Primer libro de la biología de las coronas o the crowns.
Siguiente libro: La Corona Blanca. The Crowns II.
¿la reina roja? ¿la reina azul? ¿que tiene que ver?.
Parisa es una princesa de Suecia, juntos a sus hermanos. ella decide emprender a estudia...
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Mafiosos italianos 1/4
Parisa POV.
Mi despertador tiene 10 minutos sonando pero no quiero levantarme.
“princesa, levántate tienes cosas que hacer”
Gruño entre las almohadas, me tengo que levantar, es un hecho.
Me levanto, voy hasta el baño y me arreglo para ir a clases de pintura.
Salgo del baño, me encamino a mi armario. Veo toda la ropa nueva y decido que me pondré una falda color champagne de tubo arriba de la rodilla, con un suéter del mismo color que dice los angeles hasta la cintura, busco mi collar y mis aretes.
Busco unos tenis con plataforma negros, corro a buscar mi teléfono y bolso pero no los veo por ninguna parte de esta habitación.
Cuando veo debajo de la cama se encontraban ahí ambos, los recojo y me doy en la cabeza al levantarme.
Voy hasta mi linda cocina buscando a alguien y nada, me siento en el mesón a hacerme un sándwich con jamón y queso, lo muerdo.
No puedes comer queso ¡Eso engorda! Y tú ya estás gorda, si sigues así vas a rodar por las escaleras.
Su tono de voz, su manera de....se abren las puertas de las dos habitaciones.
Niego olvidando y dejando en el pasado su voz, miro a las chicas sonriente —. Buen— frunso el ceño y ahora quiero asesinarme.
Los dos chicos en bóxers ¡Repito! ¡Bo.xer! Me miran los cuatro sonrientes esperando lo que iba a decir.
—¿Que hacen ellos aquí?— ambos se acercan y toman asiento a mi lado —. Muevan sus retaguardias inmundas de mi silla.
Me ignoran —. Anoche hubo festín y no me enviaron un correo— veo a las chicas con desaprobación —. Se están tomando muy encerio eso de fingir ser prostitutas.
—¿¡Prostitutas!?— Ups ellos no sabían.
Me pongo de pie y les doy una mirada fría a los dos hombres inmaduros —. Van a limpiar la casa, no quiero en ningún rincón olor a perfume de hombre y mucho menos lujuria.
Cierro la puerta de un puertazo molesta.
Este no es mi día en difinitiva, veo salir a Christian de su departamento jugando con sus llaves y tarareando.
—muy buenos días— me dice sonriente.
Lo ignoro y me dirijo hasta el elevador, toco el botón esperando a que sea esto rápido.
—si le sigues dando al botón harás o que nos quedemos sin uno o el pobre botón termine adentro de la pared.
Dejo el botón, el elevador se abre y entro con el molesto de Christian.
