trece

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Haruto.

- Acabo de salir de la escuela. Podemos ir por un helado sin quieres. - la voz gruesa del chico era una de sus mayores debilidades, y eso él, como todo, lo sabía.

- Por supuesto, ¿A qué hora? - la pelinegra colocó el teléfono en su hombro con mucha delicadeza de no tirarlo mientras guardaba sus pertenencias en la mochila.

- Cuando estés disponible, Cassie Kang - odiaba en parte que quisiera perder la cordura cuando él la mencionaba por ese nombre.

Colgó la llamada dejando a un Haruto confundido. ¿Se había molestado? No, no estaba molesta, simplemente quería respirar y dar un par de brincos antes de encontrarse con él en la heladería... ¿Qué heladería?

No quería volver a llamarle, -o sí- y que él pensara cualquier cosa sobre ella malinterpretada, sin embargo, debía llamarlo y preguntar en dónde rayos debían encontrarse.

- Señorita Kang, necesito que entregue para mañana la actividad de ya hace una semana de álgebra, sino, no tendrá el punto y medio en mi materia - Cassie odiaba Eighteen, sabía mil veces que Dionysus era una mejor escuela que esa, sin embargo, también odiaba que no pudiera estar en Dionysus debido a la no tan buena carta de conducta.

El profesor que momentos antes estaba dentro del aula diciéndole algunas cosas a la pelinegra -que sin duda ella no estaba escuchado-, ahora salía algo furioso del salón negando repetidas veces con la cabeza. A Cassie, ya le importaba poco lo que anotaran en su cuaderno de faltas de Kang.

Colgó la mochila en su hombro para después comenzar a caminar y salir de una vez de la escuela que tanto la torturaba é ir directo a la parada de autobúses más cercana de la Eighteen.

Su móvil comenzó a sonar dentro de su mochila. Supo rápidamente que era Haruto quién la llamaba por el diferente tono del teléfono que tenía cada una de las llamas del japonés.

Abrió como rayo todos los cierres de la mochila con no mucha delicadeza sin obtener éxito alguno. ¿En dónde está?

- Cassie Kang, pasaré por ti, no te muevas - el mensaje de voz de Haruto lo pudo escuchar minutos después de no haber podido contestar el teléfono a tiempo.

¿Escuchó bien? ¿Haruto iría por ella hasta Eighteen?

No paró de repetir aquél mensaje con frecuencia y disfrutar de la magnífica voz del pelinegro mientras tomaba asiento en una banqueta fuera de la escuela.

Como si de una acosadora se tratase, grabó el mensaje de voz con su teléfono y lo puso en tono de alarma para que cada mañana que lo escuchara, tuviera ganas de ir a la escuela.

A lo lejos observó la muy esculturada silueta del japonés caminar en su dirección con una enorme sonrisa.

Se levantó de dónde estaba sentada y sonrió de la misma forma.

- Llegaste más temprano de lo normal

- ¿Por qué no contestaste mi llamada? - la pelinegra sonrió sintiendo todo su cuerpo vibrar.

- Estaba muy ocupada - Mentira. Nunca estuvo ocupada.

- Bien. ¿Nos vamos?

🥡

-Dos helados, uno de galleta y otro de fresa, por favor - la más baja se sorprendió cuando el más alto habló.

Si bien, jamás le había mencionado cuál era su helado favorito, es más, nunca habían ido a comprar un helado en el tiempo que llevaban de conocerse.

Tomaron asiento en una de las mesas que estaban fuera del puesto de helado. Haruto le sonrió de una forma tan... Y Cassie simplemente no pudo evitar reír.

Al parecer, el teléfono de Haruto estaba sonando ya que lo sacó de su abrigo para después contestar y poner la llamada en alta voz.

- Haruto, estoy muy ocupada, ¿Qué necesitas? - entonces el nombrado recordó lo que quería preguntarle a BimYoon; "¿Le llevo unas flores o no?".

- Nada, BimYoon, ya nada.

- ¡BimBim! - gritó la pelinegra con una sonrisa mientras la mesera llegaba con los helados en unos lindos vasos.

Tomó la cuchara y comenzó a comer y disfrutar del delicioso sabor a galletas.

- ¡Cassie! ¡Oye! Te extraño bastante, ¿Cuándo podré verte? - Haruto comenzó a lamer la enorme bola de helado desde el vaso.

- Cuando Haruto me ayude a terminar una actividad algebraica - contestó simple la pelinegra con algo de helado aún en su boca.

- Será pronto, ¿Verdad, Haruto? - se dirigió al japonés - Haruto es muy bueno en álgebra - argumentó ésta vez para Cassie.

Las mejillas del más alto se tornaron rojizas haciendo que inconcientemente bajara la mirada con una sonrisa divertida.

- Sí, BimYoon, nos vemos - el pelinegro cortó la llamada y le sonrió a la más bajita. - Hagamos la tarea.

A Cupido Solo Le Queda Una Flecha ⋆ K. DoYoung [ treasure ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora