Capítulo 27 Idiota

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Después de que hubieran caminado bajo la luz de la luna llena, Hermione le pidió regresar a la mansión. Narcissa regañó mucho a su hijo por haberse encerrado con ella, fue la primera vez que Hermione había visto a la mujer gritar y perder la compostura. Después se alegró por que ella no fuera una mujer lobo.

La castaña le agradeció por todo y Draco se la llevo de ahí antes de que su madre comenzara a decir cosas que lo avergonzarían de nuevo. Llegaron a su habitación.

- Me agrada tu madre.

- Es porque no has hablado más de tres veces con ella.

- Es algo indiscreta, pero cordial. Tomaré un baño primero Malfoy, ¿quieres por favor avisarles a todos que no soy una mujer lobo y que mañana iré a hablar con ellos?

"No. Quiero meterme en el baño contigo, porque siento que ha pasado una eternidad desde la última vez que tus labios dijeron mi nombre."

- Claro.

Así que Draco envió varias cartas muy breves mientras ella tomaba un baño.

Hermione salió con una bata puesta, cuidó que ésta cubriera la mayor cantidad posible de la piel de su cuello y se sentó en la cama cepillando su cabello. Draco la miraba, embobado.

- Ya puedes usar el baño, si quieres.

El rubio la miró intensamente y cuando su mirada no fue correspondida, se metió al baño dando un portazo. Hermione sonrió, así que seguía teniendo esa mirada de antes, esa mirada de que la seguía deseando, era una lástima que ella no se sintiera segura sobre su cuerpo todavía.

No era solo la cicatriz, era que estaba muy delgada, era que los moretones morados ahora tenían un color verdoso muy desagradable, era que se sentía algo débil todavía.

Pero sí podía hacer algo por él, no era una experta, pero lo podía intentar, sólo tenía que dejar las cosas en claro antes de hacerlo, estaba cansada de no decirle la verdad, habían pasado muchas cosas ese día y no quería que pasara otro día más sin decirle cómo se había sentido antes de que la secuestraran, porque seguía sintiendo lo mismo, el veloz latido de su corazón cuando pensaba en sus ojos, le confirmaba que seguía estando enamorada de él.

Se levantó y se vio al espejo, seguía viéndose demacrada, mejor que la primera vez que se había visto hacía tres días, pero aún mal. Subió la bata un poco más en su cuello y suspiró. Cerró los ojos para visualizar la forma en que Malfoy la vio cuando salió del baño, con la misma hambre de antes, sólo tenía que recordar eso.

El rubio salió del baño mucho rato después, usando solo un pantalón, Hermione no le despegó la vista de encima. Lo vio recorrer la habitación buscando una camisa. Sostuvo la primera que encontró en sus manos.

- No te la pongas.

- ¿Hermione?

- Quédate así.

- Sigues sin darte cuenta de lo que provocas en mí, ¿verdad? Si no me pongo algo más de ropa y te abrazo así para dormir, no podré controlarme, y quiero ser paciente.

- Malfoy... ¿quieres acostarte conmigo, a pesar de todo?

- ¿Por qué crees que tardé tanto en el baño? No sólo me bañé, antes me masturbé y tú ocupaste mis pensamientos todo el tiempo.

Hermione abrió la boca con algo de sorpresa ¿era malo que ella considerara eso algo casi bonito? Claramente no era tierno, pero era algo bueno tratándose de Draco. Le dio un poco de calor.

- Vaya... bueno, gracias por ser tan paciente. Aunque a mí me gustaría hacer algo por ti.

Hermione se ató bien la bata y caminó hasta él. Tomó la camisa que Malfoy sostenía y la aventó lejos. Pasó sus manos por el desnudo y blanco torso de él hasta la espalda y se pegó a su cuerpo.

Detrás del librero (Dramione +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora