Capítulo XI

14 4 15
                                    

Aún sigo estático en el medio del patio mirando hacia el árbol, tampoco dejo de pensar en lo que acababa de pasar hace unos minutos atrás. Como Trent se interpuso entre nosotros para impedir que peleáramos...

—¿Ocurre algo? —Pregunta Teresa al darme un tirón por lo bajo de la camiseta.

La miro y ella se veía preocupada, yo sonreí al verla con tanta atención en mí.

—Nada, solo me gusta el árbol —respondo señalando el enorme árbol frondoso que sostenía esa casa de madera.

—Ah... Entiendo —dice. Gira y mira el árbol conmigo pero no soportó mucho el silencio—. Mis amigos y yo solemos reunirnos en la casa del árbol.

Casa del árbol.

—Yo también solía reunirme con mis amigos en una —añadí cuando la vi tan pensativa.

Sus ojos se oscurecieron con mi comentario.

—Y ¿era cómo ésta? —Inquiere señalando la pequeña casa de madera.

—Sí, muy parecida.

Asintió mientras miraba la casa.

—Y... ¿Tú has venido antes a ésta casa? —Busca con cautela. Se veía tan curiosa por lo que yo le había dicho que se acercó y me jaló un poco más de la camiseta.

—Yo...

—Porque te me haces conocido, es como si te hubiese visto antes —interrumpió con rapidez.

Reí al tenerla tan cerca con mueca de confusión.

—¿Yo te parezco conocido? —Dudo con tranquilidad al tomar de nuevo mi postura.

—Sí... Es raro —afirmó. Volvió a pensar un momento, como si algo la estuviese molestando o como si solo estuviese pensando.

Solté una risa divertida por su estado. Ella me observó y dio un suave puñetazo en el brazo.

—No te burles —se quejó curiosa.

—Teresa deja a Andrew tranquilo —mandó la sra. Cristina al pasar por nuestro lado con algunas bandejas.

Teresa hizo un gesto de cansancio y continuó:

—Tengo otra pregunta más, ¿puedo hacerla?

—No —respondí y ella blanqueó los ojos.

—Es en serio —chilló con aburrimiento.

—Eso es nuevo, preguntar si puedes preguntar —pausé y ella negó—. Pero está bien. Pregunta.

Frotó sus manos rápidamente y después sus ojos brillaron con curiosidad.

—¿Habías venido antes a este... Pueblo antes? —Indagó con sus ojos levemente entrecerrados.

—Ehm... Se podría decir.

—Uhm... No me estás diciendo mucho —farfulló con disgusto. Pero a mí sólo me podía parecer graciosa.

—Deberías hacer mejor tus preguntas.

Simuló remedarme sin hacer ningún sonido, solo su boca moviéndose y siguiendo mis movimientos.

—Que infantil —bromeé al darle un sorbo a mi bebida.

—Tengo doce años ¿entiendes? Soy una niña. Tengo derecho —explicó, severa. Asentí con razón—. Bueno ya. Ahora sí haré una buena pregunta —aseguró tornándose mas seria.

—Pregunta entonces.

Pensó un poco y después volvió a mí.

—Tú... ¿eras el chico qué venía todos los veranos? —Investigó, y se quedó observándome expectante.

 LIFE NOTE -∆-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora