CAPITULO 05

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IGUALES

Emma Williams

Cómo cualquier persona me gustaba disfrutar mis fines de semana, amaba todo lo que tenía que ver con el baile, la música y el alboroto de personas disfrutando como si no hubiera un mañana. Casi nunca salía pero cuando lo hacía iba decidida a cualquier cosa menos a sentarme en una silla a mirar cómo todos se divierten, yo también debía ser parte de la diversión.

Hoy estábamos en casa de mi madre, Amy y yo, arreglandonos un poco para ir a la discoteca ya que habíamos quedado que al menos una vez al mes saldríamos de fiesta. Aún me sentía algo resentida con Amy por aplaudirme el show que hice en esa boda de mentiras pero no podía seguir reprochando nada si la que falló fui yo, ella no tenía nada que ver con eso en lo más mínimo.

—¡HOY ES DÍA DE PERRAS! -grita Amy desde la silla giratoria de mi cuarto—. Emma, juro que si hoy no consigues a alguien que te folle me mato. -dramatiza mi amiga.

—No es como que yo no quisiera tener a alguien que me folle, ES LO QUE MAS DESEO. -grito mientras levanto mis brazos al aire y mi amiga suelta una carcajada—. No te rías, zorra.

—No me digas zorra, zorra. -dice entre risas—. ¿Sabías que Adam pertenece a peleas callejeras? Recién me enteré ayer por Diego...

Su pregunta me toma desprevenida y bajo la máquina de rulos para cabello volteando a verla interrogante. ¿Me importaba la vida de Adam? Totalmente, ¿Quería saber qué lo llevo a meterse en ese mundo? Es obvio que sí, nadie estaba ahí por placer pero conociéndolo se que tal vez ese sea el caso de él o no, quién sabía.

—No es como que sea muy importante pero supuse que no sabías y debía contarle a alguien que no fuera Diego. -sus labios se extienden en una gran sonrisa.

—¿Quieres decir que pelea en el callejón ese?

Aquí ese callejón era de mala muerte, a penas entras podías sentir el olor a sangre, sudor y hasta de la misma miseria en el aire, era repugnante.
Aquí en New York no era secreto que existían peleas callejeras, tráfico de drogas y narcotráfico, que no por ser una ciudad conocida iba a ser la excepción cuando de estos temas se trata. Recuerdo haber ido a ese callejón con Amy, Leonel y Diego; teníamos la sospecha de que alguien conocido iba a pelear pero Diego se puso intenso y tuvimos que irnos "con razón se puso así" teníamos la sospecha de que podría ser Adam pero no lo creíamos posible ya que nunca lo habíamos visto con algún rasguño o moretón pero ya veo que las apariencias engañan…

—Sip, ese mismo callejón. -dice pensativa —. ¿Recuerdas cuando fuimos con Diego y Leonel? Quizás por eso Diego  nos sacó rápido de allí; tal vez no quería que viéramos a Adam pelear.

La noto un poco juguetona pero al mismo tiempo un poco pensativa como si tratase de afirmar que eso fue lo que Diego planeaba, yo río ante lo conectados que están nuestros pensamientos pero decido solo bufar sin borrar la sonrisa de mi rostro logrando que Amy niegue divertida.

—Bueno, que lo aproveche. -digo al cabo de unos minutos—. No nos debería de importar su vida, allá él.

—Si, claro…-dice con cierta molestia—.  No debería.

El silencio que hay después de esas dos palabras se torna incómodo pero pienso que es cosa mía ya que en los labios de Amy aún sigue bailando esa sonrisa estúpida que tanto la caracteriza. Amy era una mujer muy hermosa; su piel es como una mezcla de caramelo con miel ya que era morena pero se podría notar ese toque brilloso y dorado en su piel como si se echara algo pero lo cierto es que no era así.

Un beso bajo la lluvia[#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora