𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 8

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Cole se había quedado solo, así que decidió examinar la habitación con esperanza de hayar una manera de escapar, pasó por el sofá donde estaba sentado, frente a este había una pantalla plasma, una mesa de centro, pasó a ver otra partes del lugar; el baño tenía una ventana, pero la descartó al ver que era muy pequeña.

Había más ventanas, dos de hecho, pero estaban reforzadas por un sistema de seguridad hecho por la misma compañía de Sunner. Caminó un poco más, había una cocina pequeña, lo suficiente como para que una persona pudiese alimentarse con la comida que había ahí.

No había comido, su estómago comenzaba doler por el hambre, abrió el refrigerador y paseo su vista por todo su contenido, sus ojos brillaron al encontrar mini pizzas, al menos con eso podría sobrevivir mientras pensaba como huir o que alguien viniera en su auxilio.

Aunque no reclamaba por la comodidad, debía de admitirlo, Sunner tenía  clase para sus secuestros.

Se escuchó rechinar la puerta, Cole ya había puesto la pizza en el microondas. En realidad no le importaba quien era, debía de ser uno de esos tipos que había contratado Sunner para fingir su secuestro.

— Así que tú eres Cole — el susodicho dirigió su vista al desconocido, era un joven de cabello negro con ojos igual de oscuros, traía consigo unos lentes de media luna, vestía con una camiseta violeta y chaqueta negra.

Se parecía a Sunner, sólo que no era viejo.

— Ohh... papá no me dijo que el secuestrado era tan lindo — se acercó a paso lento.

Sí, definitivamente era hijo de Sunner, era igual de meloso.

El chico, que por el parecer era hijo de Sunner, se acercó demasiado, Cole puso sus manos en el pecho contrario alejándolo.

— Al menos invita un café — respondió Cole.

— Es verdad, se me estaban olvidado mis modales — hizo una pequeña reverencia, tomó la mano de Cole entre las suyas. — Mi nombre es Yuma — besó la mano disfrutando ver el avergonzado rostro del ninja de la tierra. — Un gusto conocerte —

— Para mí no fue tan gustoso —.

— Sé que no es lo más adecuado conocernos de esa manera, mis disculpas por eso — en un momento, Cole se descuidó dando la oportunidad a Yuma de poder tomarlo de la cintura y acercarlo como quería desde hace unos minutos. — Pero al menos nos conocemos —.
— Tú estás pero bien loco — trató de safarse, cosa que fue en vano, recordó que no había comido nada en un buen rato, eso disminuyó su fuerza, Yuma captó aquello, no dudó en aprovechar el momento.

Lo apoyó contra la pared, dejando los rostros muy cercanos.

Sunner no se había atrevido a tanto, agradecía eso.

Ahora tenía que ver como sacarse a ese tipo de encima, al verlo acercarse demasiado cerró los ojos esperando que ese momento pasara lo más rápido posible. Con delicadeza, Yuma le tomó del rostro, le giró para dejar su mejilla delante suyo, donde depositó un beso.

Cole se quedo ahí, inmóvil, escuchando el pitido del microondas dando a entender que la comida ya estaba lista.

— Estoy a cargo de cuidarte — Yuma ya se encontraba en la puerta para salir, pero antes volvió a dedicarle una mirada traviesa. — Así que me verás seguido por aquí — sonrío coqueto, le guiñó el ojo para después marcharse.

Apenas el chico se fue, Cole cayó de rodillas, se limpió la mejilla con la manga de su camisa, debía lavarse con mucha agua, al menos unas 10 veces, usaría cloro, sólo para estar seguro.
[...]

𝑀𝑢𝑟𝑑𝑒𝑟 𝑀𝑒𝑙𝑜𝑑𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora