XIII. De Regreso

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Guardé de manera inmediata todo en cuando se lo quité. Él había recuperado de las ruinas muchos cubos que apenas y pude llevarme todos.

—¿Qué haremos con él? —dijo Meteora.

—Primero destruiré sus herramientas —respondí haciendo lo propio con ayuda de mi espada—. Y ahora... Veamos si es quien creó que es —agregué mientras rodaba al sujeto boca arriba

...

Una sombra muy grande pasó rápida sobre nuestras cabezas. Meteora y yo volteamos la mirada al cielo y seguidamente sentimos que el vehículo se movió estrepitosamente. Dirigí la mirada hacia abajo y aquel tipo ya hacía lejos siguiendo esa sombra corriendo...

Me quedaré con la duda un poco más. Honestamente ya no me daban ganas de seguirle y ya tenía lo que quería conseguir así que era en vano.

Subí al vehículo y en seguida comenzó a avanzar.

...

—¿Vamos de vuelta a la catedral? —le pregunté a Meteora—. Si, pero primero debemos dar vueltas para verificar que no nos sigan —contestó ella, y tenía sentido. Estaba de acuerdo.

—Gracias por salvarme. No debiste hacerlo por la radiación que emanaba de ese lugar pero lo hiciste —le dije sonriendo.

—Nadie se mete con mi híper favorito. Y recuerda que tú me salvaste igual de aquellas máquinas. Estamos a m... ¿Por qué no charlamos de otra cosa, lindo? —dijo de la nada sin quitar la vista del camino.

—Y aquí vamos otra vez... Me incómodas cada que usas ese tono conmigo.

—Lo se... Ese es el punto... —me contestó pero de manera apenada encogiéndose lentamente de hombros. Desde que la rescaté su actitud no era la misma. Ella trataba de superar la situación pero no podía. Al parecer seguía espantada y quería olvidarse de ello, era entendible, pero algo sospechoso.

Después de un momento decidí que debía distraer su mente para que no pensara más en las situaciones anteriores.

—Y... ¿Por qué trabajas para Tyler? —pregunté. Ella guardó silencio al principio hasta que se animó a contestar—. Él es el líder de nuestro campamento, cuida de todas y todos nosotros desde que tengo memoria. Después de que a mi hermano lo unieran a las tropas yo hice lo mismo. Ahí aprendí y continuo aprendiendo todo sobre infantería. Además, la historia en la que conté que derribé un helicóptero no era broma. Le debo un helicóptero A-4636 Escutia y ahora lo estoy pagando con mis servicios en sus misiones más arriesgadas —contestó mientras reía ligeramente sonrojada.

—Wow... ¿Qué hay de Camila?

—Mmh... No estoy completamente segura, pero puedo asegurar que siempre fue muy callada. Tyler la apoyó, así como a muchos jóvenes de ese entonces en sus estudios. Conseguía identificaciones falsas en las mejores utopías para mandarlos a estudiar. Lo único que Tyler pedía a cambio era que prestaran sus conocimientos para mejorar el campamento.

—¿Erika también?

—De ella se poco. La conocí apenas unos meses atrás y creo que es la única que está aquí por voluntad propia. Le gusta la adrenalina y sospecho que es una pirómana en potencia. No preguntes... Y tú... ¿Por qué trajiste a tu amigo? El mensaje completo no decía eso.

—Mike fue quien logró descifrar los mensaje. Le dije que yo podía solo pero es terco —dije mientras me preguntaba en la mente algo obvio—. ¿Sabes lo que decía el mensaje? —agregué—. N-no... —respondió nerviosa y tartamuda.

Decidí no hacer mas preguntas pero definitivamente algo no cuadraba.

...

Después de que diéramos vueltas por algunas calles quedó muy seguro que nadie nos seguía, parece que no lo habían intentado siquiera. Llegamos a la entrada de la catedral y exactamente al detenerse el vehículo éste se desarmó de la parte frontal. Se escuchó como muchas balas se regaron en el suelo.

Ambos bajamos, yo tomé mis cosas mientras Meteora se dirigía a abrir el portón—. Espero que esto no me lo cobre. Jeje. Entremos... —dijo.

Íbamos entrando por la ruta que ya conocíamos, el ascensor, las escaleras, los pasillo y lo demás. Todo parecía bien hasta llegar al final del segundo ascensor.

Si no hubiera notado el inusual lenguaje corporal que ella presentaba quien sabe que hubiera pasado. Se rascaba la nuca, quería hablar pero se arrepentía, se sujetaba las manos a cada rato, se mordía los labios y acomodaba su cabello—. ¿Todo bien? —pregunté. Ella se detuvo con la cabeza baja y se quitó el casco.

—¿Puedes quitarte el tuyo? No quiero que escuchen esto —dijo con un tono desanimado soltando un gran suspiro. Yo le hice caso y me quité el casco—. ¿Me puedes decir que esta pasando? —dije sin entender aún.

—No quería hacerlo. No quiero hacerlo... ¡No lo haré! —exclamaba mientras yo la veía sin entender.

—Me dieron la orden de hacer algo de lo que seguramente me arrepentirá si lo hago.

—Déjame adivinar. Tienen un plan para traicionarnos.

—Así es, pero yo no quiero, te juro que no quiero. Y ahora yo estoy traicionando a Tyler, a mi gente... —continuaba argumentando ella. En cualquier momento iba a llorar porque su voz se escuchaba mas alterada con cada palabra que pronunciaba.

—Yo... Toma...—dijo estirando la mano hacia mi. Me entregó una de esas dosis amarilla que había visto en el maletín—. Es la única que pude conseguir. No se si sea suficiente pero te la entrego. Espero que sepas usarla bien y aunque suene cruel... Por favor, úsala en ti si no es suficiente. ¡Por favor! —agregó replegándose hacia mi dejando caer su casco al suelo y sin verme a los ojos.

—No estoy entendiendo completamente. Si no quieres ser "mala" dime qué es lo que pasará. Encontraremos una solución junto.

—No seré yo quien te diga lo que pasa porque simplemente no tengo el valor. O eres tú o es el campamento y su gente. Pero si te confesaré algunas cosas, por ejemplo; fui yo quien mandó el mensaje y no Juan Y... —dijo y al final se detuvo a pensar lo que iba a decir a continuación—. Si no lo digo ahora, no tendré la oportunidad en el futuro si no te funciona la dosis -dijo en voz baja—. ¿De qué estás ha... —dije pero me interrumpió poniéndome un dedo en los labios.

—No digas nada. Escúchame con atención... —dijo y tomó una respiración profunda—. ¡Si! Si me gustas y mucho. Creí que si te seguía coqueteando te ibas a fijar en mi. Ahora me siento como una estúpida al recordar mis actitudes contigo. ¿Pero sabes por qué me gustas? ¡Fácil! Tú fuiste el primer chico que no me trató como una delincuente o como la chica de la infantería del campamento. Eres el chico gentil que me hizo recordar cuando tenía amistades como tú. También eres la persona que me recuerda y hace sentir que mi hermano me quiere... Tú no sabes como es mi familia con eso... Ellos siempre lo resaltan más que a mi recordándome que nunca seré como él: Una Híper... —reaccionó eufórica, después lloró un poco para finalmente abrazarme. Yo no sabía que decir. Me esperaba que me pidiera ayuda para deshacer algún plan malvado de Tyler, no una declaración de amor.

—Déjame terminar... Aparte de todo eso, considero que eres esa clase de persona que están en peligro de extinción. Adoro tu calidad humana, tanto que es otra cosa que me atrae de ti. Mírate. Estas rodeado de gente que en el nombre de la amistad que tienes con ellos harían y harías cualquier cosa. Lo admiro tanto que tal vez me conformaría únicamente con tu amistad. Si es que tú no quisieras más. Y no se si te veré después de esto... ¡No lo sé!

No había palabras en mi mente ni en mi boca. Ambos nos quedamos en silencio.

—No... No puedo seguir aquí. No puedo —Meteora me dio un beso en la mejilla y me apretó aún más fuerte antes de irse. Recogió su casco, salió corriendo de vuelta al ascensor y se fue. Yo seguía en shock. Cuando me di cuenta ella ya no estaba, miré a mi mano y observé esa dosis amarilla.

De Entre Los Mythos: Lemental Balls [En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora