✨07✨

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No podía creer lo que había pasado ayer con Thomas. Él es muy raro algunas veces, creo que no debí explicarle eso del amor.

En fin, debo bajar y enfrentarlo. Baje las escaleras y mire a Thomas viendo el televisor.

- Hola, Thomas.

- Hola - respondió sin despegar su vista del televisor.

- ¿Estás viendo caricaturas? - dije.

- No. Solo veo esos dibujitos que corren en esa ventana grande.

- Por eso. Esos "dibujitos" son caricaturas.

- Ah, entonces si estoy viendo esas cosas.

- Y no es una ventana, es un televisor. ¿Nunca habías visto uno?

- De dónde vengo no hay esas cosas.

- ¿De dónde vienes? - me senté a su lado - ¿¡Así que pudiste recordar algo de dónde vienes!?

- ¿Qué? Ah, no. Quise decir, que no hay de estas cosas o más bien no recuerdo si había de estás cosas en el lugar donde estaba. - dijo nervioso - Mi cabeza aún duele. - dijo sujetando su nuca.

- Olvídalo. Iré a ver a Alely. Si quieres puedes quedarte aquí y seguir viendo tus caricaturas. - me ignoro mientras cambiaba una que otra vez de canal - Parece un niño chiquito.

- ¿Qué dijiste? - respondió Thomas.

- Nada. Solo saldré.

- Iré contigo - se puso de pie.

- No. Descuida. Estaré bien, iré solo con mis amigas. Adiós. - tome mi bolso y salí de la casa.

Había mentido, en realidad fuí al banco a rectificar unas cuentas cosas. Desde que me tope con aquella desconocida no dejo de pensar en lo que me dijo.

- Buenas tardes - dije.

- Buenas tardes, señorita. ¿En qué puedo ayudarla? - dijo un señor.

- Quisiera ver el estado de cuenta del señor Matthew O'brien. - dije.

- Necesitamos que él venga personalmente, señorita. No podemos darle esa información a cualquiera.

- Sí, lo sé. Soy su hija menor, solo necesito rectificar unos estados de cuenta de hace unos años, tengo los documentos necesarios y también se su contraseña.

- Lo siento, señorita. Es información clasificada. Hace unos días también se lo explique a una mujer que también vino.

- ¿De qué habla? ¿Vino otra mujer? - dije.

- Sí. Hace unos días. Me pidió lo mismo que usted. Pero no puedo dárselo.

- ¿Acaso sabe si era una chica joven un poco mayor que yo que vestía de negro?

- Mmm... No, ella era una mujer mayor, no pasaba de los 43 años, y vestía un pantalón de mezclilla y una gorra negra. En fin, señorita. Si solo viene a eso, temo que no puedo ayudarla.

- ¿Y las cámaras de seguridad?

- Señorita, si continúa así, le pediré que se retire.

- Está bien. Le agradezco mucho. Ya me voy. - salí del banco y comencé a caminar.

No dejaba de pensar en aquella mujer de edad que también se había reunido en el banco. Por un momento se me vino a la mente mi madre, pero era imposible que fuera ella. ¿O no?

- ¡Sujétenla! - dijo un tipo alto acercándose hacia a mí con otros tres más.

...

My Lo(Ve)st Star. Thomas Sangster & Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora