Había sido una semana tranquila. Sí. Tranquila. Desde su punto de vista no era mentira. Objetivamente, quizá… Bueno, lo importante: no mintió al decírselo al Sr. Eug, su psiquiatra.
Después de todo, habían días tranquilos y no tan tranquilos. Podía clasificarlos según su estado físico. El día que los villanos los emboscaron en la U.S.J. fue un día tranquilo comparado con el día del festival deportivo. El día que fue secuestrada definitivamente fue más tranquilo que los días que pasó entrenando en el campamento. Y, ciertamente, el día que obtuvo su licencia de héroe fue más tranquilo que cuando sufrió aquella sobredosis.
Bueno, aún así no mintió. Dijo «tranquilo» sin comparación. Lo sintió físicamente, así que no fue tranquilo según acostumbraba, pero tampoco exagerado.
Claro, tranquilo y fácil no eran sinónimos. No fue una semana fácil. Un tanto complicada para alguien que se la pasaba siendo arrastrada por la corriente.
Primero, estuvo el hecho de que fue castigada lo cual resultó en un bajón de su perfección. Esa había sido la causa principal, el detonante. Después estuvo aquél incidente que tuvo una sobredosis, terminó siendo regañada por Recovery Girl al punto que tuvo que contarle la verdad de su enfermedad por el bien de su nombre. Desgraciadamente el siempre presente Bakugō la vio en su momento más decadente. «Ameba» dijo Recovery Girl y sus compañeros le creyeron, era mejor que la imaginaran vomitando que intentando suicidarse. Por fortuna, el hecho de que Bakugō la hubiera visto no se extendió (hasta el momento), así que ella hizo un trato silencioso de no ir contra él.
«Ah, él también se ha comportado últimamente después de eso. Apenas lo he visto» pensó prometiendo que buscaría la causa. Lo consideraría una ganancia de no ser porque tenía un orgullo que mantener.
Por último, estuvieron las consecuencias. Le había llevado claveles y chocolates a Recovery Girl junto a una nota de disculpa. Present Mic bromeó con que el San Valentín de Recovery Girl llegó décadas tarde. Pese a que fueron aceptados, Recovery Girl ya había notificado del hecho a las personas que prometió.
La enfermera admitió no arrepentirse. Lo volvería a hacer. De hecho, lo haría explícitamente en la reunión próxima.
El primero en citarla fue Toshinori, pues fue la persona que la recomendó y por lo tanto su representante dentro de la academia.
Como héroe consideraba que había visto prácticamente de todo. Suicidios entre ese «todo». Algunos fueron evitados o postergados gracias a su intervención, otros se lograron. Los suicidios eran los casos más complicados, no estaba capacitado para ayudarlos y no podía hacer más que aconsejarlos ya que las batallas interiores eran las peores. All Might siempre fue mejor con los puños que con las palabras. Aún así, intentó hablar con ella y abordar el tema con toda su delicadeza.
La primera vez que enfrentó esos casos le habían dejado lecciones: a lo largo de su vida se dio cuenta una y otra vez de que no podía salvar a alguien sólo con desearlo. Después de su retiro lo hizo pensar en todas esas veces que dijo «te salvaré», en lo arrogante que fueron.
Ikiru intentó utilizar sus palabras para persuadirlo tratando, sin pensarlo mucho, frívolamente aquél delicado tema. Sin embargo, creía Recovery Girl ya lo había convencido de que sí fue un atento contra su integridad o All Might ya llevaba tiempo pensando esa posibilidad. Ikiru admitía que no era un posibilidad atípica.
«—¡Escúchame! —exigió All Might callándola».
Raramente All Might se exaltaba de esa forma. Especialmente no con ella, no cuando la trataba tan dulcemente, la defendía y justificaba como si estuviera criando una niña mimada. No recordaba qué había dicho para ponerlo así, pero trató de grabarse sus consejos.
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Ikiru || BNHA.
Fanfic«Haré que mi nombre resuene por el mundo como si fuera llevado por el viento. Haré que mi nombre siempre esté al lado de perfección como si fueran sinónimos. Me encargaré de mostrarle al público la idealización de mí misma, pero no el significado de...