Maratón 1/?
Emma POV
Los chicos se fueron para que pudiésemos cambiarnos. Nos apresuramos por el apartamento, la ropa volaba entre los dormitorios. Alice y Rose, por supuesto, se pasaron veinte minutos con sus conjuntos. Yo, sin embargo, me puse mis vaqueros favoritos, unas botas altas negras y mi camiseta negra que decía 'Muérdeme' y esperé en el sofá a que las obsesas de la moda acabasen de vestirse.
Suspiré de alivio cuando vi que iban vestidas de manera parecida, por supuesto la camiseta de Rosalie decía que 'Nice Rack' y estaba atada a su cintura con un nudo me hizo reír.
La bocina de Edward sonó desde fuera del apartamento, mi corazón se saltó un latido, llamé a Alice y Rose y cogí mis llaves.
Nos apilamos en mi coche y seguimos a los chicos a la sala de billar.
Bumpers no estaba muy lleno un jueves por la noche, sólo una de las siete mesas de billar estaba ocupada por dos grandes motoristas. En la barra, había un grupo de cuatro chicos viendo un partido de hockey en la televisión de plasma. En un lado, las mesas de billar estaban rodeadas por altas mesas para cuatro personas. Juntamos dos y nos sentamos mientras esperábamos a que Emmett volviese con la cerveza.
Emmett trajo dos jarras y nos sirvió un vaso a cada uno. Jasper se fue a la otra punta de la habitación para mirar los tacos, con Alice a su lado.
"Bueno, no llegasteis a contestar la preguntar, ¿se os da bien el billar?" preguntó Emmett. Había desafío en su voz.
Rose le sonrió coquetamente, "No se nos da muy mal, ¿verdad Bella?"
"No, no se nos da nada mal. Cogemos los palos y les damos a las bolas para meterlas en los agujeros de la mesa. Todo es álgebra... ¿Queréis que os enseñemos nuestras habilidades?" me reí.
Lo que se me olvidó mencionar era que realmente éramos bastante buenas, reales 'tiburones del billar'. Antes de que conociésemos a estos chicos uno de nuestros pasatiempos favoritos era ir a un salón de billar, hacernos las tontas y dejar que unos chicos nos desafiaran a una partida de billar sólo para darles una buena lección. Conseguíamos más rondas de cerveza gratis de lo que quería admitir.
"Por favor, enseñadnos lo que podéis hacer... me encantaría verte inclinada sobre la mesa... con el taco en tu mano, claro," me susurró Edward mientras el corazón me latía fuertemente en el pecho.
"Eres tan malo, Edward," dije mientras le daba un golpecito a su pecho duro como la piedra con el dedo. "Compórtate o nunca llegaremos a Año Nuevo."
"¿Tan malo sería eso?" preguntó mientras me daba un largo beso en el cuello, su cálida respiración rozándome la piel.
"No, no lo sería, por eso tú necesitas comportarte porque no creo que pueda aguantar esto mucho más." Le besé en la mejilla y corrí hasta la pared donde estaban los tacos, intentando que hubiera distancia entre nosotros mientras me tranquilizaba.
"¡Bella! Ven aquí," me llamó Alice desde el otro lado de la habitación. "Chicas contra chicos, los perdedores compran la cerveza. ¿Me das uno de esos palos?"
Me mordí el labio para no reírme porque Alice estaba haciendo su papel perfectamente. Para cuando llegué a las mesas, Jasper estaba explicándole dulcemente las reglas del juego como si ella nunca antes hubiera jugado.
Si sólo supiera lo mortal que era la duendecilla con un taco...
"Ok, así que meto las bolas en los agujeros, pero no la aburrida negra o la blanca. Jasper, no quiero tener las rayadas, las rayas me hacen parecer gorda. ¡Quiero que las monísimas lisas sean mías!" Alice aplaudió con emoción y cuando los chicos giraron las cabezas para reírse, nos guiñó a Rosalie y a mí.
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Boicots y Moscas de Bar
RomanceEl amor no es algo que encuentras. El amor es algo que te encuentra.