Medianoche

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Emma POV

Di dos pasos fuera y me paré en seco. Delante del edificio, aparcada en el bordillo, había una brillante limusina negra. El conductor llevaba un abrigo y una bufanda, abriéndonos la puerta. "Buenas noches, Emma. Vamos a sacarte del frío." Extendió una mano para ayudarme a entrar en la limusina con la acera nevada.

Miré a Thomas, que estaba sonriendo de oreja a oreja. Puso la mano en mi espalda y me llevó hasta la limusina. "Thomas, ¿qué has hecho?" dije entre dientes impresionada mientras cogía la mano del conductor. Simplemente se encogió de hombros como respuesta. Mientras me deslizaba en el asiento de cuero, escuché que la puerta se cerraba detrás de mí y el sonido de dos voces amortiguadas hablando suavemente y después riéndose mientras el maletero se cerraba.

Como sólo había estado en una limusina una vez para la boda de mi prima hace algunos años, estaba impresionada con el interior. Cuero marrón claro cubría los asientos, mientras que el tinte oscuro de las ventanas hacía casi imposible mirar fuera tan tarde por la noche. Había una botella de champán enfriándose en un cubito con hielo que estaba en un hueco en el lado del coche con dos copas esperando al lado. Miré el techo y vi luces colgadas por el interior y también un elaborado sistema de sonido y botones. Había una televisión en un rincón junto con un montón de DVDs. Todavía estaba toqueteando los diferentes botones que había en el techo cuando sentí un escalofrío y Thomas entró en la limusina.

"¿Una limosina?" pregunté, indicando con la mano nuestro impresionante alojamiento. "Thomas , no tenías que..."

Levantó el dedo y lo presionó contra mis labios, parando la discusión sobre ese tema. "Emma, planeo mimarte con cada oportunidad que tenga, necesito que entiendas eso. Y recientemente acabo de ganar algo de dinero..." Bajó el dedo, pero cuando abrí la boca e intenté protestar, sus labios ocuparon el lugar de su dedo, silenciándome otra vez.

El zumbido del cristal de separación al bajar interrumpió nuestro beso. "¿Sr. Masen, Srta. Emma?" dijo el conductor por encima de su hombro. "¿Están listo para irse?" nos miró a Thomas y a mí, sonriendo cálidamente.

"Sí George, gracias," contestó Thomas .

"Si necesitáis algo, bajad el cristal." George señaló el asiento de atrás. "Es el botón azul."

"Gracias George, creo que esteremos bien." Mientras el cristal volvía a subirse, Thomas se acercó más a mí en el asiento de cuero. Sus dedos me desabrocharon la chaqueta rápidamente, revelando el precioso vestido que había debajo. Murmuró algo pero no conseguí entenderle.

Mientras toqueteaba los controles de temperatura, me quité la chaqueta, dejándola doblada en el asiento al lado del mío. Thomas también se quitó su chaqueta, tirándola encima de la mía, antes de coger la botella de champán. Vi como quitaba el papel que rodeaba el tapón y empezaba a quitar los alambres que sostenían el corcho. Presionó un botón y el techo se abrió mientras apuntaba con la botella hacia arriba, moviendo el corcho de un lado a otro hasta que explotó, volando hacia el cielo nocturno. Me eché a reír al ver que un ligero reguero de burbujas caía en la mano de Thomas , mientras intentaba llenar nuestros vasos rápidamente.

"Deja que te ayude." Cogí las copas y las sostuve mientras las llenaba con la dulce bebida festiva. Le di una de las copas, quedándome la otra. Le miré a los profundos ojos verdes y levanté mi copa. "Por nuestra primera cita."

"Por el principio de nuestra vida juntos," contestó mientras entrechocaba su copa con la mía, sin apartar sus ojos de los míos. Mi corazón se derritió con sus palabras.

Di un pequeño trago de champán y entonces dejé la copa en un sujeta vasos cercano. Thomas se apoyó contra el asiento, muy relajado y satisfecho, así que me acerqué y me acurruqué contra él, apoyando la cabeza en su pecho. "Te amo." Murmuré mientras mis dedos empezaban a explorar la sección de su pecho que estaba expuesta por la parte sin abrochar de su camisa. Dio un pequeño salto cuando toqué su piel. "Lo siento, ¿tengo los dedos fríos?" pregunté, apartándolos.

Boicots y Moscas de BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora