Capítulo 23

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"El último beso"

Louis tomaba mi mano fuertemente, nuestros dedos se entrelazaban con confianza. Mi cabello se removía al compás de la brisa cálida, el verano se acercaba.

- Te divertirás, Zoey.- Afirmó el castaño de unos increíbles ojos celeste mientras volcaba su cabeza a verme, yo solo me limitaba a caminar junto a él, sin soltarme de su agarre dulce y protector.

Cruzamos el aparcamiento, para encontrarnos con un gran club nocturno, el cual brillaba gracias a las luces titilantes, y sus carteles de promoción. Suspiré, estos lugares no me daban buenos presentimientos, y los escalofríos ya comenzaban a bañar mi cuerpo entero. Sentí un leve tirón, Louis caminaba cada vez más rápido, demostrando el entusiasmo que sentía por estar aquí, por bailar y beber. Había aceptado solo por él, yo no era de venir a estos lugares, mucho menos de frecuentar a personas que provengan de estos lados. Nuestros pasos resonaban en el concreto.

- Serán solo unas horas, si no te gusta, nos marcharemos.- Sonrió dulcemente, su mano sostuvo aún más fuerte la mía, le devolví el tierno gesto con una sonrisa de lado. No estaba de ánimos, toda la semana me la había pasado pensando en el aterrador encuentro con un arcángel, sí, un arcángel. Yo no podía seguir sobrellevando esto sin romper a llorar y gritar, no era lo mío, no servía para aquel tipo de cosas.

La palma de mi mejor amigo se posó en la gran puerta de cristal, esta se abrió dándonos paso. Aspiré el aroma del lugar, e hice una mueca, él río al verme y negó con la cabeza, yo solo largué una pequeña risa. No quería, pero debía, él había sido amable conmigo, debía devolverle aquel hermoso gesto de alguna u otra manera. Comencé a sentir golpes en todo mi cuerpo a medida que comenzamos a avanzar, solo me limitaba a pedir disculpas con una tímida mímica y un pequeño movimientos de labios. Louis pasó de mi mano a mi cintura, solo para protegerme en la calidez de su brazo.

- Lo siento.- Logré decirle a un desconocido cuando su cuerpo colisionó de lleno con el mío, quité mi cabello del rostro y me dispuse a lanzarle una incómoda mirada fugaz. Mi piel comenzó a helarse, y mis pasos comenzaron a hacer reversa. Louis me sostuvo para que mi cuerpo dejase de tambalear.- G-Gabriel.- Logré articular, una sonrisa radiante se formó en sus labios, su cabello brillaba bajo las luces del club nocturno, y sus ojos comenzaron a traspasar los míos de una manera sobrenatural. Era él, claro que era él, estaba más que segura. Louis me tomó de los hombros, su mirada buscó la mía, la cual se encontraba totalmente abrumada por el choque inesperado, y el encuentro aterrador.

-Zoey, ¿Qué es lo que pasa?- Preguntó acercando su rostro debido a la poca audición de ambos, la música resonaba en cada rincón del lugar.- ¿Te sientes bien? ¿Quieres irte?- Indagó luego, su mano tocó mi mejilla, la cual de seguro se encontraba pálida, asustada. Miré a mis costados, buscando al reciente causante del peor susto de mi vida entera.

- Él, acabo de chocarme con él. Louis, me busca, tengo miedo, quiero irme, de verdad que quiero irme.- Hablé sintiendo mi voz cortarse en cada palabra y hacerme ver lo realmente asustada que estaba, mi corazón corría con rapidez, y mis manos temblaban a los costados de mi cuerpo. Su mirada buscó confusamente las reacciones en mi rostro.

- Zoey, no has chocado con nadie, solo te has tambaleado.- Dijo Louis sosteniéndome, aún, de ambos hombros.- No lo entiendo, pequeña. ¿Quién te busca?- Preguntó luego, su ceño se frunció levemente y noté cierto enredo en sus palabras. Suspiré, él no podía verlo.- Tranquila, debes calmarte, todo estará bien, solo nos divertiremos un rato.- Sonrió luego, plantó un beso en mi frente y volvió a colocar su mano alrededor de mi cintura, uniéndome a su cuerpo y comenzando a caminar entre las personas y el bullicio.

Debía calmarme, por lo cual tomé varias bocanadas de aire y las expulsé lentamente mientras dejaba que mi mejor amigo me dirigiera hasta una mesa vacía, a un costado de la pista, donde las personas bailaban animadamente y platicaban entre risas y bromas. Me senté a uno de sus costados, su brazo pasó por mi hombro y me regaló una enorme sonrisa, él quería hacerme sentir mejor luego de una semana depresiva y ajetreada, con la aparición de un arcángel de por medio. 

The Solitary Angel | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora