XII. Tercera Misión

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Finalmente el ascensor iba haciéndose presente.

Durante ese tiempo anduve pensando en si esa figura que vi era de alguien que ya conocía, alguien pelirrojo...

Puse mi mente en blanco mientras iba descendiendo hasta donde llegara el ascensor.

—Preparado —me decía Meteora por la radio.

Antes de llegar al final me quedé esperando entre las paredes del conducto a oscuras hasta que un guardia se asomó para ver hacía arriba, pero antes de que me pudiera distinguir bajé de un salto proporcionándole una patada en la nuca con la parte del talón de mi bota. Me enderecé y en el momento otro guardia que estaba parado justo en frente ya avisaba de mi presencia por la frecuencia de radio que usaba. Reaccioné tarde pero con un puñetazo en el estómago bastó para que ese guardia cayera al suelo

—Contente... —me dije a mi mismo por la fuerza que usé. Una cosa son máquinas, otras son personas.

Después de unos segundos de silencio Meteora me comenzó a hablar-. Ya tenemos el mapa completado, es muy pequeño. Yo te iré guiando conforme llegues a cada punto -decía.

—Tengo tres puertas aquí abajo. ¿Cuál debo tomar?

—La que se abra primero.

En cuanto ella terminó de decir esa frase las tres puertas de ese cuarto se abrieron, cada una con tres guardias pero sólo dos de cada grupo eran personas, lo supe por los movimientos que hacían. Todos ellos, hasta los primeros que derribé, tenían un traje contra la radiación y con un diseño muy diferente al mio, el de ellos era más óptimo y al parecer más inclinados para la batalla que para la radiación.

Después de que todos se me quedarán viendo uno dijo algo por su canal de radio que apenas pude distinguir.

Los nueve guardias me rodearon y de dos en dos se acercaron a mí. Yo fungí rendirme alzando las manos, pero cuando los primeros dos tocaron mis brazos intentando esposarme o someterme, reaccioné agachándome con una patada barrida provocando que uno cayera de cara al suelo y el otro de espalda.

Cuando los otros dos se acercaron ya con la intención clara de atacar me cubrí levantando con facilidad al que cayó de cara. Uno me quería disparar pero le dio a la cabeza a su compañero rompiendo su caso y provocando que todos se quedarán impactados, ya que ellos tampoco eran inmunes a la radiación que si bien, a esa profundidad con la protección adecuada era manejable como tal, era peligroso respirar las partículas contaminadas.

Aproveché este instante para identificar de donde sacaron sus armas y prepararme.

Lancé al guardia contra el que cayó de espaldas y los demás continuaron viendo que era lo que le pasaría a su compañero de casco roto.

Cuando voltearon a verme yo ya me estaba acercando por la derecha al que disparó, golpeé su estómago y con el otro brazo empujé su pecho hacia atrás arrebatado su arma con la otra mano. Ya con el agarre en su muñeca sujeté por completo su brazo y lo rompí impactándolo con mi rodilla para dejarlo inhabilitado. Se escuchó hasta afuera de su casco como gritó de dolor, pero aún así no lo solté y lo arrojé apilándolo con el del casco roto y el que estaba aplastando éste último.

El cuarto guardia me disparó pero yo también lo hice con el arma que le quité a su compañero que gritaba, anulando así el disparo contra mi. Cuando me acerqué lo suficiente le disparé con mi catalizador en el hombro contrario al brazo que sostenía su arma, dejando el soporte de su articulación débil. Después le disparé al otro hombro y bajó su brazo dejando caer su arma. Ya estando así intentó defenderse a patadas, lo cual no funcionó porque le atrapé la primera que lanzó hacia mi estómago. Le sujeté del pie con fuerza y le doble la pierna del lado dislocándole y a la vez provocando que diera vueltas en el aire de manera horizontal.

De Entre Los Mythos: Lemental Balls [En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora