tres

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Durante el fin de semana, mi cabeza sólo podía pensar en DoYoung y en las ganas que tenía de verlo de nuevo. Pero simplemente, el destino no lo quiso así, pues tuve tantas oportunidades y ninguna fue la indicada.
Al menos hoy es lunes, probablemente vería a DoYoung entrando a un aula diferente a la mía, me sonreiría y me olvidaría por completo.

La brisa fresca de la mañana en el parque de cupido, con la vista más hermosa que pude haber visto jamás, me hacían no querer ir a la escuela, quería simplemente dormir unos minutos y más y más, y más.

El claxon de una moto sonó haciendo eco en el lugar.

—BimYoon-ssi, sube —es Haruto. ¿Qué haría con una motocicleta?, ¿Sabía manejar?

Tomé mis pertenencias para acercarme a él a paso rápido. Y me llevé un susto al ver cómo su mano tira del acelerador haciéndome retroceder con miedo.

— BimYoon, eres muy tierna — se quejó haciendo con sus manos como si estuviera apretando algo, mis mejillas.

— Yah, deja de decirme así — hago un puchero inconscientemente y él por fin aprieta mis cachetes con fuerza. Nada que ver con DoYoung.

Quito sus asquerosas manos de mi cara y frunso el seño.

— Ay, que llorona. Ya súbete. — ordenó acomodándose en el asiento lentamente.

Dudosa tomé su cintura para subir a la enorme motocicleta. Cabe recalcar que si no le llego a la bicicleta, mucho menos a este animal.

— ¿Necesitas ayuda? — preguntó Haruto con una risa atorada en su garganta. Pronto, explotó en carcajadas.

Le dí un golpe en la espalda y brinqué para poder sentarme y así fue.

— ¿De dónde sacaste esto?

— Un amigo me la rentó, pero ahora debo el doble de la renta de este bebé — acarició la parte inferior de la motocicleta.

— Supongo que no sabes manejarla y que por eso debes más dinero. — estiré mis pies  en sus piernas para así no caerme.

— Supones bien. ¿No te da miedo que las personas vean tus hello kitty como el año pasado? — aceleró haciendo que casi caiga de espalda contra el suelo.

Recibió un golpe duro en su cabeza y rápidamente se quejó.

— Llevo licra — burlé sacando la lengua mientras alzaba mi falda para que lograse ver el short negro que llevaba debajo de la falda.

— Niña meca, no hagas eso — cerró sus ojos y siguió manejando.

— Como si nunca me hubieras visto con shorts. — bajé mis piernas de las suyas y me acomodé bien sintiendo el aire en mi cara.


— ¿Y como por qué no me llamaron también? — JeongWoo estaba molesto, bastante.

— Yo no sabía que me encontraría a BimYoon en el camino — contestó Haruto.

— Yo no sabía que Haruto tenía tanto dinero. — contesto tomando un trago desde el popote de una malteada pequeña.

— Oh, no tengo dinero. No pagaré todo eso.

— Me hubieran llevado, yo quiero subirme a una moto. Yo quiero subirme a una moto, ¡Yo quiero subirme a una moto! — ahí estaba otra vez. JeongWoo llorando como un bebé nuevamente y, simplemente, le extendí mi malteada para que bebiera lo poco que quedaba del líquido.

A Cupido Solo Le Queda Una Flecha ⋆ K. DoYoung [ treasure ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora