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—Sos insoportable.— dijo Tomás cansado de los reproches de Nicole

—Lo siento, así soy.— dijo ella negando con la cabeza— ¿Hace cuanto?.

—¿Hace cuanto que, Nicole?.

—Hace cuanto te drogas...

—No tengo por qué decírtelo, no es tu vida, no es tu salud ni tu cuerpo, es mi puto problema.— sentenció mirándola fijo, al saber que no iba a entenderlo negó con la cabeza y pasó por su lado chocándole el hombro y salió de la casa

Nicole lo siguió con la mirada y vio cómo cruzaba la puerta. ¿Adonde iba?.

—¿Adonde vas?.— preguntó siguiéndolo y Tomás al escuchar su voz miró al cielo pidiendo ayuda

—No es de tu incumbencia, ahora regrésate a la puta joda.— ordenó señalando la casa, la cual estaba a dos calles

—No quiero, no iré hasta que me digas a donde vas.— dijo ella cruzándose de brazos y Tomás se pasó las manos por el pelo en señal de frustración

—Son las cuatro de la puta mañana Nicole, no te tiene que importar a donde mierda voy. Solo regrésate y quédate ahí.— dijo caminando hacia ella para asegurarse que regresara

—No me voy a ir.— repitió ella muy segura de sus palabras y miró fijo a los ojos de Tomás

—¡Dios mío solo regrésate!.— dijo en voz alta, la paciencia se le estaba agotando

—Voy a ir contigo.

—Estás loca.— dijo él negando— No vas a ir conmigo a ningún lado, te vas a regresar a la joda, y ahí te vas a quedar.

—No quiero.

—Me importa un bledo si querés o no, hacé lo que te digo.

Nicole no dijo nada, solo se le quedó viendo, viendo sus ojos rojos por la droga, mirándolo temblar en su lugar. Sabia que la estaba pasando mal, y solo quería ayudarlo, pero él no quería, no quería que lo ayudara; no la quería cerca.

Y no por que la odiará, o por que le causará algo negativo.

Nicole solo le causaba felicidad, amor, cariño... pero sabía que era malo que le causara cosas buenas.

La quería lejos, quería que se regresara a la fiesta, quería dejarla ahí. ¡Pero era tan complicada!.

—Andate.— ordenó una vez más, y Nicole volvió a negar

—No...

—¡Sos tan estupida!.— alzó la voz y Nicole se removió en su lugar al escucharlo hablar así— ¿Querés saber a donde voy, no?, pues no solo lo vas a saber, sino que vas a venir conmigo.

La tomó del brazo con fuerza, cruzó la calle sin fijarse si venía un coche que podría atropellarlos, pero por suerte pudieron llegar al otro lado sin problemas. Tomás continuó caminando tirando del brazo de Nicole, ella fruncía el ceño y arrugaba la nariz; le estaba doliendo.

—Me estas haciendo daño, Tomás.— susurró pero él no le hizo caso— Tomás me est...

—¡Cállate!.— le dijo en voz alta una vez más lanzándole una mirada pesada

Nicole no dijo nada, estaban empezando adentrarse en una calle oscura, y un escalofrío le recorrió el cuerpo, no sabia donde estaba. Tomás la soltó cuando la puso enfrente de él.

—Camina.— le ordenó a sus espaldas y Nicole por encima del hombro lo miró

—No voy a entrar ahí.— dijo ella mirando el callejón estrecho, y oscuro

prohibido - c.r.o Donde viven las historias. Descúbrelo ahora