.

Era primer día de clase, segunda hora y cuatro para que fuese el primer y único descanso que tenían. Jihoon y Hyunsuk ya habían logrado escaparse a la cafetería para comprar dulces y bebidas energizantes exclusivas para los profesores que con buena labia y sobornos lograban conseguir.

—Crecí dos centímetros ¿Sabias?

—Hablaba de tu cabeza, no de tú estatura.

Jihoon tomó de la horrible camiseta institucional a su amigo y lo arrastró hacia la capilla por el bonito jardín del colegio catolico. Era el lugar perfecto para esconderse mientras consumían azúcar, hace dos años que habían encontrado un espacio rodeado de cuatro paredes hechas de madera color vino, horribles al parecer de los dos.

—Este año no te noté interesado en los nuevos.— Hyunsuk lamia con emoción un bombón rosa casi transparente. Tragaba de su bebida cuando su lengua no le permitía seguir.

—El que se llama Junkyu se acomodó junto Kazama ¿Sabes lo que significa?

—¿Que pronto se aprovechará de nosotros?

El par de amigos llevaban años siendo acosados brutalmente por sus compañeros. A la única fiesta que asistieron lograron que los dos chicos, casi hermanos, se besasen para satisfacer el morbo que acumulaban desde que enteraron de los rumores; todo el mundo creía firmemente que eran novios cuando solo se tenían el uno al otro por la misma forma tan cruel que eran apartados.

—Que es nuestro enemigo.

—¿Y qué tal Mashiho?— Jihoon abrió su dulce en forma de pitillo lleno de polvo colorado con patrón de arcoíris.— Se ve agradable el chico.

—Agradable, pero no hay nada especial en él—"Solo es excesivamente guapo" pensó Jihoon, quien aún no salía del closet con su veterano compañero—no va a tardar en aliarse con los idiotas por puro miedo.

—¿Apostamos?

—El trasero vas a apostar tú.— Jihoon se había rendido de todo tipo de apuesta, era tan malo como en clases de literatura, o todo lo que tuviese que ver con memorizar.

—¿Qué hacen?

—AAAAH.

—AAAAAAAAAAAAH.— Jihoon había regado todo su preciado polvo de sabores en su blanquecino uniforme.— Te voy a asesinar, Kim Doyoung.

Doyoung era traficante de dulces a bajos precios, también de otro tipo de mercancía, pero Jihoon y Hyunsuk siempre estaban interesados en las gomitas rellenas de mermelada que el chico ofrecía.

—Para este año agregué algodón de azúcar al inventario, ¿Les interesa?.

—¡Pero claro que sí!— El peli-menta empezaba a buscar entre sus bolsillos sobras de dinero por su anterior compra. Jihoon apenas de reponía de el ataque cardiaco que le había provocado su vendedor favorito.

—Vieron al nuevo de su clase, ¡Kim Junkyu!— Doyoung, a su corta edad, era abiertamente bisexual. Al único que respetaban en la institución— Deben presentármelo.

—¿Que sucedió con Yoon?— Pero el chico mantenía una bonita relación con una chica de su curso, verbo pasado.

—Me dejó en vacaciones par de idiotas, les escribí por Kakao que no me lo recordaran.

—No lo leí

—No me llegó

—Disfruten de su algodón, me largo.

Candy traffic [TREASURE] Where stories live. Discover now