11. Un lugar seguro

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LIA

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LIA

Tras recibir una llamada en medio de la noche que me desconcertó en su totalidad, tuve que salir apresurada y en pijama, sin recalcar que tomé el auto de mis padres sin aviso alguno.

Me encontraba en una estación de policía sin comprender nada, mientras que ese chico pelinegro al que seguro le esperaba una paliza, me observa con los ojos lagrimosos.

—¿Usted conoce a este joven? —interrogó el oficial.

—Sí, es mi amigo.

—Bueno, su amigo condujo después de beber y atropelló a un inocente bote de basura en el vecindario Seongbuk-dong.

Se me erizó la piel y miré a SeongHwa atónita.

—¿Seongbuk-dong? —cuestioné—. ¿No es por donde vive tu padre?

Él no respondió, solo bajó la mirada.

—Bueno, señorita. Un nivel de alcohol en la sangre de 0,03 por ciento es el límite permitido para menores de veinticuatro años. Sorpresivamente su amigo cumple con los requisitos, su licencia de conducir será suspendida por dos meses y tendrá que pagar la multa por el bote de basura.

Solté un suspiro más preocupada que aliviada. SeongHwa no era el tipo de persona que cometía una barbaridad así. Lo miré con el ceño fruncido y él se encogió de hombros.

—¿Dónde pago la multa? —pregunté.

—La acompaño —me indicó el oficial y yo le seguí el paso.

No estaba enojada, pero tampoco estaba de buen humor. No es la primera vez que le tenía que salvar el trasero a mi amigo, pero sí era la primera en la que lo arrestan, cosa que sobrepasaba los límites.

—Habla —le dije mientras lanzaba el ticket de pago sobre su regazo y cerraba la puerta del auto.

El silencio se extendió por varios minutos. Sabía que si no presionaba, SeongHwa nunca me diría nada, pues siempre era así. No daba explicaciones si no era necesario, siempre guardandose todo para sí mismo.

—No eres el tipo de persona que va chocando botes de basura por doquier —reclamé.

—Lia —suspiró y echó su cabeza hacia atrás en el asiento— no le digas a mi madre.

—Lo haré si no me dices que demonios sucedió, Park.

Mordió su labio inferior con incomodidad negado a contarme. No se podía salir con la suya, era un tema que me preocupaba y necesitaba saberlo. SeongHwa jamás conduciría bajo influencia del alcohol.

Resoplé y volví a insistir:

—¿Fue por tu padre? ¿Por eso estabas en Seongbuk-dong? —me miró de reojo y supe que di en el blanco—. ¿Tuvieron otra discusión? —asintió.

Línea de Meta - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora