CAPITULO 8

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LISA.

—¡Joder Lisa, cuéntanos de nuevo!

—¡Seulgi, ya para! Es como la tercera vez que repite la historia. La pobre ya se quedó sin saliva.

—Momo, pero es que lo escucho y no lo creo. ¡Lo escucho y no lo creo!—negó freneticamente Kang agarrándose de la cabeza—Vamos, se vuelven a reencontrar luego de un año, en un mismo escenario y para darle la frutilla al postre, hasta llevaba su maldita sudadera, ¡Manoban!

—Muy romantico, eh—soltó Jisoo acostada sobre el sofa mientras se metía una enorme cucharada de helado a su boca. Levantó una pierna y la apoyó estirándola sobre la otra—eh, Limario, pásame el móvil.

—¿Y qué harás?—preguntó Harai tirada en el suelo.

—Esta encaprichada—especuló Seulgi bajando el volumen de la película.

—¿Encaprichada? ¿Manoban?—preguntó Jisoo con voz juguetona.

—Ya lo saben—dije sonriéndole a todas.

—Eres alergica al amor—asintieron Seulgi y Momo al unísono.

—No puede ser alergica a algo que nunca tocó—una quinta voz apareció en la habitación.

—¿Y este encanto quién es?—Kang la comió con la mirada a Rosé.

Bien, aquí iba a haber un triángulo amoroso si Jisoo no se ponía los jodidos pantalones.

Observé a Chu, quién se sorprendió por la presencia de Park. Sus manos temblaron haciendo que se le caiga el pote de vainilla que llevaba encima; intentó levantarlo pero fue en vano, terminó desplomándose en el suelo.

Que niña más mentirosa e idiota enamorada.

—¡Jisoo! ¿Estás bien?

—¡Rosé! ¡Sisi!—contestó apresurada parándose de golpe; caminó unos pasos hacía atras y chocó contra el sofa, resbalándose y cayendo sobre el—demonios...—balbuceó toda despeinada.

—Déjame ayudarte—había notado la intensidad con la que Seulgi observaba a mi prima. La última tiró de mi mejor amiga y la hizo quedarse parada en el lugar—¿mejor? Creo que se te cayó esto—levantó el tarro dándoselo en mano—¿cómo haces?

—¿Para qué?

—Para que pasen los años y sigas siendo la misma niña de cinco años.

Mi ceño se frunció sin saber si aquello era un cumplido o una burla. Creo que a la niña gamer le pasó lo mismo que a mi.

—¿Y tú? ¿Cómo haces?

—¿Para qué?—la cuestionó.

Si Jisoo, ¿para qué?

Yo estaba en mi salsa, amaba verlas a ambas tensas porque siempre negaban todo. Por fuera, usualmente que aparecían estos cortos espectáculos me mantenía seria; pero por dentro, estaba como el rostro de Michael Jackson comiendo palomitas de maíz y riendo.

—Para que pase el tiempo y sigas ocasionando esto en mi.

Bang Bang Jisoo.
Tenías que jugártelas una vez en tu vida, maldita y adorable nerd.

Y por primera vez, Park se había quedado muda. Ni ella ni mucho menos yo, esperábamos que la niña pollo soltara algo así.

Momo y Seulgi sin entender la situación se quedaron mirando y fingieron observar sus móviles como si nadie hubiese escuchado nada.

Tuve que aclarar ideas.

—Chicas, les presento a Rosé.

—¿Una folla-amiga?—indagó Momo guiñándole un ojo.

BLOOMING                                              Donde viven las historias. Descúbrelo ahora