Capítulo 24 Ya es tarde

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Hermione nunca creyó que se podía sentir tan asqueada cómo se estaba sintiendo. Lavender le había ordenado lavarse y ella lo estaba haciendo, sólo que estaba en medio de la sala con muchos pares de ojos en su cuerpo.

Hubiera preferido que le lanzaran un avada kedavra y acabaran con su sufrimiento en vez de tener que desnudarse ante tantas personas. Usaba una cubeta con agua para limpiarse, pero creía que por más que frotara el viejo pedazo de tela contra su cuerpo, jamás se quitaría la sensación de suciedad que estaba experimentando.

Lavender, Fenrir y diez carroñeros la observaban. Su antigua compañera de dormitorio no se veía muy feliz, pero ella era la que estaba obligando a Hermione a hacer todo aquello. Por un momento en su mente, Hermione se imaginó que despertaba de un sueño, de una pesadilla muy larga y cruel. Pero no era capaz de cerrar los ojos para poder imaginarlo.

Terminó de limpiar su cuerpo y sus pies la hicieron dar una vuelta ante todos los presentes. Todos aullaron y gruñeron ante el espectáculo y a Hermione le dieron ganas de vomitar. Finalmente se dirigió a un carroñero en específico, quiso cerrar sus ojos con todas las fuerzas pero no le estaba permitido hacer eso.

Por fortuna sus pies la llevaron a la puerta que estaba a la derecha de ese carroñero. La abrió y se metió en la habitación que estaba igual de deplorable que lo que había alcanzado a ver de toda la casa. Se sentó en la cama y cubrió su cuerpo con una pequeña tela que estaba ahí. Todo lo hizo bajo los efectos del Imperio, después vio a Lavender entrar a la habitación y ésta le dio una bofetada.

En ese momento la maldición se rompió y saboreó el control sobre su propio cuerpo, al tiempo que sentía el calor en su mejilla por el golpe.

- Fenrir te quiere primero. Ninguno de sus amigos te puso una mano encima por eso. Él vendrá, te destrozará y dejará tus sobras para los otros.

- ¿Por qué me quitaste la maldición? Voy a luchar contra lo que me quiera hacer.

- Eso lo excitará más, estúpida.

- ¿Y qué haces tú aquí?

- Él quiere que yo vea.

- Lavender... no dejes que él te haga esto.

Hermione vio el momento exacto cuando la chica se ponía roja de ira.

- ¡Él no me está haciendo nada! ¡Sólo me ayudó! ¡Me hizo ver lo que merezco!

- Lavender, va a abusar de mí enfrente de ti. No creo que de verdad merezcas esto.

- ¡Tú no sabes nada! ¡Siempre tan inteligente, siempre la mejor de la clase!

- ¿Sabes qué? Tienes razón, por eso Ron me prefirió, por eso Fenrir me prefiere sobre ti, también.

Las mejillas de Lavender se inflaron. Hermione tenía un plan, uno que iba a funcionar de cualquier forma; si la hacía enojar lo suficiente podía hacer que ella la matara antes de que Fenrir entrara siquiera a la habitación, o bien Lavender se acercaría a ella para golpearla más y ella le podría quitar la varita que tenía entre sus ropas. No podía fallar, y salía ganando en cualquiera de las dos. Era mucho mejor que seguir en la situación en la que estaba.

- ¡Cállate maldita Granger, cierra tu puta boca de sangre sucia!

- ¿Sabes quién más me dice así? Draco Malfoy. Dejé a Ron por ese Slytherin. Y ahora podré tener a Fenrir también. ¿Crees que tus hijos son lindos? Espera a ver los que yo tendré con él. No me será difícil convencerlo de ser su nueva pareja, soy mejor que tú y siempre ha sido así, tan solo mira lo que Fenrir organizó por mí ésta noche.

Detrás del librero (Dramione +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora