Vacaciones; Wosanicru

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Agustín.

- Agustín, llegué- Gritaron de abajo y miré a Dani emocionado, estábamos escuchando música en mí pieza y
Valen estaba abajo escribiendo o algo así.

Su voz tan única e inconfundible.

- Dale, idiota. No te quedes ahí- Dan me pegó en el hombro porque estaba estático. Parece que soy un exagerado de mierda pero extraño mucho a mamá. -¡Anda a saludarla!- Me gritó. Le di un piquito y salí corriendo de la habitación.

Cuando estamos solos nos damos algún que otro beso o nos decimos amor. A mí nunca me gustaron las parejas que se tratan asi pero me encanta que me lo diga.

Al final de las escaleras estaba mí mamá mientras abrazaba a Valentín con un brazo y con el otro me esperaba a mí. Literalmente somos dos nenes chiquitos que salen corriendo cuando llega alguien que aman mucho.

Me tiré a los brazos de mí vieja sin importar que estuviera el amor de mí vida ahí, aparte del que se quedo arriba.

Sentí un bracito en mí espalda baja seguido de un besito en mí cabeza, acompañado de un 'perdoname por todo' y luego el calor que sentía un costado de mí cuerpo ya no estaba. Valen se alejó. Decidí abrazar y sentir esa calma que solo mí vieja logra darme.

- No quiero que me dejes nunca más solo, no te dejo- Hable aún aferrado a ella.

- Amor, ya no sos un nene chiquito- Se rió acariciando mí pelo.

- Me dijiste que siempre iba a ser tu nene chiquito- la miré con un pucherito, recordando una promesa que me hizo cuando era un pibito rompe pija.

- Te amo tanto, hijo. Sos lo más lindo que tengo- Dejo un beso en mi cabeza y volvió a abrázarme.

Estuvimos así unos segundos más hasta que me separé completamente y me di cuenta que no había nadie, Franco y su hijo se habían ido a la cocina.

- Mami, ¿Después podemos hablar de algo?- Pregunté aprovechando que estábamos solos. -Es importante, muy mucho diría yo- Nos reímos y ella asintió.

- Apenas podamos estar solos lo hablamos- Dispuso. -Ahora vamos con tu papá y Valen- Estaba caminando al comedor pero a medio camino frenó. -¿Dani está acá?- Preguntó.

- Si, se quedó nosotros. Ahora lo llamo-. Avise.

Mientas subía las escaleras le empece a gritar para que salga de la pieza.

- Enano trolo- Abrí la puerta y estaba mí bebé en la cama. -Hola, gordo- Me tiré al lado de él y lo abrace.

- Hola mí amor-

- Vino mí mamá, vamos a saludarla- Entrelace nuestras manos y sonreí.

- Tengo que saludar con mí suegrita- Me apretó aún más con sus brazos llenándome de un calorcito hermoso.

- Hablando de eso, quiero decirle lo que pasó- Me daba miedo que Dani se lo tome a mal pero necesito hablar con mí mamá. -Osea lo que pasó con Valen, lo que pasa entre nosotros y todo, ¿Que opinas?- Pregunté tímido.

- Sí eso es lo que necesitas, está perfecto, amor. Quiero que te sientas libre de hacer todo lo que sientas- Acarició un poco mí mejilla y sonreí. No puede ser que lo quiera tanto.

- Te quiero, amor-. Nos dimos un beso cortito y bajamos al comedor.

- Acá están los tortolitos- Nos hablo Franco.

- Ay, Danielito- Mamá casi corrió a abrazarlo.

Esa imágen me lleno de felicidad.

- Vengan a sentarse que ya estamos tomando mates- Habló papá.