Mierda.Nuevamente el pelinegro fallaba un tiro.
Trotó a paso lento hasta el balón y recogerlo para volver a tirarlo y esta vez, estaba seguro, de que encestaría.¡Mierda!
Su enojo ya era abundante antes de llegar al parque, ahora era verdaderamente potente que podría estallar en llanto de simplemente enojo.
- Has jugado mejor. - una voz femenina se escuchó cerca del alto.
El japonés volvió a tirar el balón intentando ignorar a la chica que dibujaba cuidadosamente en un cuaderno pero su potente presencia lo hacía dudar de seguir ignorando la.
Haruto aventó el balón con fuerza lejos de él y se acercó a la banca en dónde estaba sentada la pelinegra.
Los nervios de la más bajita se hicieron presentes sin tener que demostrarlos aún.
El parque estaba vacío, no había nadie jugando cerca o personas caminando por ahí, sólo eran ellos dos, y eso, al menos a ella, le aterraba.
- Te he visto antes, ¿Siempre estás aquí? - el japonés la miró confundido y esperando una respuesta.
La pelinegra despegó la vista de su cuaderno para poder mirar al más alto con esos ojos color avellana encantadores que sin duda alguna, eran hipnotizantes.
- Estoy en todos lados - contestó simple sin expresión alguna.
Siguió su vista en la hoja de papel de su cuaderno y siguió borrando y trazando líneas.
Haruto soltó una sonrisa divertida por el comportamiento de la pelinegra. Era verdaderamente cautivante su personalidad y belleza; ojos grandes color oro y fácilmente podrías encontrar tesoro en ellos, altura promedio, delgadez que a simplemente podríamos decir que es de naturaleza y un rostro tan lindo y llamativo que a cualquiera podría gustarle. Y eso, ella lo sabía.
- Eres muy linda - alabó el japonés con sus ojos centrados en sus gruesos labios e inspeccionando cada una de las extremidades del rostro de la chica.
- ¿Le dices eso a todos? - la chica se encontraba muriendo por dentro mientras actuaba natural en su exterior.
- Se lo digo a los que lo son - contestó el más alto con una sonrisa.
- Cassie - habló la chica dejando al pelinegro confundido. - Soy Cassie Kang - apartó la mirada de su dibujo sorprendiéndose por la cercanía del más alto.
Los ojos avellana de la pelinegra viajaron por todo el rostro de Haruto, quién aún no sentía lo tan cerca que estaba de ella.
- S-soy Haruto - la voz del japonés delataba la mayor parte de su poca timidez.
Rápidamente al darse cuenta de que la chica estaba algo "incómoda", se alejó un poco.
- ¿Qué...? ¿Qué dibujas? - preguntó tímido el japonés.
- Dibujo personas talentosas con el corazón roto - tomó el cuaderno y lo giró para que el más alto pudiera observar con detalle el magnífico dibujo realista de Cassie.
Se sorprendió al ver en los trazos su rostro bien detallado y con una expresión no tan feliz por lo que sonrió al notar sus palabras de "personas con el corazón roto".
La risa más linda que Cassie pudo haber escuchado nunca.
El puchero en la pelinegra hizo que el más alto se muriera de ternura y en carcajadas.
- No estoy tengo el corazón roto - reprochó Haruto sin poder parar de reír.
- ¿Ah, no? - Cassie bajó la libreta a sus piernas sin despegar la vista de los ojos oscuros del japonés.
Negó con un puchero y sonrió.
- Nop - contestó seguro.
Y era verdad, estaba triste, pero, con simplemente conocerla, le había hecho olvida todas sus preocupaciones y ocupaciones. Había logrado olvidar el pago de la ventana, había logrado olvidar a el ratero de DoYoung y había logrado olvidar la renta de la motocicleta.
Sabía que estaba mal olvidarlo todo de esa forma, sin embargo, Cassie había llegado a distraerlo de una forma tan necesaria, debía desestresarse, debía controlar su ira. Y de alguna forma, una desconocida llegó a hacer lo que jamás pudo solo.
- Entonces... ¿Por qué fallaste tantos tiros? - la de ojos poco claros se levantó dejando la libreta en la banca para ir por el balón que minutos atrás, Haruto había aventado con fuerza a quien sabe dónde.
Se colocó algo lejos de la canasta, justo en dónde Haruto intentaba hacer una canasta limpia y ni siquiera eso.
Algo que Cassie consiguió con rapidez.Haruto estaba sorprendido, jamás podría haberlo imaginado.
- ¡Más allá de linda, talentosa! - Cassie estaba que moría.
El japonés se levantó para ir por el balón nuevamente y corrió rebotando la pelota hasta donde estaba la pelinegra.
Una sonrisa apareció en sus labios haciendo que Cassie sonriera igual.
Por fin había conseguido encestar limpia y ampliamente.
- Seamos amigos - pidió Haruto al darse cuenta la sensación que le provocaba la chica con sólo estar ahí.
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A Cupido Solo Le Queda Una Flecha ⋆ K. DoYoung [ treasure ]
Fanfiction«A cupido solo le queda una flecha». Querido cupido, te he dicho que odio a NaYeon, ¿por qué la pones en mi camino? Inicio: [2O2O/11/23] Final:. [2O2O/11/30] Oigan, la Kae de esta época era más estúpida de lo que es ahora, así que perdonen las falta...