Detrás del librero (Dramione +18)

Capítulo 9 ¿Qué diablos, Malfoy?

Hermione siempre se había considerado una persona práctica y lógica. Su vida giraba en torno a tomar las mejores decisiones siempre. Y aunque ella ya sabía que provocaba algo en Malfoy, es decir,  él ya se lo había dicho antes. Pero no esperó nunca que le dijera tan claramente lo que quería de ella. Y de hecho estaba desconcertada ante la seriedad con la que él había hablado, pero con seriedad o no, acostarse con Draco Malfoy nunca había estado entre sus planes ni era algo que pudiera considerar correcto. No era una buena decisión por miles de razones.

- No – le contestó Hermione y nuevamente se giró para irse.

- Las cosas no funcionan así – Draco la volvió a tomar del brazo.

- ¿Crees que puedes hacer lo que tú quieras? – le dijo ella volviéndose a soltar.

- Sí.

- ¿Y qué, me vas a obligar?

- Si hace falta, – ella abrió los ojos sorprendida, él resopló – claro que no, Granger. No soy un monstruo.

- Lo eres.

- Quizá, pero tengo mis límites.

- Eso no te hace ser una buena persona.

- Justo ahora solo quisiera cerrarte la boca Granger y creo que sí tengo algo con las paredes, porque quiero empujarte contra la pared de mi habitación en mi mansión, y morderte muy fuerte, y también jalarte de tu cabello despeinado. Todavía no sé si te prefiero de frente o detrás, pero supongo que cuando te vea desnuda, lo sabré. Quiero hacértelo muchas veces, de muchas formas y posiblemente sin piedad, así que no, no soy una buena persona.

Hermione se llevó una mano a la cara, sentía tanto calor que trató de abanicarse un poco. No tenía idea de qué responder, así que con toda la valentía que pudo concentrar en su persona abrió la boca y dijo lo primero que se le ocurrió.

- Yo tampoco soy una buena persona.

- ¿Eso es un sí a lo que quiero que hagamos, Granger?

- Claro que no Malfoy. Solo establecía un punto.

- Sabía que no podía ser tan fácil. ¿Entonces qué tengo que hacer para que aceptes?

- ¿Qué diablos, Malfoy? ¿Es en serio?

- Yo quisiera que no, pero solo sé que no me puedo controlar contigo.

- Pero...

- Shh, creo que alguien viene Granger.

- No quiero que me vean contigo.

- Qué lástima, porque no me iré.

Hermione volteó a todos lados, escuchaba las voces de unos estudiantes por el pasillo. Decidida, tomó a Malfoy de la mano y lo jaló con mucha fuerza. Nadie la debía ver cerca de él, así que se fue al lado contrario de dónde venían las voces.

Caminaron en silencio por varios pasillos. Hermione por delante de él, llevándolo de la mano. Draco nunca había puesto atención a las manos de la Griffyndor, eran bastante cálidas y pequeñas, eran casi delicadas.

Finalmente, Hermione llegó a una puerta y la abrió, se metió allí y jaló al rubio con ella. Una vez dentro le soltó la mano. Bien, quizá no fue la mejor decisión llevarlo a un armario de escobas tan pequeño como aquel, pero no quería que alguien los viera juntos y que de alguna forma llegara a oídos de Ron.