Viaje:

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Un par de semanas después, Naruto salió del hospital, aún no estaba del todo recuperado de sus heridas, pero no tenía tiempo que perder.
Por primera vez se había visto ampliamente superado en combate, y lo peor de todo era que sabía perfectamente que no había sido algo producto del dolor de ver a su primer mentor sumido en la oscuridad, no, el control que poseía sobre sus emociones era perfecto, y la planificación de la batalla no había sido errónea, si no que le habían abrumado, simplemente eso, le habían superado por completo.

El uso de jutsus a gran escala era inútil contra el Kaguya, el no solo controlaba sus huesos, si no que había dominado su línea de sangre hasta el punto de que podía modificar su cuerpo a nivel celular, si intentaba, por ejemplo, un rasen-shuriken, el ex-ANBU solo levantaría un domo con sus huesos que tuviera la densidad suficiente para absorber el daño de la técnica.

En Taijutsu del ninja renegado era difícil de superar, su control óseo le daba una versatilidad sin parangón y una defensa inquebrantable.

Por lo tanto, a Naruto solo le quedaban dos opciones, velocidad y Fuinjutsu, por lo que había visto, el Kaguya era en ese momento más rápido que él, y estaba lo suficientemente familiarizado con el Hiraishin como para evitarlo, después de todo, el había sido uno de los que lo vieron en acción en la batalla del puente Kannabi...
Por eso tendría que dominar de una vez y de forma absoluta su Sandā no yoroi (armadura del Trueno) para ello la mejor opción era Kumo, además, allí podría mejorar su kenjutsu y su raiton...

Naruto salió de sus pensamientos cuando llegó a su destino, una casa familiar que conocía bien, un lugar al que en el pasado llamó hogar...la residencia Namikaze.

El ANBU llamó a la puerta de la casa, que unos instantes después fue abierta por Kushina, que al ver de quién se trataba no pudo articular palabra alguna.

Naruto-Kushina-san, tengo que hablar contigo, ¿puedo pasar?- el tono del ANBU era frío,pero no descortés.

Kushina-Esto... claro,como no...

Naruto entró al hogar siguiendo a la mujer, que le indicó que se sentase en uno de los sofás de la sala.

Kushina-¿Quieres algo de beber?
Naruto-No, gracias, prefiero pasar el mínimo tiempo necesario en esta casa.

Kushina se encogió un poco...no sabía por qué, pero siempre que hablaba con su hijo mayor empeoraba su relación, quizá era que sus genes Uzumaki la hacían impulsiva, pero no era excusa...

Kushina-Bien, dime.
Naruto-Quiero que me des la Tentetsutou (katana del cielo)

Kushina se congeló, no se esperaba esa petición, aunque como líder de clan la legendaria katana forjada con el metal de un meteorito era de su propiedad, no esperaba que Naruto conociese esa espada.

Kushina-Es...es que hay un problema...ya no la tengo...

Naruto clavó sus ojos fríos como el hielo en Kushina, exigiendo una explicación, pero justo entonces se escuchó el ruido de la puerta.

Ashina-¡Mamá!¡Ya estoy en casa!

Cuando el chico abrió la puerta de la sala de estar y vió a Naruto le increpó con furia.

Ashina-¡Tú!¡¿Qué coño haces aquí?!¡Por si no lo sabes, te desterraron,así que lárgate!

Pero Naruto no reaccionó, si no que fijó su mirada en el mango de la katana que colgaba de la espalda del chico, ahora lo entendía todo.

Naruto-Veo que decidiste regalarla...no estabas en tu derecho, es una propiedad del clan Uzumaki,por lo que no puede ser utilizada por alguien ajeno al clan sin el permiso del cabeza del mismo...

El ANBU Dios del truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora