Mordí mi labio inferior con nerviosismo cuando tomé asiento en la parte lateral izquierda de la sala, justo al medio de las tres sillas. Jean se sentó a mi lado sin soltar mi mano en ningún momento, y el abogado al extremo más apegado al centro, listo para levantarse si se le presentaba la necesidad. Había visto tantas veces escenas como esa en películas o novelas, sin embargo, jamás me imaginé en alguna, ni pensé que en la actualidad estos juicios por tenencia continuaran existiendo.
"Si el mundo se rige por el alfa mandando a los betas y omegas ¿Cómo es que existen estas cosas?" Murmuré muy bajo. Jean me miró pero no me respondió, ambos esperamos pacientemente a que nuestro abogado nos quitara aquella duda. Chris me mostró una pequeña sonrisa, el juicio aún no empezaba, así que podíamos hablar entre murmullos que lográbamos entender con facilidad.
"Bueno, no eres el único que trata de cambiar el mundo, Libardo." El omega a mi lado asintió con orgullo, observando el portafolio que traía, con las pruebas a mi favor. "Si bien, como dices, es un mundo bastante inestable y poco demócrata, estos juicios, como muchos otros, empiezan a tener su pequeño espacio porque son más los omegas que luchan por obtener o porque se respeten sus derechos como persona."
"¿En serio?"
"En serio." Chris acomodó su corbata, suspirando melancólicamente. "Sin embargo, es el primero en el que me permiten formar parte como abogado defensor... Algunas personas son bastante inestables y aún no creen por completo en su capacidad, como un tono gris... Quiero decir, los omegas que luchan por sus derechos no les agrada la idea de un omega luchando a su lado por ello, es debido a esto que mayormente son los abogados alfas o betas enormes los contratados."
"Por eso dijiste que era tu primera vez." Suspiré. Entendía mejor el anhelo de Chris por ganar, más allá de nosotros, era su meta personal. "Pues." Continué. "Jean y yo creemos que puedes devolvernos a Damián, Chris."
"Oye, tienes suficientes conocimientos hasta para ser juez, solo debes ir por ello." Jean lo alentó, dándole una rápida mirada, antes de besar mi cien.
Fue entonces cuando escuché a las personas sentadas detrás de nosotros murmurar con más fuerza, porque sí, era un juicio abierto para todo público considerando el rumor que se extendió diciendo que el hijo de la dueña de L-Alfa estaba implicado en él. Muchas de sus palabras las entendía, pero no le tomaba la debida atención, no desde que vi a Andrew, Emma y el alfa, que supuse era su abogado, entrando en la sala y sentándose justo al lado derecho de frente al tribunal. Andrew nos mandó una fanfarrona sonrisa y solo me quedé ahí, mirándolo con todo el desprecio que traía hacía aquel alfa.
La mano de Jean se tensó en contacto con la mía y voltee a mirarlo. Ambos alfas se mantenían la mirada, en una silenciosa contienda de poder. Lo noté y me interpuse, centrándome en mi alfa, quien al verme relajó sus facciones y suspiró, soltando un ligero gruñidito por lo bajo, sacándome una suave sonrisa.
"Buen alfa." Dejé que mi nariz se roce con la de Jean en un tipo de beso esquimal, escuchando después a Chris hablar.
"Me sorprende su capacidad de controlarse, quiero decir, después de todo lo que me han contado, debe ser difícil."
"Lo es." Miré los ojos de mi alfa y acaricié sus cabellos; Jean se relajó ante mis mimos, casi ronroneando él cerró los ojos y sentí su felicidad ante mis acciones. "¿Qué puedo decir? Lo tengo amaestrado." Bromee, logrando que él abra uno de sus ojos, arqueando una ceja sugestivamente.
"Omega idiota."
"Alfa estúpido." Sonreí y él hizo lo mismo. Tenía tantas ganas de besarlo, aunque no estaba seguro de si eso fuera lo correcto, así que solo volví a rozar mi nariz con la suya, justo unos segundos antes de que el juez aparezca.
Patrick Stewart era un alfa de la tercera edad, aunque a pesar de ello, todos en la habitación se quedaron callados ante su presencia. Él se sentó en el centro del tribunal mientras era presentado y todos nos mantuvimos en completo silencio, escuchando la voz del alfa que explicaba la razón del juicio antes de que él también callase y entonces, el juez Patrick diera por iniciada la masacre.
"De acuerdo." Con solo oírlo hablar comprendí la razón por la que no estaba retirado a pesar de los años que aparentaba. "Empecemos." Él aclaró su garganta. "Solicito la presencia del equipo técnico."
Según como Chris nos había explicado, ellos eran los encargados de analizar todas las pruebas mostrabas por ambos lados. Me había comentado también que en una situación normal, ellos tendrían que evaluar mi comportamiento mediante cantidad de preguntas y estudios, pero después de las pruebas mostradas por mi abogado y por el de Andrew, ellos mencionaron que no era necesario. Al ver a los tres alfas entrando a escena por la puerta del lado, comprendí la razón por la que querían saltarse ciertos pasos. Los tipos inmensos podían medir más de dos metros, sin exagerar.
"Muy buenas tardes, señor juez." Habló el más alto de ellos. "Seré breve y conciso, después de la cantidad de pruebas, análisis y los informes realizados en base al comportamiento de Libardo Isaza, omega padre del menor, Damián Isaza, se recomienda la completa tenencia del infante para el padre alfa, Andrew Garfield, quien ha mostrado ser bastante sensato, contar con una familia estable y un buen entorno para el infante, del mismo modo que Libardo Isaza no se encuentra en condiciones o en la capacidad para cuidar y proteger a alguien más."
Ahora tenía mucho más sentido la presencia de Emma al lado de Andrew y no dudé que si la veía detenidamente, me encontraría con una resiente mordida adornando su cuello.
Cerré mis ojos y Jean soltó un gruñido bajo, muy bajo. Sentí su corazón acelerarse de la rabia y traté de calmarlo, presionando su mano con algo de fuerza, recordándole que me encontraba con él.
"Estúpidos alfas." Murmuré entre dientes.
"Era de esperarse." Dijo Chris entre susurros. "Son alfas, no van a estar nunca de acuerdo con que un omega le gane a un alfa en un juicio, sea por la razón que sea." Él suspiró. "Aquí el servicio técnico no importa, sino la decisión del juez ante las pruebas."
"El juez es un alfa, y no es el alfa más justo que conozcamos, según lo que nos mostraste."
"Daré mi mejor esfuerzo." Me respondió y aunque no me convenció en lo más mínimo, le sonreí con suavidad, tratando de darle la confianza suficiente para que continuara con el juicio.
Al juez Patrick le entregaron todos los documentos referentes al caso y aunque estuve bastante seguro de que ya los había leído anteriormente, él volvió a darle una ojeada a todo, con una expresión tan neutral que parecía leer cualquier cosa, menos unas pruebas que jugaban demasiado a mi favor o a favor del alfa del otro lado de la sala.
"Ahora le concedo la palabra al abogado de la parte demandada." Dijo después de un largo silencio. Chris se tensó ante sus palabras pero se levantó de su lugar tan rápido como pudo, provocando que la silla rechinara al ser empujaba y obligándome a sostenerla para que esta no cayera. Suspiré bastante consciente de que él también se encontraba nervioso.
"Muchas gracias, señor juez." Chris hizo una leve reverencia antes de empezar. "Yo rechazo completamente la recomendación dada por el equipo técnico, debido a que los fundamentos impuestos en la demanda se encuentran bastante ajenos a las circunstancias reales y a la gravedad de los hechos. Las pruebas que usted tiene en sus manos, la demanda por abandono, por agresión y por inestabilidad psicológica no son más que vanas exageraciones para perjudicar a mi cliente, Libardo Isaza, y así conseguir la tenencia de su menor hijo, Damián Isaza." Chris dijo todo casi como si se lo hubiera aprendido de memoria, para después continuar hablando, ya mucho más relajado. "Iniciando por la demanda por abandono, en el informe no se detalla que mi cliente abandonó a su ex alfa, Andrew Garfield, después de que este le indicó y recalcó que su relación, incluido el lazo, había sido una apuesta de él con sus amistades, señalando también que esta se había roto después de que el señor Garfield, junto con su amigo Dane DeHaan, abusaran sexualmente de mi cliente. Puesto que la relación sexual fue realizada sin su consentimiento ni aprobación, bajo amenaza de agresión."
"¡Eso es mentira!" La voz de Andrew resonó por toda la sala. Él gruñó tal alto que Jean no tardó en ponerse de pie, aunque al segundo después escuchamos el fuerte sonido proveniente del golpe que el martillo de Patrick daba contra la mesa.
"¡Silencio!" Gritó, calmando a los dos alfas. Jean volvió a su lugar y suspiró. Él tenía tanta rabia contenida que agradecí su capacidad de controlarse, sin embargo, Andrew aún se encontraba de pie, mirándome con un gesto cargado de odio. "Abogado, le recomiendo tranquilice a su cliente o el juicio se dará por terminado. La principal regla en este tribunal es el respeto y el comportamiento racional, si veo más de estos faltamientos, no encuentro razón para realizar el juicio si está demostrado aquí mismo que la contraparte puede calmarse más rápido que este salvaje alfa." Preciso y directo, Patrick le envió tal mirada a Andrew que este tomó asiento; entonces vi como su abogado le murmuraba algo que no logré escuchar.
Bueno, quizás no estábamos tan perdidos como creí.
"Abogado del demandado, continúe." Dijo el juez cuando todo se relajó o eso creí, notando entonces que habían encendido el aire acondicionado del lugar, eliminando cualquier aroma que pudiéramos liberar debido a las feromonas. Gran truco, no lo había pensado.
"La segunda parte de la demanda." Continuó Chris. "La agresión realizada por parte de mi cliente hacía su ex alfa fue totalmente en defensa propia, debido a que este atentó contra su libertad encerrándolo en una habitación reducida y atacándolo de manera verbal, además en el informe no se menciona que él también agredió a mi cliente. Todo lo dicho anteriormente se puede comprobar gracias al testimonio del testigo que ayudó a mi cliente a escapar: Felipe, jefe de Chronicle Live, la revista donde trabajaba el señor Isaza."
Chris se acercó para presentar el testimonio por escrito y el juez lo tomó. Esta vez, mientras leía, Andrew no hizo ni un gesto, él se mantuvo mirando a Patrick en completo silencio, quizás tratando de leer alguna de sus expresiones como una esperanza de que esté a favor o en contra de las palabras dichas por Chris. Felipe se encontraba presente también en caso el juez lo llamara, pero al parecer no hizo falta.
"Prosiga."
"Y para concluir con las demandas, a mi cliente se le ha demandado por inestabilidad psicológica por todos los actos anteriores. Yo mismo me encargué de someter a mi cliente a estudios de tres días consecutivos en donde se debería demostrar si es una persona inestable o estable, y el diagnóstico salió a favor de Libardo Isaza, alegando que es una persona psicológicamente estable, la cual ha sufrido traumas, en su mayoría causados por el alfa Andrew Garfield y que, si bien estos pueden crear miedo o repulsión a dicho alfa, no son peligrosos como para dañar a su pequeño hijo, quien, cabe resaltar, hasta su edad actual de tres años, no ha pasado días de hambre, frío o enfermedad, siendo mantenido económicamente solo por mi cliente, sin la presencia de ninguna otra figura o ayuda monetaria o moral." Chris suspiró, parecía que acababa de decir su última carta bajo la manga, para luego darme una rápida mirada y después volver hacía el juez. "Por lo cual, pido se rechace cualquier tipo de demanda y, por el contrario, se le entregue la completa tenencia del menor, Damián Isaza, a su padre biológico, Libardo Isaza, sin dar paso de visitas o acuerdos económicos. Mi cliente no desea absolutamente nada de Andrew Garfield, solo la tranquilidad de tener a su pequeño hijo consigo y de no volver a ver al alfa mencionado. Es todo, señor juez."
Chris se volvió a sentar mientras el juez se tomaba su tiempo para leer todas las hojas que le había entregado. Miré al omega y le mostré una pequeña sonrisa, antes de girarme hacía Jean y observar en su mirada aquel brillo cargado de esperanza. Desde mi punto de vista, teníamos mucho a nuestro favor, o así había sonado la perfecta defensa de mi abogado, un omega.
"Concedo la palabra al abogado de la parte demandante." Oí su ronca voz y suspiré.
"Buenas tardes, señor juez." Habló el alfa abogado de Andrew, levantándose de su lugar con tranquilidad, observando fijamente al hombre en el estrado. "Todas mis pruebas físicas le han sido entregadas por medio del servicio técnico, aunque después de escuchar hablar al omega que defiende al señor, Libardo Isaza, sé que no tengo mucho que decir para que usted, siendo justo y parcial, comprenda que cada una de sus retorcidas palabras no son más que una burla a la justicia como tal." Lo miré entonces, dudando de si estaba hablando en serio ¿En qué parte Chris podría haberse burlado? "Todos sabemos, y corríjame si me equivoco, que cuando un alfa se une con un omega, el omega en cuestión le debe completa fidelidad y sinceridad a su alfa, aún más en temas tan importantes como la existencia de un hijo mutuo. El señor Libardo Isaza ignoró toda ley de la vida de un omega al ocultarle a su alfa la existencia de su progenitor, además de desaparecer sin dar justificación alguna. Mi cliente niega haber obligado a su ex omega, el señor Isaza, a mantener relaciones sexuales con él y su antiguo amigo, Dane DeHaan, quien no ha podido estar presente debido a su desaparición. No hay prueba que demuestre tal abuso, además de recalcar que, aunque no es el caso, un omega siempre debe obedecer a su alfa, ya que este, como su pareja, sabe lo que es mejor para él."
"Si serás estúpido." Escuché un murmullo escapar de la boca de Jean y negué con la cabeza suavemente, de modo que solo él me viera. Sus ojos y los míos se mantuvieron mirándose por largos segundos, hasta que suspiró y asintió.
Todo va a estar bien, ya verás.
Él volvió a asentir, confirmándome que lo había oído.
"Si mi cliente mordió o no a otra u otro omega después de eso, fue por la misma necesidad de encontrar alguien que llene el vacío, lo cual comprendemos porque nacimos para eso." Claro, y las omega que mordía y dejaba tiradas nacieron para eso también ¿No? Estúpido. "Y por último, bajo ninguna, ninguna circunstancia se puede permitir que un omega agreda a su alfa, es un faltamiento grave hacía nuestra pirámide que rige y mantiene este mundo en estabilidad. Los omega han servido desde siempre a los de rango mayor, si se les permite algún día tener el poder a la par ¿En qué nos hemos convertido? ¿Un omega abogado? ¿Qué sigue? ¿Un doctor omega? ¿Un ministro omega? Desde un comienzo este juicio ya parece una completa bufonada, si me permite decirlo." El alfa se acomodó el traje, continuando. "Mi cliente y yo comprendemos que el demandado, Libardo Isaza, se encuentra actualmente manteniendo un reciente lazo con el alfa, Jean Carlo León, al igual que sabemos de la existencia de un pequeño hijo entre ambos. Por ello, entendiendo que, por las leyes de lo natural, no podemos separar al señor Isaza de su actual alfa, solamente desear que ese pequeño, aún no nacido, tenga el mejor ambiente familiar posible." Entrecerré los ojos, sabiendo lo que venía. "Sin embargo, su hijo, Damián Isaza, no tiene razón para vivir en un lugar donde fácilmente puede ser discriminado por no ser hijo de ambas partes. Él podría ser dejado de lado y con toda la intención de evitarle traumas al menor, mi cliente, Andrew Garfield, continua con su demanda y exige la tenencia total de su único hijo, asegurando criarlo en un ambiente de total armonía, amor y seguridad, sumándole también que él y su actual omega, Emma Stone, no cuentan con la capacidad de tener más hijos y que le darían todo el amor que merece al infante. Además de entregarle una crianza como es debida, con una omega mujer y un alfa varón. Es todo, señor juez."
Y fue con ese último comentario fuera de lugar, que comprendí lo alfista y estúpido que era aquel abogado. Una vez este tomó asiento, miré a Chris y lo noté algo nervioso, su pierna se temblaba y había pasado a morderse la parte de la huella del pulgar. Inclinándome para darle un pequeño codazo, él me miró y negué con la cabeza.
"Lo siento, es que..." Nos observó a mí y a Jean. "Él y el juez tienen una forma muy parecida de pensar ¿Saben? Pude haber convencido al juez de cuestionarse las cosas, pero con el recordatorio de la pirámide y el orden natural de las cosas, junto con toda la basura... Temo que ya haya tomado su decisión."
"No me asustes así, Chris." Temblé ante la simple idea. Jean fue ahora quien trató de relajarme, pero al ver que el juez terminaba con todas las pruebas y acomodaba las hojas, el pánico pudo más que yo.
"Ahora tomaremos un breve descanso." Habló el alfa que anteriormente se encargó de presentar al juez. Suspiré, liberando todo el aire que había contenido sin siquiera darme cuenta. "En unos minutos estaremos de regreso con la decisión final del juez Patrick Stewart."
Escuché a las personas levantarse y salir de la sala después de que el juez lo hizo. Me mantuve ahí sentado hasta que me relajé lo suficiente y, apenas pude, uní los labios de Jean con los míos, tranquilizándome al sentir la suavidad de su boca y su dulce roce, deleitándome con tal caricia llena de cuidado, de amor y de seguridad. No sabía dónde estaría si no me encontrara con él a mi lado en un momento como este.
"Los dejaré solos." Nos dijo Chris, yéndose antes de que siquiera respondamos algo. Me concentré en mi alfa, olvidé incluso de que Andrew se encontraba cerca. Todo se borró de mi mente para cuando Jean suspiró contra mi boca, abriendo los ojos, mirándome fijamente.
"¿Estás bien?" La pregunta tonta nos sacó una sonrisa. "Quiero decir ¿Nauseas? ¿Algo de eso?" Negué con la cabeza, dándole otro pequeño beso. "Tengo miedo de que todas estas emociones fuertes le hagan daño a nuestro bebé."
"Jean, tienes miedo incluso de abrazarme mientras dormimos." Rodé los ojos al recordar las noches en las que se tomaba minutos de minutos escogiendo una posición en la que no aplastara mi vientre. "Es apenas una manchita ¿Si? Una hermosa manchita negra, no le pasará nada. Tú nos cuidas."
"Lo siento, soy nuevo en esto."
"Lo sé y es adorable." Volví a besarlo después de decir eso.
Me perdí en sus labios nuevamente y lo hubiera seguido haciendo de no ser por una pequeña voz que escuché a la distancia. Presioné mi boca contra la de Jean y coloqué mi mano sobre su pecho, apartándolo. Otra vez la pequeña voz, entonces no pude más. Jean también se había percatado, por lo que ambos nos levantamos de las sillas y corrimos hacía fuera de la sala, pasando por la puerta principal. Fue ahí cuando vi al dueño de la voz y el causante de todo el alboroto que se había formado, con una pequeña cantidad de guardias rodeándolo.
"Mierda." Gruñó uno, cubriendo su mano con la otra. "Me acaba de morder, no puedo ni tocarlo."
"¡¿Ónde ta papá?!" Su voz mucho más clara aceleró mi corazón, sacándome una enorme sonrisa a pesar de su tono hostil y malcriado. Avancé un par de pasos, apenas alejándome de Jean cuando todas las miradas se dirigieron hacia mí, incluidos esos preciosos y enormes ojos azules que, al verme, brillaron con inmensa felicidad, antes de que el pequeño dueño de estos corriera a mi alcance. "¡Papá! ¡Papá!" Repetía una y otra vez, llenando mis ojos de lágrimas. Su voz se oía tan hermosa, más de lo que recordaba.
Su pequeño cuerpo se aferró al mío en cuanto me arrodillé y lo recibí entre mis brazos. Damián me abrazó con fuerza, mientras sus pequeños bracitos rodearon mi cuello y luego lo escuché llorar; mi pequeño lloraba como el bebé asustado que era estando ya en los brazos de su papá, abandonado cualquier faceta de autoprotección y soltando todo lo que sentía realmente. Mi adorable hermoso hijo alfa sollozaba haciendo ruido, llenando el pasillo con su llanto, repitiendo una y otra vez "Papá" olfateándome por momentos, con miedo, con anhelo y con muchos sentimientos encontrados para alguien tan pequeño.
"Aquí estoy, bebé." Sin darme cuenta, yo también estaba llorando ya. "Aquí estoy, mi amor. Te juro... Te juro que aquí estoy y no me voy a ir. Nunca me voy a ir, Damián , mi bebé." Sentí la mano de Jean sobre mi cabello y ronronee, Damián entonces se apartó apenas para mirar sobre mi cabeza y después detrás de mí, confirmándome que Jean se había puesto en cuclillas para estar a nuestra altura.
"¡Jeeeaan!" Le sonrió feliz, soltándome por un momento para abrazarlo, acurrucándose entre ambos, frotando su rostro en el cuello de mi alfa. "Jeeaan, te estañé mucho."
"También te extrañé mucho, Damián." La mano de Jean se paseó por los rubios cabellos de mi pequeño, ante mi atenta mirada. "Hey." Buscó la mirada de mi hijo. "Tu papá me contó lo que hiciste ¿Sabes? Eres el mejor alfa que he conocido y estoy muy, muy orgulloso de ti."
"¡Yo poteguí a papá! Jeeaan rijo." Mi rubio bebé asintió con la cabeza repetidas veces, con el ceño fruncido, afirmando con seriedad sus palabras. "Papá a salvo."
"Eres un ángel, Damián." Mi pequeño volvió a acurrucarse en mis brazos, manteniendo una de sus manitos sobre Jean, en su remera. Ahí permanecimos hasta que Chris se nos acercó, inclinándose para hablar con nosotros.
"Lo trajeron porque el juez quiere hablar con él personalmente, en privado. Sin embargo, cuando se enteró que estabas por aquí, Libardo, enloqueció, solo repetía que quería verte y mordía a todo aquel que no lo dejaba buscar tranquilo. Se ha metido sin permiso en cuanta sala ha podido... Buscándote."
"Y mordiendo personas." Continué, Chris se encogió de hombros, no se le veía malhumorado, sin embargo, él me hizo una señal hacía una señorita que esperaba a Damián y suspiré, mirando a Jean antes que a mi hijo. "Amor, escúchame." Damián obedeció, mirándome a los ojos. "Necesito que vayas con la señorita que está ahí y que le hagas caso."
"¿Po qué?" Preguntó él, con un infantil puchero. "Yo quero estad con papá y Jeeaan. Me podte bien."
"Lo sé y estarás con nosotros, amor." Suspiré, acariciando suavemente su mejilla, peinando sus cabellos después. "Pero para estar juntos por siempre... Debemos esperar un poco más."
"¿Cuánto?" Mi pequeño cuestionó.
"Poquito... Muy poquito." Volví a abrazarlo con fuerza, mientras Damián restregaba su rostro contra mi cuello, llenándose de mi aroma. "Se bueno ¿Si? Ya no muerdas ni hagas caras o el tiempo se hará más largo."
"No." Chilló, a punto de llorar.
Jean dejó un suave beso sobre sus rizos antes de que yo lo entregue a la mujer que lo llevaría a hablar con el juez. Damián , hasta el último momento, se despidió moviendo su manito, ya en los brazos de la señora. Él nos miraba triste, apagado, a cada paso que daba la mujer alejándose, sentía que se llevaba una gran parte de mi corazón.
Después de eso, me acerqué a Jean y lo abracé, yo no podía permitir que me lo quitaran, no iba a poder vivir sin él.
+
Cuando volvimos a la sala y el juicio inició nuevamente, el juez dio unos martillazos solo para que los suaves murmullos se detengan y entonces todos nos concentramos en él. Patrick aclaró su garganta, cruzando sus dedos y apoyando sus brazos sobre el tribunal, acomodó después unos papeles que tenía bajo sus manos y separó sus labios, pero entonces me levanté, sorprendiendo a Jean y a Chris.
"¿Sucede algo, señor Isaza?" Agudizó su mirada sobre mí. Crítico y severo, en clara señal de disgusto ante mi gesto.
"¿Puedo decir algo?" Patrick arqueó una ceja. "O sea, sé que se supone que Chris habló por mí con palabras complejas de las cuales entendí un 80% y el otro no. También me imagino que ya tomó su decisión y todo eso, pero... Quiero decir algo ¿Puedo?"
"¡Claro que no!" Intervino el abogado de Andrew, levantándose de su lugar. "¡Esto es un total faltamiento de respeto! Todo ya está dicho. Señor juez, no puede permitir que-"
"Que hable." Dijo Patrick, callando al alfa.
"¿Qué?" Pregunté, sorprendido.
"Puedes hablar." Él se inclinó en su asiento, apoyándose con totalidad en el respaldar, en un gesto de relajo. "Nada de lo que diga cambiará mi decisión final, la cual ya está escrita y la leeré apenas termine. Si quiere hablar, hágalo." Hizo un ademán con su mano, dándome permiso.
"Uhm, vale. Vale." Obedecí y caminé hasta pararme justo frente al juez. Mirándolo, noté la firmeza en su mirada y luego me giré hacía todo el público detrás de mí. Jean me observaba preocupado, sentado en el filo de su silla para saltar en el segundo en el que algo se complicara, sin embargo, él confiaba en mí, lo sabía por cada vez que su corazón latía. "Sinceramente, no tengo idea de cómo empezar a decir esto, pero siento que si no digo algo y todo sale mal... Me quedaré con esto en la punta de la lengua por el resto de mi vida." Miré a Andrew, quien me observaba fijamente, esperando que comenzara. "Es la primera vez que tantas personas tienen sus ojos sobre mí, así que diré lo que me muero por decir." Después de eso, inicié. "Creo que hoy en día muchas personas estamos actuando de manera muy estúpida."
"¡Libardo!" Me regañó Chris, pero negué con la cabeza, continuando rápidamente.
"Es que somos estúpidos, en serio." Me encogí de hombros. "Yo estoy incluido ahí. Quiero decir, también he sido muy estúpido durante mi vida y eso debería cambiar." Miré a Jean y sonreí suavemente, suspirando. "Desde que quedé embarazado del alfa que me engañó y me mordió solo por una apuesta. Sí, Andrew, hablo de ti." Le dirigí una mirada y luego continué. "Y mi familia me dejó por no ser lo que ellos esperaban, he vivido mucho, mucho tiempo... Solo pensando en que el mundo está en mi contra o que soy únicamente yo contra los estúpidos alfas y sus creencias de superioridad. Porque sí, ahora puedo admitir que odié internamente a los alfas por mucho, mucho tiempo, porque un par me hicieron daño, los metí a todos en una bolsa y los aborrecí tanto que casi... Casi pierdo al amor de mi vida por eso." Jean me sonrió, feliz de poder confirmar que no había sido así. "Cuando realmente, nunca me di cuenta que hacía lo que los alfas hacen con los omegas, solo que al revés, en vez de buscar la dichosa igualdad de la que tanto hablaba, deseaba que podamos pisotear a todos aquellos que nos han sabido pisotear, sin darme cuenta que igual buscaba la desigualdad y hacerles daño a todos ellos porque unos me dañaron a mí. Ahora entiendo que es solo un mecanismo de defensa que tenemos... Todos."
Caminé hasta acercarme al juez de Andrew, a su mesa. Le di una rápida mirada a Emma antes de inclinarme, apoyando las manos sobre la madera. Sentí el acelerado latir de Jean y suspiré, tratando de entregarle mi tranquilidad, porque sí, estaba tranquilo. Quizás había enloquecido o ya se me había zafado un tornillo, quien sabe.
"Y es que, tienen miedo. Alfas, betas u omegas, tienen miedo." Miré fijamente al desconocido hombre del que no sabía ni su nombre. "Tú tiene miedo de que algún día Chris sea incluso mejor abogado de lo que eres, o que pueda ganarte un caso, demostrando que somos iguales a ti." Después miré a Andrew, negando con la cabeza, con lástima. "Y tú... Tú tienes tanto miedo de ser la basura que sabes que eres, que tratas de hacer sentir a otros lamentables, pero ya no más. Ya no te tengo miedo y ahora sé que no es solo porque Jean esté aquí, conmigo. No te temo porque sé que soy una persona como tú y no te temo porque, quizás no pueda golpearte a sangre fría como tú lo harías, pero sé que aunque me golpees hasta casi matarme, siempre habrá alguien esperando sanar cada una de mis heridas, en cambio tú... Si sigues como vas, perderás a la única persona que realmente vale la pena en tu vida."
"Eres un idiota hablando de cosas que no entiendes." Susurró Andrew, inclinándose hacia adelante en su lugar. "Tú y todos los omegas o betas que se creen iguales a los alfas solo se merecen unos buenos golpes."
"O tal vez tú y todos los que no nos creen capaces de ser iguales, se merecen terminar solos, Andrew, pero yo no soy quien te dará lo que te mereces, sino la vida." Me alejé de esa mesa para acercarme nuevamente al juez, suspirando, observando sus ojos totalmente puestos en mí. "Lo sé, me he ido por las ramas y lo lamento, pero es que son muchas cosas y... No sé cómo terminar... Las palabras no dejan de salir ¿Sabe? Como ahora mismo, lo siento."
"Yo solo quiero entender." Me dijo el juez, inclinándose hacia adelante. "¿Insinúas que los omega, betas y alfas tienen el mismo nivel?"
"Yo creo que seas omega, beta o alfa, eres una persona y tienes derecho de ser feliz, de salir adelante y de luchar por tus sueños."
"Es un curioso pensamiento ¿Cómo lo pones en práctica?"
"Creyendo que no por ser omega me merezco vivir atado a alguien que me golpeo, y que usted, no por ser alfa, necesita ser un idiota que tiene miedo del qué dirán los demás alfas si por una vez en su vida toma una decisión que no favorezca una injusticia solo por la estúpida pirámide. Idealizándome en que puede decidir en base a lo que le dicta su criterio como persona para hacer lo sabe que es correcto."
"¡Libardo!" Volvió a regañarme Chris, sin embargo, sonreí al escuchar la silenciosa risa de Jean. Sí, la escuché. Sin decir más, me incliné ante el alfa sobre el tribunal y suspiré.
"Es todo, señor juez." Y volví a mi lugar, tomando la mano de Jean, observando su sonrisa y sus ojos mirarme con orgullo, haciéndome sentir grande, fuerte y poderoso, pero por sobre todo, feliz de haber sacado lo que había aprendido de cada experiencia vivida después de conocerlo.
Juan Carlos tenía razón, llegada la hora, no hay nada mejor que saber que al final de tu vida, siempre habrá alguien esperándote en casa.
"De acuerdo." Prosiguió Patrick después de unos minutos en los que solo se oyó el murmullo persistente de las personas alrededor. Él golpeó su martillo nuevamente. "¡Silencio!" Exigió. "Mi decisión ante la demanda en la que el señor, Andrew Garfield, disputa la tenencia de su menor hijo, Damián Isaza, contra su otro padre, Libardo Isaza, será dictada en este momento." Suspiró, leyendo más del documento. "Después de analizar cada una de las pruebas entregadas y de escuchar ambas versiones, he llegado al siguiente veredicto."
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The perfect omega ✨LIEAN✨
Fanfic✨ AVISO IMPORTANTE ✨ Esta historia es una ADAPTACIÓN de la historia original de la maravillosa Jasmine ( @justbromance ) quien me permitió de una manera muy amable el poder realizarla en el shipp LIEAN . La historia original está en su perfil :) y a...