RESPIRO (XICHENG)

SUEÑO

Jiang Cheng fue llevado a su recámara por Xichen, Madame Yu no había puesto ninguna clase de resistencia en el hecho de que se llevaran a su hijo.

Ya en el cuarto, Jiang Cheng se recostó boca abajo dejando sus heridas expuestas, había de todo un poco, desde pequeños cortes, hasta rasguños que amenazaban con dejar cicatrices.

Lan Xichen tomó el botiquín del cuarto y se dirigió a la recámara principal, ya que ahí estaba Jiang Cheng listo para ser curado.

La imagen lo llenó de un sentimiento que no supo reconocer, era un amargo sabor en su boca, sus manos estaban apretadas, sus ojos picaban, su mandíbula se movía de lado a lado y su respiración estaba hecha un caos.

- ¿Puedes darte prisa? Esto duele como el infierno - la voz de Jiang Cheng lo sacó de sus pensamientos

- Oh, claro claro, aunque no estoy seguro si te haré daño o no - dijo temeroso

- Sé que tu plan es ayudarme, es por eso que estoy muy seguro de que tus manos no me lastimaran en ningún momento, sé que hay cosas más dolorosas que esto y es por eso que quiero que seas tú el que cuide de mí... - dijo Jiang Cheng

- Tranquilo, no te lastimare, lo juro - la voz de Xichen sonaba tan tranquila y clara, que cualquier cosa que dijera, Jiang Cheng la creería como la verdad absoluta.

Con mucho cuidado, Xichen tomó el algodón y curó las heridas, con una crema curó los moretones y colocó pequeños curitas en los rasguños, sus dedos untaban suavemente sobre la piel, se sentían muy cálidas y suaves.

Cuando terminó de curarlo se dispuso a retirarse de la habitación, pero una mano lo detuvo.

- ¿Puedes quedarte hoy conmigo? - la voz de Jiang Cheng sonaba más como a una súplica que a un favor. - Bueno, si quieres puedes irte, solo quería preguntar - Jiang Cheng giró su rostro ya que Xichen había salido de la recámara.

-Salí a dejar el botiquín en su lugar, ¿quieres que te lea algo? - preguntó entrando nuevamente con 2 libros en mano, uno era "Alicia en el país de las maravillas" y el otro era "Hansel y Gretel"

-No quiero que me leas, menos con tus voces extrañas, eso me causará pesadillas - gruñó Jiang Cheng

- De acuerdo, ¿entonces qué quieres que haga? - dijo con una voz suave

- ¿Puedes...? ¿acurrucarte conmigo? - preguntó casi en un susurro

- Claro, no hay ningún problema con eso - dijo Xichen acercándose a la cama para recostarse a su lado.

Jiang Cheng seguía boca abajo con la espalda descubierta, Xichen se recostó justo del lado izquierdo, donde podía verlo tranquilamente.

Xichen masajeaba la espalda de Jiang Cheng con mucho cariño, evitando lastimarlo y buscando hacerlo sentir seguro.

Jiang Cheng juntó todas sus fuerzas y se giró para quedar d frente a Xichen, sus ojos estaban fijos en los bellos ojos de Xichen, sus labios e veían tan suaves, pero a la vez cálidos.

Xichen abrazó a Jiang Cheng, con su brazo derecho tomó su cadera y con el brazo izquierdo rodeaba su pecho, era un abrazo suave, lleno de ternura y cariño, ambos querían quedarse en ese momento por siempre, solo ellos dos, sus respiraciones hechas una, sus cuerpos en un perfecto abrazo que amenazaba con dejarlos dormidos durante días, jodidamente perfecto.

- Wanyin...

- ¿Mhm?

- Quedémonos así por días, hasta que tu espalda sane por completo ¿sí?

- Me parece perfecto - su rostro se escondió en el cuello del mayor, olió su perfume, era exquisito, no tan dulce ni tan amargo, era un aroma perfecto que describe al ciento por ciento al hombre que lo acunaba con cariño.