Capítulo 14 El fin del linaje Malfoy

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Había sido una tarde exhaustiva para Hermione en la sala de menesteres. Primero, porque creía que en los primero libros que leyera encontraría la respuesta al problema de sus padres y se dio cuenta que no sería así, y segundo porque Malfoy la había comenzado a ver de una manera extraña. Y ella tenía la culpa de eso por ponerse a hablarle de ser novios. No quería que él fuera su novio, pero había disfrutado tanto el momento que habían compartido, que puso en duda todos sus pensamientos que le decían que no debía existir ningún tipo de relación física fuera de un noviazgo.

Ya le había admitido que sí quería acostarse con él, pero que nunca lo haría con alguien que no fuera su novio. Y cuando Draco le habló de cómo se sentía cuando estaba con ella, simplemente sintió algo en su pecho; la misma calidez que emanaba de su cuerpo. Por eso lo había detenido y exigido que le ayudara, como una excusa para que él se quedara cerca y se olvidara del pasado.

Así que después de varias horas investigando en los libros Hermione tenía tanta información en su cabeza que no pudo dormir bien, casi conciliaba el sueño, pero luego se acordaba de lo que pasó sobre la cama en la sala de menesteres, y toda la plática posterior con Malfoy y daba mil vueltas en la cama de su dormitorio.

Por eso al día siguiente durante el desayuno tenía unas ojeras enormes y sostenía su cabeza con una mano. Ginny le había preguntado por qué no pudo dormir, y ella le contestó que la preocupación por sus padres no se lo había permitido.

- Por cierto, Ginny, gracias por irme a buscar anoche – le dijo con sarcasmo.

- Lo siento, tenía mucha tarea y tenía que estudiar. Además, no quería interrumpir lo que estuvieran haciendo tú y Malfoy – Hermione rodó los ojos.

- Y ¿qué te dijo Zabini anoche en el pergamino? – le preguntó, ignorándola por completo.

- Solo me daba las buenas noches. Se está portando muy bien conmigo, desde lo de Potter.

- ¿Potter?

- Sí, para mí ahora será Potter.

- Es lo menos que se merece. Por lo que dices Zabini ha sido muy amable.

- Sí, quien diría que Blaise es un gran amigo mío ahora.

- ¿Alguien dijo mi nombre?

Las dos chicas levantaron la vista para encontrarse con un moreno y un rubio. Se sentaron en la mesa de los leones, lo habían hecho por primera vez el día después de que se enteraron que Harry engañó a Ginny y lo seguían haciendo de vez en cuando.

- ¡Blaise, Malfoy! Buenos días – les contesto la pelirroja alegremente – le estaba diciendo a Hermione que ahora los cuatro somos grandes amigos.

Draco y Blaise se voltearon a ver y se sonrieron con resignación. Ginny ignoró el gesto mientras seguía hablando de que le parecía imposible cómo se llevaban bien unos Slytherin y unas Griffyndor. Hermione en cambio, vio claramente la sonrisa y la forma en que se habían volteado a ver los dos amigos, pero no pensó mucho en eso, porque algo de la cara de Malfoy le llamó la atención, tenía unas ojeras mucho más marcadas que las suyas, al parecer tampoco había dormido mucho.

- ... y si mamá pudiera vernos a los cuatro ahora, se sorprendería mucho, pero ya la estoy poniendo al tanto de que nos estamos llevando bien – finalizó su comentario Ginny.

- Ginevra, me encantaría conocer a tu mamá.

- Te adoraría Blaise, de verdad. Oye, pero no puedes llamarme Ginevra enfrente de ella, va a creer que te caigo mal. ¿Cuándo me vas a llamar Ginny?

Detrás del librero (Dramione +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora