Cómo invocar a un personaje de ficción [Katsudeku]

Adorable

El resto del domingo Katsuki se la pasó encerrado en su habitación, solo salió para comer e ir al baño, lo que era terrible para el pecoso que estaba desesperado por pasar tiempo con el aspirante a héroe. Para el lunes Izuku no pudo estar con él por la mañana antes de salir a estudiar, llevaba toda la tarde queriendo verlo y hablar con el rubio, tenía tantas cosas que preguntarle, pero aun a pesar de no poder verle al pecoso le fue inevitable estar animado todo ese día, pasó cada hora de estudio con una sonrisa en su rostro que nada podía arruinar ni siquiera las bromas de algunos bravucones, y eso a ellos no les gusto.

Ese día Midoriya tuvo que quedarse a ayudar con el aseo, así que fue de los últimos en salir, los pasillos estaban completamente solos, se podía escuchar el eco de sus pasos sobre las baldosas resonando con un sonido inquietante, pero a él no le importó eso su mente estaba en otra parte. 

Iba con una sonrisa en su rostro pensando en el rubio cenizo que se encontraba en su hogar, ese día le daría los apuntes de todas las clases que tuvo a Katsuki, aquella misma mañana cuando iba camino al tren pensó que quizás eso ayudaría al rubio a no quedarse tan atrasado en sus clases, solo esperaba que los dos estuvieran viendo los mismos temas o no serviría de nada, y él quería ser de ayuda, después de todo había sido su culpa que Bakugo estuviera atrapado en su mundo por una semana.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no escuchó los pasos que se le acercaban, solo fue consciente de que no estaba solo cuando sintió un fuerte jalón en su mochila. 

—¿A dónde vas con tanta prisa nerd? —dijo quien le sostenía de la mochila—. Todo el día hemos tenido curiosidad por saber que puede tener tan feliz a una mierdecilla como tú.

—Quizás por fin consiguió novia —sugirió uno.

—Lo dudo quien quisiera estar con una basura como esta, además recuerda que salió defectuoso —habló alguien justo a su lado.

—Suéltame Kenji-kun tengo afán— dijo Izuku mientras intentaba zafar su mochila del agarre del otro.

—Pues yo no creo que tengas afán, es más, ¿por qué no juegas con nosotros? 

Izuku tembló cuando vio a los dos amigos de Kenji acercarse a él con enormes sonrisas deformando sus rostros.

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—Deku, ¿por qué mierda llegas tan tarde? —dijo Bakugo al escuchar la puerta principal abrirse.

—Bakugo-kun, lo siento no volverá a ocurrir lo prometo. —Los zapatos de Deku cayeron al suelo con estrépito y un fuerte ruido sordo se escuchó en la entrada—. Iré a mi cuarto no tengo hambre.

Katsuki se asomó con el ceño fruncido para ver que ocurría . Midoriya corrió torpemente hacia las escaleras, pero el rubio le tomó del brazo antes de que pudiera subir.

—Estoy haciendo la cena y no permitiré que me dejes la comida lista. —Justo cuando terminó de hablar, Katsuki pudo notar que algo estaba mal con el pequeño chico frente a él, lo volteó con brusquedad y sus ojos se abrieron con sorpresa—. ¡Puta madre! ¿¡Qué diablos te paso!?

—No es nada, solo quiero ir a mi habitación —contestó Izuku con la mirada baja evitando los ojos del rubio mientras intentaba soltarse.

—¡No es nada! Parece que hubieras sido revolcado por un condenado carro. —Sin darle oportunidad al pecoso de escapar lo llevó hasta el sofá y lo obligó a sentarse para revisarlo mejor. Su labio estaba partido, una de sus mejillas hinchada y un poco amoratada, no había rastro de su mochila, su uniforme sucio y desgarrado—. (Hola soy censura)