Cómo invocar a un personaje de ficción [Katsudeku]

¿Debí esconderlo mejor?

—B-Bakugo-kun puedo explicarlo, eso no es mío— No le gustaban las mentiras, esa fue la idea que pasó por la mente de Katsuki al escuchar al chico de pie junto a la puerta, entonces la vergüenza que había estado sintiendo de repente fue remplazada por una rabia que lo impulsó.

Bakugo se levantó de la cama con una velocidad increíble, no le dio tiempo a Izuku ni siquiera de pensar en huir pues en un instante ya lo tenía aprisionado contra la puerta mientras le apretaba fuertemente el brazo.

— Dime la maldita verdad de una vez Deku ¿Qué mierda es esto?— dijo mientras ponía frente a los ojos del castaño el manga que había leído. Un chillido lastimero salió de la boca de Izuku sin saber muy bien como salir de aquel embrollo ¿Qué hacer en una situación así? Pues el castaño no lo sabía, no esperaba llegar a eso, y no tenía fuerza, tiempo o calma para buscar una excusa o solución.

— S-si me p-permites sentarme t-t-te diré— Bakugo lo soltó de mala gana y vio como el pecoso caminó hasta la cama y se sentó en esta con la espalda rígida, las piernas juntas, las manos sobre las rodillas apretadas en puños y la cabeza gacha.

Midoriya tomó varias bocanadas de aire mientras sentía que sus mejillas se calentaban por la vergüenza, eso era peor a que su madre lo hubiera encontrado, mil veces peor.

Su mente lanzaba excusas que le ayudaran a salirse del problema, pero por los nervios y el miedo nada realmente convincente se le ocurría, solo disparates sin sentido que iban desde que un fantasma puso el manga en su habitación, hasta que era sonámbulo y trajo el libro una noche mientras caminaba dormido, pero al saber que todo eso era una ridiculez sin sentido alguno, que ni siquiera el más idiota tomaría en serio, optó por enfrentarse al rubio con la verdad y rezar para salir vivo de esa situación — Sí, es mío— confesó al fin en un murmullo después de varios minutos.

— Eso es más que obvio— apuntó el rubio mientras se ponía frente a Midoriya y se cruzaba de brazos — ¿Por qué tienes algo así? ¿Te gusta esta mierda?

— ¡No!— gritó alzando la mirada, pero se arrepintió de hacerlo al ver la expresión de Katsuki que le decía "Sé que estás mintiendo otra vez", así que volvió a bajar la cabeza mientras se movía incómodo — E-está bien, si me gustan esas cosas.

— ¿Por qué compraste esa porquería de Kirishima y yo?— Izuku suspiró resignado, se notaba que el interrogatorio no iba a terminar pronto y ya sabía que no podría escapar de su inminente destino, solo morir como una persona honesta era su único consuelo.

— Porque me parece que hacen una linda pareja— El castaño respondió de forma rápida, pero clara, de repente la expresión de su rostro cambió, como si todo el miedo de hace unos instantes hubiera desaparecido al empezar a hablar de ese tema — Yo quiero que queden juntos, la forma en la que está contigo a pesar de tu exterior violento y malhumorado, Kirishima de verdad se tomó el tiempo de conocerte y ver más allá de las apariencias; el como hizo todo lo posible para convencer a los demás de salvarte cuando te secuestró la liga de villanos, estaba tan preocupado por ti en esos momentos; la forma en la que se complementan no solo sus koseis sino también sus personalidades y formas de ser; el que le permitas estar tan cerca de ti cuando se nota que no te gusta estar rodeado de personas, incluso le das consejos y lo ayudas cuando lo necesita, tus palabras le dieron fuerza en uno de sus peores momentos y sobre todo que le confiaras tu más grande secreto porque sabías que con él estaría a salvo y tendrías un apoyo en cada momento, alguien que te ayudara a llevar aquella pesada carga. Es por todo eso que creo que no hay nadie mejor para ti.

Hubo unos minutos de silencio mientras Katsuki pensaba con seriedad lo dicho por el pecoso, entonces habló con calma — Todo lo que dices es muy cierto, pero ¿Y si te dicen que no es así? ¿Qué harías si me emparejaran con otra persona? ¿Te es imposible imaginarme enamorado de alguien diferente?— preguntó el rubio con notable interés.