Jiang Cheng subía a la oficina, su rostro mostraba paz y alegría, nadie podía reconocer que aquel hombre era el mismo que dirigía la empresa Jiang con un ceño fruncido y mano firme.
En su cabeza se pasaban los recuerdos de sus tortuosos días como el líder de aquella empresa, los días sin dormir, las semanas sin comer y los viajes exprés, de verdad había sido una maldita tortura para un ser humano, su corazón latía alegre de solo imaginar que no solo firmaría su último acuerdo para la empresa, sino también su renuncia.
El día que más recordaba era el día que cierto chico de ojos grises y brillante sonrisa olvidó por completo que para trabajar debía mantener una buena salud, en pocas palabras, terminó en cama bajo los cuidados de su amoroso esposo, aunque claro Jiang Cheng no había corrido con la misma suerte, si bien el resfriado había sido un "bello regalo" de su hermano, pero claro que el líder no podía darse el lujo de faltar.
- Maldito Wei Wu Xian - se quejaba entre dientes a las 7 de la mañana sentado en su oficina, estaba vestido de manera invernal en pleno verano "al demonio el qué dirán, al menos no estoy faltando", pensó al iniciar aquel día.
Un suave golpe llamó su atención, no respondió ya que supuso que era su secretaria con algún nuevo documento a firmar así que solo gruñó una respuesta y subió su nariz para evitar que el líquido saliera de ella.
- Wanyin...
"Esa voz", pensó Jiang Cheng
Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar aquello, había sido la mejor tarde de su vida, Xichen le había llevado una sopa caliente y lo había ayudado toda la mañana, aunque recibió bastantes quejidos y uno que otro golpe cuando llamó a la escuela para pedir el día completo y así se quedó con Wanyin hasta pasadas las 9 de la noche.
"Ese día tomé la decisión de conservar aquella sonrisa para mí", pensó Jiang Cheng
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- El presidente aún no llega, pero puede pasar y esperar ahí si gusta - dijo la secretaria
- Claro, muchas gracias - sonrió Jiang Cheng y entró en la oficina, se sentó en el sillón y esperó paciente, sentía su corazón y alma en paz por primera vez al estar dentro de esa oficina
- Basurita, ¿ya me esperabas? - entró cerrando la puerta con rudeza
- A-Yao - dijo muy seguro de sí, ahora no tenía miedo, Xichen estaría ahí siempre,
- Veo que a la basurita le han subido los humos ¿no? - preguntó caminando al asiento principal de la oficina
- Te daré el placer de la duda mi querido gnomo - respondió sin titubeo alguno en su voz
- Oh, me ofendes ¿por qué no vemos algo de televisión ah? - preguntó presionando un par de botones y una televisión brotó del suelo, un par de "clics" más y el canal de noticias comenzó a reproducirse, el volumen subió bastante y las "últimas nuevas" comenzaron a reproducirse...
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RESPIRO (XICHENG)
FanfictionSus planes eran simples, tomar aquel vuelo y nunca volver... Pero el universo parecía querer reírse de él una y otra vez, su pasado había vuelto para torturarlo nuevamente, pero ahora no estaba solo... Lo único importante, su plan nunca fue volver a...