21

1.2K 78 36
                                    

—Mierda Tomás no sé qué decirte. Yo también me siento terrible, no me lo creo.— dijo Mauro mientras veía a su amigo sentado en el último escalón de su escalera

—Fue mi culpa, ¿cierto?.— cuestionó Tomás con la vista perdida

—Por supuesto que no.— negó Mauro enseguida poniéndose enfrente de él— No digas eso. No fue culpa de nadie.

—Claro que si Mau.— susurró Tomás mirándolo— Si yo no hubiera manejado como un puto loco no hubiera pasado esto. Es culpa mía.

—Escúchame.— dijo Mauro poniéndose de cuclillas para ver a su amigo más de cerca— Olvídate de esa idea, ¿dale?. No fue tu culpa, actuaste porque tenías miedo, miedo de no llegar, miedo de que Nicole sufriera, no fue tu culpa. Va a despertar eso te lo aseguro, solo dale tiempo... cuando despierte arreglaran las cosas, y no se... capaz esta vez ustedes intenten...

—¿Tener un bebé?.— preguntó Tomás interrumpiéndolo

—Exacto.— asintió Mauro y la mirada de Tomás brilló— Uno que sea de ustedes, que sea tuyo.

—Si quiero, ¡maldita sea lo deseo tanto!.— Tomás negó con la cabeza— No tenés una idea de lo mucho que deseo tener un vínculo con ella que jamás nos separe. Que la haga quedarse conmigo para siempre.

Mauro asintió ante sus palabras, hace poco Mauro se había dado cuenta de lo importante que era Nicole para Tomás. Y no sabía cómo carajos había pasado eso, como de un día para otro empezó a amar tanto a Nicole y superar a Martina como si nada.

Martina era... su mujer, era esa mujer que, que era de Tomás, solo suya. Y era la que podía romperle y reconstruirle el corazón a Tomás. Pero esa idea se descartó cuando Nicole apareció.

Nicole se había convertido en esa mujer. Y Tomás la quería distinto, Tomás podía ser él sin tener que pretender ser alguien más, Nicole lo quería también, y también Tomás adoraba que Nicole tuviera tan buena relación con sus amigos.

Martina los odiaba y hacía de todo para hacerles saber que no los toleraba, sobre todo a Tomás. Le decía cosas hirientes cuando quería salir con ellos, muchas veces lo dejó durmiendo fuera de la casa de Martina por que venía de verlos. Martina era muy cruel, pero Tomás la amaba y tapaba las imperfecciones con besos, caricias y sexo.

Claramente no era una relación estable, ni sana, no era buena. Y se dio cuenta cuando Nicole entró a su vida.

Y ahora que no estaba con él, lo destrozaba. La extrañaba, sabía que no se había ido por cuenta propia, que no estaba en coma a propósito. Pero parecía que si, parecía que el hecho de que Nicole quedara en coma era como una lección para Tomás.

Para que se diera cuenta que: cuando una persona llega para llenar tu vida, lo hace por una razón. Y que cuando esta se va fue porque no la valoraste lo suficiente, y simplemente nos abandona.

Y Tomás no quería eso, no quería abandonar a Nicole, ni que Nicole lo abandonara a él. Sería como una pesadilla horrible para él. Se había vuelto tan dependiente a ella que dolía. Era una pieza importante en su mundo.

—¿Vas a ir al hospital conmigo?.— preguntó Tomás a Mauro y él asintió

—Obvio.

Ambos se montaron al coche y Tomás arrancó hasta el hospital. Pensativo como siempre, no podía dejar de pensar en ella, en su sonrisa en sus ojos.

Esos ojos que extrañaba ver, quería verlos de nuevo, quería que ella abriera los ojos y le dijera que ahí estaba con él de nuevo, que jamás se volvería a ir.

prohibido - c.r.o Donde viven las historias. Descúbrelo ahora