La misión había sido todo un éxito, probablemente la misión más rara que hayan hecho en sus vidas, pero eso ahora no importaba, ahora que tienen la caja de Sunner no podría hacer nada para herir al ninja de la tierra, los siguientes tres días estuvieron en calma.
Yuma se encontraba en la cocina preparando palomitas de maíz, estaba de un mejor humor después de tal misión; cierto azabache entró a la cocina saludando al de lentes, el cual se encontraba ya con la bolsa de palomitas en sus manos.
— ¿Qué haces? — Preguntó sentándose en una silla.
— Preparaba palomitas — dijo sentándose delante suyo.
Fijó su vista en un mazo de cartas, una idea cruzó por su alocada mente, miró a su compañero recordando aquella fantasía de verlo vestido de sirvienta, se iría directo al infierno, estaba más que seguro.
— ¿Te gustan los retos? — Cuestionó con una desafiante sonrisa.
— Claro, ¿qué tienes en mente? — Cole no se percató de la maldad en los ojos del contrario, parecía distraído en sus pensamientos.
Tomó la baraja para comenzar a mezclar las cartas con mucha agilidad.
— Es simple, es un juego totalmente al azar, al que le salga primero un joker, gana — dijo colocando el maso en el centro de la mesa.
— Entiendo, suena divertido — el maestro de la tierra se encogió de hombros, suponía que un juego como esos podría ayudarlo a entretenerse un poco, aún estaba abrumado por lo de los días anteriores.
— ¿Qué tal si apostamos? — Una pervertida sonrisa se formo en sus adentros, mientras que por fuera, parecía haber sonreído de la manera más dulce que podría, hasta ese entonces, Cole le puso su total atención, quiso arrepentirse en ese momento, Yuma no era de confiar con esa sonrisa, o tal vez estaba siendo muy paranóico.
— Me parece bien, ¿qué quieres apostar? — Aceptó entretenido con los números del mircooondas que iban bajando.
— Veamos... — Yuma fingió pensar un momento, Cole comenzó a sospechar que todo eso era en realidad un plan muy bien fingido. — Si tu ganas dejare de ser tu acosador durante toda una semana — Cole sonrío ante lo dicho, si bien a veces Yuma parecía estar tranquilo, tenía sus arranques de locura cuando menos se lo esperaba, no estaba conforme con lo dicho, no parecía favorecer mucho, al menos no para Cole.
— ¿Y si tu ganas? — Lo miró de arriba a abajo tratando de descifrar lo que sea que estuviera maquinando en la mente contraria.
— Harás todo lo que yo te diga un día entero, ¿aceptas? — Estiró su mano como forma de cerrar el acuerdo, Cole siguió dudando al principio, pero terminó aceptando, que podría salir mal.
— Te lo advierto Cole, soy el Dios de las apuestas — alardeó seguro de su victoria, esa coqueta risa no podía significar nada bueno.
Cada carta fue sacada de una en una del mazo, sin ningún joker a la vista, pero esa era la idea, en ese mazo de cartas no se encontraba ningún joker, cuando fue nuevamente el turno de Yuma de tomar una carta, deslizó rápidamente desde la manga de su camisa un joker, esta quedó en sima de las demás cartas dando la ilusión de que esta ya se encontraba allí desde un inició, una sonrisa se formo en el rostro victorioso de Yuma.
— Vaya sorpresa, ¡el Dios vuelve a ganar! — Gritó subiéndose a la mesa para comenzar a bailar improvisadamente.
— ¡No es justo! — Reclamó restregando su cara en la mesa, era obvio que nada bueno podría venir de Yuma, ¿acaso era algún tipo de ilusionista?
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𝑀𝑢𝑟𝑑𝑒𝑟 𝑀𝑒𝑙𝑜𝑑𝑦
FanfictionExisten, entre las cosas más peligrosas, armas que no tienen filo, que no explotan, armas que pueden ser tan inocentes que, algunos dirían que eso no podría matarte. Pero el mundo está equivocado, no saben qué a veces en las cosas más sencillas pued...