Capítulo 4 Me gusta una Griffyndor

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En cuanto Blaise dio la vuelta y salió del campo de visión de Ginny, comenzó a darse golpes en la cara mientras susurraba en voz baja.

- Estúpido, estúpido, estúpido.

Llegó a su sala común y se aventó en el primer sillón que encontró. Pensaba en su encuentro con la Weasley menor. Después de un rato, cuando creyó que ya se estaba recobrando de la vergüenza de la situación, vio que Draco entró por el muro, esa era su oportunidad, no había nadie cerca.

- ¡Draco! – el rubio lo volteó a ver, enojado, últimamente esa era la única cara que ponía - ¡Tengo que hablar contigo!

- Háblale al calamar gigante – le contestó señalando el gran ventanal de la sala común que daba justo al lago negro.

- Ya lo hice, no es un gran consejero la verdad.

- Sí, que pena por ti.

Malfoy se fue a los dormitorios ignorándolo, pero el moreno fue detrás de él, a regañadientes.

- Espera Draco.

Cuando iba a entrar al dormitorio que compartían, el rubio le cerró la puerta en la cara. Blaise la golpeó una sola vez, con fuerza.

- ¡Abre la maldita puerta Malfoy!

Se recordó que tenía que recuperar a su amigo, se recordó que lo tenía que ayudar con Granger y se recordó que lo había abandonado en medio de la guerra.

- ¡Abre la puerta, lo que tengo que decir es importante!

La golpeó muchas veces más. Y cuando se dio cuenta que Draco no la iba a abrir, volteó a ver si no había nadie cerca, pensó que posiblemente todos estarían en clase todavía y le gritó a Malfoy.

- ¡Me gusta una Griffyndor! – hizo una pausa esperando alguna reacción - ¡Necesito hablar con alguien, así que abre la puerta, con un demonio Draco! ¡Yo...!

La puerta se abrió por fin y un sorprendido rubio se asomó, miró a Blaise con cara de duda y lo alentó a pasar. Se sentaron en la cama del moreno.

- Ya sé que no somos amigos, ya me lo dejaste claro Malfoy. Solo necesito hablar con alguien y no se me ocurrió nadie más que tú.

- Sí, cómo sea ¿Quién es?

- Una chica de Griffyndor.

- ¿Quién es? – repitió Draco.

- No es necesario decirlo, sólo quería hablarte de que me siento mal, justo me acabo de topar con ella y me porté cómo un verdadero imbécil.

- ¿Y cuál es el problema? Siempre has sido uno – Blaise lo miró mal.

- ¿Vas a escucharme desahogarme o sólo me vas a insultar?

Draco tenía verdadera curiosidad en el enamoramiento de Blaise, no porque le importara mucho, sino porque a él le estaba afectando demasiado una castaña de la misma casa y pensó que tal vez si oía a Zabini, descubriría el porqué. Aunque estaba seguro de que a él no le gustaba la siempre sosa Granger, no, lo que sentía por ella era algo más carnal, algo más primitivo.

- Te escucharé, confórmate con que no te interrumpa.

- El siempre engreído Draco Malfoy. Bueno, entonces está esta chica de Griffyndor, me comenzó a agradar en sexto año, antes de la guerra. Un día simplemente la vi, no le había puesto atención nunca, pero ese día en el tren la vi conversando con la lunática, pasé de largo y me llamó la atención su cabello lacio. Cursaba un año antes que nosotros así que por eso no la veía mucho, pero cada vez que coincidíamos en algún lugar del castillo, mis ojos iban a dónde ella estaba.

Detrás del librero (Dramione +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora