Regalos

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EMMA POV

La mañana siguiente, lo primero que recuerdo oír fue el sonido de mi puerta abriéndose, y después silenciosas pisadas por mi habitación. Mi espalda daba a la puerta, pero abrí un ojo para ver que el reloj decía las 7:00 de la mañana, y el sol estaba empezando a asomar por mi ventana. Hundí la cabeza debajo de la almohada y gemí.

"Carlie, no tenemos ocho años... ¿no crees que las 7 es un poco temprano...?"

Dijo algo, pero con la almohada encima de la cabeza, sus palabras sonaban amortiguadas.

"Súbete en la cama y túmbate un rato, no estoy lista para bajar y darle la cara a Renee y sus preguntas sobre Thomas otra vez." Carlie levantó las mantas a mi lado, haciendo una pausa antes de meterse y empezar a frotarme la espalda suavemente.

Cuando intenté volver a dormirme, giré y me puse boca abajo, y mi pierna rozó los pantalones de franela de Carlie. Espera, Carlie no lleva franela...

"¿Esta no es Carlie en la cama conmigo, verdad?" dije avergonzada. Los temblores que sentí por su risa, confirmaron mis sospechas. "¡Thomas!" grité mientras me daba la vuelta para ver su preciosa cara, a centímetros de la mía, con el pelo todavía despeinado como si acabara de levantarse.

"¡Feliz Navidad!" dijo alegremente mientras me incorporaba en la cama.

"¿Qué demonios estás haciendo aquí? ¿Cómo has entrado? ¿Quién te ha dicho que subas?" lo pensé durante un momento. "Renee..." murmuré el nombre de mi madre como si fuera una palabrota.

"La verdad es que ella es la respuesta a todas esas preguntas. Ella y mi madre decidieron anoche que todos ibais a venir a mi casa para desayunar. Ella y Charlie están preparándose, y Chris está despertando a Carlie." Señaló con el pulgar la dirección de la habitación de Carlie cuando escuchamos un grito. "Ves, ahora Carlie también está despierta." Su sonrisa hizo que me derritiese en sus brazos. Eso fue, hasta que llamaron a mi puerta, y Renee asomó la cabeza.

"¡¡Feliz Navidad, tortolitos!! Daos prisa, necesitamos irnos..." Se quedó en mi puerta con sus pantalones verdes de franela con arbolitos de Navidad.

"Um, hola mamá. Esto no es lo que parece, ¿y vas a ponerte ropa de verdad antes de que vayamos a casa de los Masen?" pregunté mientras me tapaba con las mantas para esconder la ropa interior de Thomas, que actualmente estaba en mi trasero.

"No, se supone que tenemos que ir en pijama. Órdenes de Liz. ¡Vamos, levántate! Y no te preocupes, no he visto nada..." dijo con voz cantarina antes de cerrar la puerta.

Miré a Thomas, al que le había divertido mucho toda la conversación. "No la animes. Te estoy avisando... no la animes," murmuré mientras ponía el codo en la almohada y apoyaba la cabeza en la mano a su lado. Imitó la posición de mi cuerpo, y me dedicó una sexy sonrisa que hizo que mi corazón latiera fuertemente. "Thomas ... sea lo que sea lo que estás pensando... déjalo..."

"¿Qué?" dijo inocentemente mientras se inclinaba y sentí sus labios por mi cuello.

Suavemente empujó el cuello de mi camiseta hacia un lado para poder besarme la clavícula. La cabeza me cayó hacia atrás mientras disfrutaba de la sensación de sus labios en mi piel. Su mano libre me rodeo la cintura y la apoyó en mi espalda para sostenerme.

"Te eché de menos anoche," me susurró mientras sus labios se movían a mi mejilla. "No tienes ni idea de cuánto..."

Emma, esto son problemas... Te estás acercando al punto de no retorno... Oh, venga, ¿realmente sería eso algo tan malo?

Boicots y Moscas de BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora