Y así, el "encantador" miércoles llegó más rápido de lo que habría querido, sentí que en un parpadeo ya estaba en el auto de Jean, volviendo a casa después de un largo día donde solo pensé en alguna forma para detener el tiempo y evitar tener que separarme de él.
El lunes lo supe llevar, el martes estuve más que distante y ahora no tenía ni idea de cómo hablarle, sentía incluso a mi omega llorar pidiendo que me colocara de rodillas y le rogara que no se fuera, era algo dramático, sí, pero seguro cualquier otro omega en mi posición lo habría hecho, sin embargo Jean y yo éramos amigos hasta que él deseara acabar con ese ridículo nombre, no puedes ser un amigo tan cercano de un alfa, no se puede.
En mi mundo, si eres cercano a un alfa es o porque te está cortejando, o porque ya estás ligado con él y no te queda de otra, una marca y listo, atados para siempre. No existen las amistades, los omega y alfa apenas sirven para ser conocidos o personas que se saludan en sus centros laborales. Todo el mundo nota cuando un alfa está detrás de un omega y se alejan, no hay amigos en esta pirámide de géneros. Los alfa son amigos de otros alfa, los omega de otros omega y los beta son los únicos que se pueden pasear sin sentirse limitados, la mayoría de las veces porque existen casos que los celos alfa impiden que un beta se acerque al omega que cortejan.
En pocas palabras, si vives en este mundo lo comprendes, pero si no, es más fácil verlo que explicarlo, son simples instintos de supervivencia: No te acerques a la presa de otro o te romperá el cuello, fin. Aunque bueno, quizás usar la palabra presa sea algo dramático, el punto es entendible.
Volviendo a mi realidad, yo no he tenido ningún problema con ello, o sea, no tiene caso hacer marchas o quejarnos de algo que no dicta el gobierno, sino que está en nuestra sangre, naces con eso, no cambia. Lo único que yo deseo que se termine de entender es que los omega no somos menos que ellos por estar al final de la pirámide, somos iguales, tenemos distintas funciones, pero eso no nos priva de los derechos fundamentales.
El ser cortejado debe ser bonito, el único idiota que lo hizo conmigo fue por tan poco tiempo que pienso que eso también fue un cuento de hadas para quitarme lo virgen, sin embargo, se siente bien, pero es todo, una cosa es ser cortejado y otra muy diferente el ser obligado a tener hijos o estar con alguien porque esa persona lo quiera ¿Y el amor? La palabra novios se usaba solo en una relación que sabes que termina en mordida, y los casamientos son tan escasos, las iglesias se dedican a tocar puertas ya que ya casi nada se rige en la palabra de Dios, sino en el instinto animal. Eso está mal.
"¿En qué piensas?"
"En que la sociedad es una mierda."
Parpadee repetidas veces para volver a la realidad cuando noté la respuesta mecánica que salió de mi boca ante las palabras de Jean. Me acomodé mejor en el asiento de su auto, notando que ya estaba estacionado fuera de mi casa. Genial, mis últimos minutos con él y me la pasé pensando en cosas que no tiene sentido razonar.
"¿Por qué lo es?"
Hubiera cambiado de tema de no ser porque la mirada tranquila y serena de Jean me indicó que él quería que le explique, él deseaba escucharme, nadie nunca me escuchaba, ni siquiera Laila, ella siempre decía "Libardo, pero así son las cosas" y ya, solo lo tenía a Damián y tampoco es que pudiera debatir con él, aunque era muy, muy bueno escuchándome.
"¿No es un asco acaso? A veces me pongo a pensar cuantos como yo están pasando por lo peor de sus vidas ahora, ya sabes, el tráfico de omegas, la venta de estos, subastas, incluso simples adolescentes que un día salen a la calle y al segundo siguiente vuelven preñadas y con una mordida de un sujeto cualquiera al que les gustaron ¿No es jodido todo eso? Saber que no puedes salir a la calle y pensar que regresarás sano y salvo, o que esto del "Juntos por siempre" no se aplica a las personas enamoradas."
"Es una mierda."
"Lo es, odio vivir en un mundo como este." La mano de Jean se colocó con sumo cuidado sobre mi muslo, no era la primera vez que lo hacía, por ello lo rígido que me puse cambió rápido a un semblante mucho más relajado. Él presionó cálidamente, dejándome en claro que era una señal de apoyo. "No quiero un mundo así para Damián ¿Sabes?"
"Pero Damián será un alfa, no un omega."
"Ya sé, pero sea alfa, omega o beta, igual le tocará adaptarse a todo esto." Suspiré, apoyando de nuevo mi cabeza en el vidrio de la ventana. "¿Qué tal si mi hijo quiere encontrar a su persona indicada? ¿Qué tal si sus "amigos" le incitan a que follar chicas omega y morder a cuantas sea posible lo hará un ser superior a los demás?"
"Damián no haría eso."
"Y vaya que lo sé, pero ¿Por qué debe ser así? ¿Por qué seguir un prototipo? ¿Por qué Damián no puede vivir siendo un alfa feliz que espere pacientemente a su pareja que el destino le disponga? ¿Qué tal si le hacen bullying por ser pequeño? ¿O por no tener padre alfa? ¿Te imaginas si le hacen bullying por pensar diferente? ¿Por mi culpa? Cuando digo que esto es una mierda, no hablo solamente de lo que viven los omega, sino todos."
"Libardo ¿Estás dudando de tu hijo?"
"¡Claro que no! Yo solo..."
"Damián sabrá que hacer, creo que tengo más fe en él que tú mismo." Mordí mi labio, iba a responderle, no me importaba discutir con Jean, él no era como los demás. "La clave está en enseñarle que no tiene que dejarte consumir por los demás, él puede ser una de las primeras personas que marquen la diferencia ¿Quién te dice que no hay más personas que piensen cómo tú o cómo yo?"
"Somos como una aguja en un pajar."
"¿Y? Pero existimos por algo y se puede hacer el cambio, es difícil, pero no imposible."
"Tienes una visión demasiado soñadora para alguien que es empresario." Lo halagué, aunque dudé un poco que comprendiera el halago, su media sonrisa me dejó en claro que lo cogió, así que pude respirar tranquilo.
"¿Has notado que soy un par de centímetros más alto que tú?" Me soltó directamente. Asentí, aún no muy seguro, lo noté la primera noche que lo conocí, sin embargo ahora no le tomaba mucha importancia.
"En mi primaria era un alfa tan pero tan alto que una vez me golpearon por ser así, ya que aparte de eso, era muy escuálido." Separé mis labios de la pura sorpresa, aunque no dije nada, parecía que él aún tenía mucho que contar. "En la secundaria, crecí mucho más y me golpeaban por esa razón, por el mismo concepto, ser diferente." Jean sonrió, miró al frente, aún sin apartar su mano de mi pierna. "Yo soy hijo único, siempre fui muy consentido en todo sentido. Mi madre, cada que me veía llegar con un ojo morado, me decía que esperaba yo les hubiera arrancado una oreja como mínimo."
Jean soltó una risa algo silenciosa, para mí no era sorpresa que los alfa también tengan algunos estándares y exista el bullying entre ellos, tan normal como pasar por el bullying de ser un hombre y ser omega, algo que me pasó durante la secundaria también, pero no tan marcado como para que llegue a los golpes, en aquellos tiempos vivía bajo el cuidado de mi padre, siendo un alfa muy reconocido, él podía bien hacer de las suyas si se enteraba de que alguien nos tocaba un cabello, sea a Laila o a mí.
"¿Y lo hacías?" Murmuré al ya no escucharlo hablar.
"No, no les llegaba a dar ni un solo golpe, imagínate lo frustrado que me sentía." Asentí, podía bien darme una idea. "Hasta que a mitad de la secundaria mi madre me inscribió en un curso de defensa personal, siendo alfa, no tardé en adaptarme y aprender cómo defenderme. Lo más gracioso era que ella siempre me llevaba y me decía "¡Para que luego golpees a esos idiotas!", y cuando salía de clases, siempre me recogía mi papá, él me llevaba por un helado, diciéndome algo completamente diferente."
"¿Qué era?"
"Él decía: "Jean , hay algo que sé que entenderás, que quizás tu madre no entienda aún.", me miraba a los ojos con y me decía "En esta vida, las cosas no se rigen por ser alfa, beta u omega, ni siquiera por quien es más fuerte y quien no, aquí solo existen las personas buenas y malas, y depende de ti elegir que camino deseas seguir. Míralo así, ser una persona mala te dará el poder de conseguir todo, todo lo que quieras con la facilidad de dar algunos golpes, serás poderoso y temido, además de alguien respetado por el terror de que mates a otros; pero el ser una persona buena, te regalará aquello que las personas malas nunca, pero nunca encontrarán."
"¿Qué es?"
"Es gracioso, yo le dije "¿Más golpes en la cara y una nariz rota, papá?", él rió y me respondió "Seguramente, seguro te golpearán hasta dejarte cansado o humillarán hasta que incluso tu corazón sienta que no tiene ganas de latir, pero nunca obtendrás paz ni felicidad siendo una persona mala, y a la hora de la hora, para cuando tus puños dejen de servir y ya nadie te tema ¿Qué te gustaría tener? ¿Una familia con pequeños corriendo por ahí, un corazón feliz y una pareja que no te abandonará hasta el último de tus días, o la soledad y tristeza, además de todos los golpes que alguna vez diste siendo más joven?"
"Lo primero." Murmuré, no estaba seguro de que ese fuera el discurso más motivacional del mundo, pero me había dejado en claro que clase de persona era Jean y su padre, además de comprender un poco mejor porque se solía diferenciar del típico estereotipo de alfa poderoso y demandante.
"Y me repetía eso cada día después de mis clases de defensa personal, una vez hasta discutió con mi madre por ello, ella le dijo que me estaba enseñando a ser un marica, mi papá le dijo que me estaba enseñando a tener corazón y a aprender que se siembra lo que se cosecha." Respiró. "No es malo ser diferente, Libardo, eres hermoso por ser diferente, cultiva tu mentalidad y estoy seguro que Damián será el mejor alfa que la humanidad pueda conocer."
"Espera, espera." Arquee una ceja, algo confundido con sus palabras. "Pero golpeaste a Pietro y casi lo matas ¿No estás rompiendo tus principios haciendo eso?"
"No, yo sé que no." "¿Por qué no?"
"Sé que mi padre, o yo mismo, me permito perder la cabeza si alguien está dañando a alguien que me importa más de lo que me importo yo mismo."
Mi corazón empezó a latir con tal fuerza ante sus palabras y su mirada intensa posada en mí. Recordé que sería la última vez que lo vería en un muy, muy largo tiempo, así que, culpa de mi omega o de lo que sea, me quité el cinturón de seguridad para pasarme rápidamente a sentarme sobre sus piernas, besando sus labios con suavidad, rompiendo el contacto visual solo cuando ambos cerramos los ojos para fundirnos en aquel gesto, ronroneando apenas su lengua tocó mi boca, pidiendo permiso para entrar en mí y robarme hasta el último aliento.
Mis manos temblaban, todo mi cuerpo estaba estremeciéndose ansioso mientras buscaba entre tanteos tontos el inicio de su remera, quería quitársela, él estaba haciendo un gran trabajo con mi boca, yo podía... Podía solo tocar más. Quería más.
Gemí cuando sus labios mordieron el inferior de los míos y sus manos tomaron mis muñecas, impidiéndome continuar bajando hasta el final de su remera, iba a apartarme para mirarlo, saber qué había hecho mal, pero no me dejó, acomodó mis manos sobre sus hombros y tiró de mi cuello, impidiendo que me separé de su boca mientras ladeaba su cabeza y continuaba besándome, profundo, tosco, escuchaba el húmedo sonido de los constantes besos, o disfrutaba de las caricias de su lengua.
"Libardo." Jadeó cuando nos separamos, observándome a los ojos con un brillo especial, uno que definitivamente jamás había visto en los ojos de absolutamente nadie. "¿Sabes realmente quién tiene el poder cuando se trata de amor?"
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"Lai , creo que voy a morir."
Observé a mi hermana mirarme desde la entrada de la habitación, ella estaba parada en el marco de la puerta con un gesto preocupado, cargando ya la bolsa con las cosas de Damián, se lo llevaría también por tres días, al parecer algo no andaba bien conmigo.
Era sábado, había empezado a presentar los síntomas desde la noche anterior, pero ya tras aguantar otras veinticuatro horas más, no podía, mi cuerpo entero estaba tan caliente como si me hubieran colocado algún afrodisiaco justo entre las nalgas. Sin exagerar, mi primer y único celo adelantado en lo que llevaba de vida y era mucho peor que los programados, sentía que si Laila no se iba pronto terminaría actuando frente a ella y esa no sería una buena imagen para mi hermana.
"Sigo pensando que esto es una locura ¿No tendrás algo en el estómago o los idiotas de la Universidad o del trabajo te habrán puesto algo en tu bebida o lo que sea? Libardo, hace menos de dos meses que fue tu último celo ¡Esto no tiene lógica!"
"Créeme cuando te digo que no tengo ni puta idea." Me removí, apretando mis piernas, sintiendo mi pene tan duro y mi entrada tan mojada. Mierda.
"¿Estás seguro que está bien que te dejé estos días solo?"
"Sí, he sobrevivido a esto antes."
"Sí, pero esto no es normal ¿Por qué se te ha adelantado un mes entero? ¡Debes ir al médico!"
"Hermana, estás jodida de la cabeza si piensas que voy a salir para ser comido por cualquier alfa ¿Te das cuenta que huelo a una puta necesitada?"
"Uh, algo." Laila sonrió, aguantando una carcajada colocando su mano sobre su boca. Venga, no lo dije para que se riera ¡Era verdad!
"Como sea... Joder... Solo cuida mucho a Damián y..."
Dejé de hablar cuando ambos escuchamos el sonido de mi celular. Estiré mi mano para excusarme con mi jefe cuando me encontré con que no era él, ni Mae. Jean, en letras mayúsculas como lo había agentado la vez que me dejó su número el día del estadio. Mordí mi labio y de repente experimenté otra corriente que me hizo encogerme, contraje mis músculos, más los de mi parte baja. Terminaría mojando la cama, demonios.
No había vuelto a saber de Jean desde el miércoles cuando nos despedimos, él y yo nos besamos hasta que mi celular sonó, con una llamada de Guadalupe para asegurarse de que yo estuviera bien. Fue un "Adiós" sin más, de hecho, si no nos hubiéramos desviado tanto del tema principal, sé que le habría pedido que nos viéramos algún día de la semana, lo necesitaba tanto. Conteniendo mi emoción frente a mi hermana, contesté y acerqué el teléfono a mi oreja.
"¿Jean?"
"¿Aló? ¿Hablo con Libardo?"
Me olvidé por dos segundos de mi estado cuando escuché una voz masculina del otro lado y no precisamente de Jean. Iba a soltar un sonido humillante ante las ideas e imágenes que empezaron a llenar mi cabeza, cuando la otra persona volvió a hablar.
"¿Lo eres? Siento si no es así, pero Jean tiene agendado este número con ese nombre, es una emergencia."
"¿Emergencia?" "Sí ¿Eres Libardo?"
"Sí, soy yo ¿Qué emergencia es?"
"Libardo,soy Carlos, el mejor amigo de Jean." Solté el aire de mis pulmones cuando reconocí el nombre, aunque esa felicidad me abandonó en dos segundos, siendo reemplazada por un temor que me dejó congelado. "Él está en problemas... Creo que tienes que venir urgentemente o algo malo le pasará."
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The perfect omega ✨LIEAN✨
Fanfiction✨ AVISO IMPORTANTE ✨ Esta historia es una ADAPTACIÓN de la historia original de la maravillosa Jasmine ( @justbromance ) quien me permitió de una manera muy amable el poder realizarla en el shipp LIEAN . La historia original está en su perfil :) y a...