prohibido - c.r.o

04

Nicoletta

—Anoche estuve hablando con Emilio, casi toda la madrugada.— le confesé a Martina y ella sonrió— Es muy tierno, me muero.

—Te dije que era un amor— dijo guiñándome el ojo—, ¿piensan salir?.

—Si, hoy. A la fiesta a la cual vos también estás invitada.

—Bueno, ¿puede venir Tomás?.— trague saliva y sin pensarlo dije que si— Entonces nos vemos ahí, me mandas la dirección

—Claro.— asentí y después corté la videollamada

Tenía exactamente una semana desde que no había visto a Tomás o siquiera hablado con él. Por lo qué supe, Martina nunca le reclamó nada, entonces siguen igual que siempre; juntos.

Sacando pensamientos relacionados a él, le mande un mensaje a Emilio diciéndole que estaría lista en una hora para que pasara por mi. Me di una ducha rápida y después me vestí con una pollera pegada y un top. Me maquille un poco y me perfumé.

—¿A donde tan arreglada?.— me preguntó mi mamá cuando me vio bajar las escaleras y le sonreí

—A una fiesta. Llego temprano, ¿si?.

—Está bien. Cuídate.— me dio un beso en la mejilla y asentí, salí de mi casa y ahí estaba Emilio esperándome afuera.

Y por fin le pude ver los ojos en persona, eran de un azul algo oscuro con pestañas largas. Eran hermosos.

—Que linda.— murmuró mirándome de arriba a abajo y dejó un beso lento en mi frente— ¿Lista?.

—Lista.— respondí sonriendo y fuimos caminando a la fiesta, puesto que no estaba tan lejos.

—Creo que Martina ya está acá, me mandó un mensaje hace unos minutos.— dijo Emilio mirando su celular y asentí

Fuimos a la parte trasera de la casa donde ya había un poco de gente, y desde lejos vi a Tomás con Martina. Dándose besos. Fuimos hasta ellos y saludé a Martina con un abrazo, en cambio Tomás apenas me sonrió, y al verme tomada de la mano con Emilio lo miró a él con una mueca de desaprobación.

¿Y ahora que le picó?.

Tomás ladeó la cabeza y le dio un beso en la boca a Martina antes de pasar a lado de Emilio casi chocándole el hombro. Y se fue.

—No se que le pasa ahora, estaba re bien hace un rato.— dijo Martina mirando como se iba haciendo un puchero

—Déjalo, está loco.— le dije dándole un beso en la cabeza abrazándola— Mejor hay que beber.

—Bellas señoritas, me encantaría ponerme en pedo, pero quiero cuidarlas. Así que, cero alcohol para mi.— dijo Emilio alejando el vaso que le estaba dando y con Martina nos reímos

—Sos re mentiroso amigo.— dijo Martina y Emilio se cruzó de brazos

—Dale.— dije yo y tomé una botella poniéndosela en la boca para después inclinársela y que le diera un buen trago

—Cada día me gusta más esta chica.— dijo abrazándome y Martina sonrió enternecida

—Son hermosos, dios.— halagó Martina limpiándose una lagrima imaginaria

—Vos sos hermosa.— me susurró Emilio dándome un beso en la sien derecha y lo abracé

⚜️

Cuando sentía que me estaba meando subí las escaleras para buscar el baño, lo encontré y entré a mear. Me subí la ropa y tiré de la cadena para después arreglarme el pelo y maquillarme un poco más. Me lave las manos y cuando alguien abrió la puerta estaba apunto de gritar que estaba ocupado; pero en mi campo de visión apareció Tomás y rodé los ojos.

—¿No te educaron bien?, hay que tocar la puerta antes de entrar.— dije sin verlo y no dijo nada, en cambio escuché como puso traba a la puerta— ¿Me das permiso?

—¿Estas con Emilio?.— preguntó y alcé una ceja

—¿Y si si, que?.— pregunté ofendida y Tomás sonrió

—Tranquila, era sólo una pregunta.

—Pues después de como lo miras, y casi le chocas el hombro a propósito no puedo estar muy tranquila.

—Pasa que... me cae mal.— dijo alzándose de hombros recargándose en la puerta y asentí despacio

—Perfecto, no te pregunté pero gracias.— intenté poner mi mano en el picaporte pero colocó todo su cuerpo impidiéndomelo— Déjame salir

—¿Estas molesta conmigo?.

—¿Por que debería de estarlo?.— pregunté cansada poniéndome una mano en la cintura

—Por lo que te dije ese día en tu casa.

—Bueno, me sentí molesta al principio pero ahora ya no, ¿feliz?. Déjame salir.

—No era mi intención usar esas palabras, creo que no me explique bien.— dijo y me reí

—Si claro, pero no; créeme que te explicaste demasiado bien. Tan bien que me quedó claro que me besaste por que estabas drogado, y que no significó nada para vos, y que dejara de molestarte con eso. Y es lo que estoy haciendo, así que tranqui, te explicaste bastante bien.

—¿Y para vos significó algo?.— preguntó alzando una ceja y negué

Aunque no estaba muy segura. No sabía que me había pasado en ese momento con él.

—No, por Dios, tenía como unas semanas de conocerte.— justifiqué y asintió con una sonrisa socarrona

—Bueno. Es que como me dejaste en claro que fui tan...— se acercó a mi y susurró—...dulce.— se separó sonriendo aún más y después se alzó de hombros— Pues creí que si había significado algo.

—P-pues estás muy equivocado.— suspiré y asintió mordiéndose el labio

Alguien tocó la puerta y Tomás lo echó a gritos, dejaron de molestar y rodé los ojos.

—Me quiero ir.— hablé y asintió

—Yo también, ¿nos vamos de aquí?.— insinuó y negué frunciendo el ceño

—Estás loco si crees que voy a ir con vos a algún lado, a solas.— intenté poner mi mano una vez más en el picaporte pero la mano de Tomás viajó más rápido atrapando la mía y tiró de ella para pegarme a su cuerpo

—Eso de que estoy loco te lo creo. Pero que no quieras ir conmigo a otro lado a solas, mmm, no te creo.— susurró cerca de mi cara y mantuve mi postura, dura.

No iba a hacerme flaquear tan fácil, así me regalara más besos dulces y suaves.

—Sé leer a una mujer Nicole. Y se que vos necesitas algo en este momento, algo que solo conseguís con un hombre.— afirmó y cerré mis ojos al saber que no se equivocaba

Si, había ido a esa fiesta buscando ese algo. Pero no con Tomás.

—P-pues, para eso vine acompañada, y no de vos. Sino de Emilio, necesito ese algo, pero con él; no con vos.— murmuré pero en tono duro, para hacerlo sentir ofendido y que me suelte

Y resultó, me soltó la mano al mismo tiempo que me alejaba de su cuerpo. Sonreí satisfecha al ver su cara seria, realmente se había ofendido.

—Buenas noches.— le dije ahora si saliendo del baño y bajé las escaleras con una sonrisa

Cuando vi a Emilio a lo lejos le di un beso en la boca, y se sorprendió, nunca me había besado. Después terminó tomándome de la cintura para pegarme más a su cuerpo, y sonrió entre el beso.

—¿Nos vamos?.— le pregunté al oído y sonrió asintiendo feliz

Recogió sus cosas y nos despedimos de Martina, cuando íbamos saliendo nos cruzamos con Tomás. Le sonreí guiñándole un ojo y me fui feliz con Emilio a su casa.

Ahora esta noche yo era la satisfecha, y él, el ofendido.

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nicole viene para poner en su lugar a tomás dea.

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