Deuda

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Un troll sentado en su despacho en su lapsus recordando algo que lo ha tenido carcomiendo de su propio remordimiento por años, los recuerdos a veces le traen pesar y decepción a si mismo, esa escena cuando tenia a la gorda en sus manos pasa frente a sus ojos por enésima vez.

- ¡No Gideon! ¡No la matéis! – gritaba Sirius a Gideon
- ¿Y dejar que continúe su cruzada de odio?
- Mientras tenga poder no le podemos hacer nada.
- ¿Por qué dejar vivir al infame vivo recuerdo de la Condescendencia?
- Matar a un gobernante nos causaría problemas, dejad que se quede sin poder, por ahora solo déjala con esas secuelas.

Y los recuerdos todavía seguían pasando con el discutiendo con Sirius acerca del asunto.

- Pudimos haber acabado con esta guerra, ponerle fin a esta insensata matanza ¿Por qué me detuviste?
- Pequeño Gideon, entiendo como te sientes y también quiero hacer pagar a Jane Crocker... pero no de esa manera, no seria prudente convertirnos en ella si la hubiésemos asesinado en ese momento.
- ¿Convertirnos en ella?
- Es presidenta, matarla la hubiese convertido en mártir y víctima, lo cual para nosotros seria contraproducente.
- La dejamos vivir, podría lanzar un ataque en venganza.
- Lo sé, pero hasta que no quede fuera del gobierno que tiene en sus manos las nuestras no le harán nada, paciencia amigo.
- De acuerdo, confiare en ti.

Pero a pesar de eso le enoja por no haberla matado en el preciso momento, por lo que la furia lo colma y arroja la mayoría de las cosas de su escritorio al suelo para luego volver a sentarse sintiéndose la frente, la puerta se abre y es Arceli, su pequeña hija y la posesión mas valiosa que el tiene quien entra con dos tazas de té.

- ¿Papá? ¿Estas bien?
- Si hija, estoy bien, solo que.
- Tus recuerdos, si, mamá y el señor Sirius... que el Sufridor lo tenga en su gloria... me lo contaron.
- No te preocupes, preocúpate por como se desarrolla el torneo.
- Te traje té por si te ayuda eso.
- Gracias Arci. – toma la taza de té.

Ni siquiera el té y los bísquets que su hija le hizo lo calman, es una pena que no pueda cambiar el tiempo y remediar esto, tal vez solo si salía un rato de casa y de la rutina podría despejar sus dudas.

De visita en la casa de los Kiddo el desanimado sangre naranja se termino encontrando con Davian y Madison en un desayuno colmado de panqueques, tocino frito y licuado de frutas intento comer, pero los recuerdos volvían a atacar, la pareja observo a su amigo aun cuando el aroma del tocino se siente en el aire.

- ¿Estas bien Gideon? – pregunto Madison.
- ¿Yo? Si, estoy bien.
- Parece que no tuviste un buen sueño.
- No, no es eso, solo que...
- ¿Lo de Jane?
- Si.
- Viejo. – le hablo Davian. – No tenias opción, Sirius tenia razón, comprendo como te sientes, yo hubiera hecho lo mismo, pero sería meterme en un enorme problema.
- Daria lo que fuera por repetir ese momento y dejarle caer el martillo en su enorme culo... y cabeza.
- Lo hecho quedo hecho, no hay más.
- Es que... aagghh, lo que pude haber terminado si acababa con su vida.
- Oh vamos Thulle. – comento Madison con un tono dulce. – Ya no te preocupes por eso, si no por ti mismo, vive tu vida, todavía tienes a los acólitos, alguien debe guiarlos, además ¿Qué hay de Arceli? Es lindo pasar tiempo con tu hija fuera del campo de batalla.
- Supongo que sí, tienes razón
- Oigan caballeros. – interrumpía Gregory. – Tienen que ver esto.

Los tres se dirigían a la sala junto a Greg donde Miryam ya sintonizaba una transmisión de ultima hora desde el Capitolio de la Nación Humana, Stella Karalis tenia en su poder noticias que dar al pueblo.

"Buenas tardes ciudadanos de Nación Humana y para todos los que nos sintonizan en otros países, hoy por la mañana en consenso general y con amplio numero de votos a favor... a partir de ahora Jane Crocker ha sido separada de su cargo y sin derecho a regresar a su puesto como presidenta de la Nación Humana, luego de tensas discusiones creemos que lo mejor para nuestro pueblo seria destituirla y nombrar a lady Janis Layne como encargada del gobierno en lo que se organizan elecciones de emergencia para dentro de mes y medio... que tengan un buen día."

Los Kiddo quedaron sorprendidos ante la noticia hasta que se dieron cuenta que Gideon ya no estaba allí, la puerta había sido abierta y solo vieron que el corría hacia algún lado, mientras tanto el con el ceño fruncido y la furia en su alma ardiendo como una llama se dirigía hacia la única persona que podía darle "luz verde" para ir tras Jane, era Kylean Loftus, se detuvo y se dio cuenta de que en vez de correr y sudar cual cerdo podía teleportarse hasta el mismísimo Palacio Pontificio para verla.

Pronto la noticia de la destitución de Jane corrió como la pólvora, incluyendo a la mismísima Ciudad Santuario adonde Gideon había llegado frente a las puertas del palacio de Kylean donde la capitana de la Guardia Pontificia, Erza Guerkais y su lugarteniente Mixuis Ghaiz le esperaban por decirlo así.

- ¡Oye oye Gideon! – dijo Mixuis. - ¿Por qué la prisa vaquero?
- Tengo que ver a su ilustrísima ¡AHORA!
- Cálmate Gideon la verás. – le respondió Ezra. – Pero que es lo que te puso así para querer entrar de repente.
- Sobre Jane, así que dejadme entrar si no quiere que lo haga por la mala.

Las dos chicas le dejaron pasar y Gideon presuroso corrió hacia el despacho de Kylean donde cardenales y sacerdotes se habían reunido con ella en torno al asunto, cuando vio que el Maestro de la Orden del Martillo había llegado ordeno que le dejaran solo con él, pronto la sala quedo únicamente con dos personas adentro: Gideon y Kylean.

- ¿A que debo tu visita? Por lo general nunca vienes a verme a mi propia oficina.
- ¿Viste las noticias?
- ¿Lo de Jane? Si, me lo comento el metropolitano de la capital de Nación Humana, me imagino que viniste a que te de autorización para ir a atraparla ¿no es así?
- ¿Cómo lo sabes?
- Sirius me lo conto antes de que... partir a mejor vida, que esperabas el momento para que ella dejara el poder para ir tras ella.
- Tengo el presentimiento de que no querrás que vaya tras ella, aunque tu y los alcaides de La Roca se opongan la atrapare y hare que rinda cuentas ante la justicia.
- ¿Por qué debería detenerte?
- ¿No lo harás?
- Claro que no, Sirius me dijo que era casi una obsesión tuya atrapar a Jane, mas precisamente desde que tuviste la oportunidad de poder matarla hasta que te retractaste.
- Sabes que ese momento me tiene carcomiendo la cabeza desde que paso.
- Solo te pido no te dejes llevar por tu furia y tu urgencia de "saldar cuentas", si la vas a llevar ante la justicia solo te pido que no te salgas de tus cabales.
- De acuerdo ¿entonces?
- ¿Entonces qué?
- ¿Iré tras ella?
- Es toda tuya Gideon, tienes mi autorización, puedes usar las fuerzas que necesites... pero recuerda, no enloquezcas.
- Entendido.
- Ah y una cosa más. – le da a Gideon un enorme papel. – Para que vean que tienes autorización y potestad de cualquiera salvo la mía.

El papel que le dio a Gideon era nada más y nada menos que una bula donde llevaba escrita una orden de aprehensión contra Jane Crocker y el poder que le otorgaba a Gideon para atraparla, el solo se limito a agradecer y abrazar a Kylean antes de partir a su misión.

Ya en su casa telefoneo a sus amigos para que lo apoyasen a encontrar a la "gorda malvada" mientras se vestía con una armadura ligera y el "Martillo Definitivo", era hora de su tan ansiada cacería, antes de salir por la puerta en medio de la fría noche beso en la frente a su hija y le encomendó cuidar la casa en caso de no volver, ella abrazo a su padre y lo despidió, el en tanto con la mirada fija al horizonte estaba listo para comenzar su misión.

- Por el Sufridor, por el Profeta, por Sirius y por la Orden... te encontrare y terminare esto de una vez por todas Jane Crocker... ten por seguro que así será.

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