Gҽƚ αɯαყ || Kookmin

Primera promesa

Los padres de Jungkook tenían una sonrisa sincera ante lo que había dicho su hijo durante la comida, pues ellos más que nadie sabían lo mucho que su hijo gustaba de Park y saber que éste le había pedido Jungkook formar una relación con él, los ponía demasiado contentos, pues su hijo parecía estar mejor que nunca y Jimin era un buen chico. Jimin y Jungkook no eran los únicos que estaban felices por su relación.

– Entonces ahora Jimin es oficialmente mi yerno.– Dijo la madre de Jungkook haciendo que Jimin asintiera un poco tímido, pero se sentía a gusto con Kook a pesar de que días atrás no se había imaginado en una relación con éste.

Pero incluso sus padres eran tan encantadores como él.

– Eso es lindo, ¿tu mamá aún no lo sabe, Jimin?

– Aún no, pero mañana cuando llegue a la casa seguramente me preguntará sobre mi comportamiento de hoy y le diré que estoy saliendo con Jungkook.– Respondió con una sonrisa y recargó su cabeza en el hombro de su ahora novio haciendo que Jungkook sonriera con un ligero sonrojo. Incluso él no podía creer todo lo que había pasado.

Cuando la cena terminó Jimin y Jungkook subieron a la habitación del menor.

– ¿Qué te gustaría hacer, Jiminnie?– Preguntó mientras tomaba asiento en su cama.

– ¿Qué te parece si me muestras tus dibujos? Varios chicos del salón me han dicho que dibujas muy bien.

– Bueno, tengo un cuaderno lleno de dibujos.

Jungkook se dirigió hacia su librero y tomó su SketchBook para luego dárselo a Jimin quién lo recibió con una sonrisa para luego hojearlo mirando su contenido detenidamente quedando impresionado por las habilidades del menor y su progreso en el arte era notorio.

– Es increíble.– Dijo Jimin, de hecho había superado sus expectativas.– Eres todo un artista.

– Puedo enseñarte a dibujar si quieres.

– Me encantaría.– Contestó Jimin con una sonrisa, apostaba que Jungkook era un excelente maestro.

– Podemos comenzar mañana que tenemos una hora libre.– Jimin asintió y siguió mirando el cuaderno de Jungkook hasta que llegó a su dibujo reciente que había sido de hace dos días, sin embargo después había un boceto de él.

– ¿Me vas a dibujar, Jungkookie?– Cuestionó mirándolo con una sonrisa y el mencionado asintió con un leve sonrojo.

– No es el primer dibujo tuyo que hago, aunque a decir verdad tengo un álbum exclusivo de tí.

– Quiero verlos.– Jimin hizo un puchero y Jungkook rió negando.

– Será en otro momento, Jiminnie.

– ¿Lo prometes?– Jimin levantó su pequeño meñique y para Jungkook fue lo más tierno del mundo.

– Lo prometo.– Enlazó su meñique con el de Jimin quién sonrió contento.

– ¿Y qué te gustaría estudiar, Jungkook?

– Me gustaría estudiar diseño gráfico.

– Wooow, yo aún no tengo bien decidido qué es lo que quiero.– Jimin rió un poco nervioso, incluso su novio siendo menor que él sabía lo que quería hacer por toda su vida.

– Ya llegará el momento, ¿acaso no piensas estudiar danza o algo así? Eres muy bueno para eso.

– Lo tenía pensado pero descarté la idea cuando el profesor Choi me dijo que eso no era lo mío.– Sonrió ladeado y Jungkook negó.

– No entiendo cómo es que una persona así pueda ser profesor. Se supone que está ahí para ayudar a sus alumnos y motivarlos, no para que se hagan desilusiones de sus carreras.

Jungkook dejó a un lado el sketch que tenía Jimin en sus manos para dejarlo entrelazar sus manos con las de él y mirarlo.

– Eres una persona muy talentosa y realmente te admiro. Sé que amas tanto el baile y sabes que es a lo que te quieres dedicar pero ahora creo que tienes miedo por algo que te dijo ese maestro. Jimin, no dejes que alguien te quite tu sueño de ser lo que realmente amas sólo porque hay odio en su corazón. Te arrepentirás después.

– ¿Por qué eres tan lindo?– Preguntó Jimin entrenecido y abrazó al castaño que a pesar de ser dos años menor que él, parecía que sabía más de la vida que él mismo. Jungkook era increíble.

– ¿Te parece bien si nos dormimos? Ya es muy tarde y mamá se enoja si me levanto tarde.

Jimin liberó una ligera risita y después asintió dejando el Sketch en el lugar donde lo había tomado Jungkook.

– ¿Quieres que te preste una de mis pijamas?– Interrogó el menor y Jimin asintió. Se cambiaron dándose la espalda y cuando estuvieron listos se acostaron en la cama de Jungkook la cual había sido diseñada sólo para una persona pero los dos cabían perfectamente bien.

– Gracias por esto, Jimin.– Susurró Jungkook una vez apagó la luz y luego sintió un beso en su mejilla haciéndolo sonreír.

– Descansa, Nochu.

– Tú también, Jiminnie.– A Jungkook se le hizo inevitable no abrazarse de Jimin, así que un poco tímido pasó su brazo en el abdomen del mayor quien se sorprendió pero aún así lo abrazó hasta que ambos se acomodaron. Esto era algo muy íntimo que solían hacer las parejas. Pues ellos eran una pareja y se sentían a gusto en los brazos del otro y sólo tardaron unos pocos minutos para quedar profundamente dormidos.