❝En una pista en donde San no podía correr, WooYoung dibujó las nubes.❞
San es un atleta universitario que ama correr, pero tras un terrible accidente, su más grande sueño se ve afectado, quitándole la capacidad para caminar.
Cuando comienza a verl...
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SAN
¿Alguna vez han tenido ganas de matar a alguien? Yo sí.
Las múltiples lesiones en mis piernas que incluyen, lesión en el ligamento cruzado anterior, desgarre en el tendón de Aquiles, un esguince en la cadera y varias magulladuras en músculos, no son la razón de mi parálisis.
Si bien mi informe médico oficial explica de forma explícita; «El paciente, ha sido diagnosticado con discapacidad motriz severa, ocasionada por múltiples lesiones en tendones principales.» Yo, Choi San, he sido diagnosticado de forma errónea. Y todo esto no hubiera sido descubierto si mi fisioterapeuta no hubiera solicitado una resonancia magnética tras una leve sospecha al analizar con detalle mi informe.
No importa que tan graves fueran las lesiones, esa no era la razón de mi parálisis.
Según la resonancia magnética, tuve un accidente cerebrovascular. Los síntomas se producen repentinamente e incluyen debilidad muscular, parálisis, pérdida o alteración en la sensibilidad de un lado del cuerpo, entre otras cosas. Conclusión; mis piernas no estaban tan mal.
Se jodieron con el tiempo, tras una inmovilización prolongada, obteniendo como consecuencia una rigidez articular y una perdida de capacidad propioceptiva. Según el terapeuta, es mucho mejor que el daño tenga que ver con mi cerebro, de acuerdo a lo que me dio a entender, solo necesito despertarlo.
—No entendí ni una mierda —dijo Melquíades.
—En pocas palabras, sí podrá volver a caminar. La razón de su rigidez es consecuencia de la inmovilización. Si la terapia se hubiera llevado a cabo de inmediato, probablemente ya hubiera mucho avance.
—Eso no cambia nada, sigo aquí sin poder caminar —dije.
—Lo que te ha mantenido inmóvil, es tu mala actitud, si hubieras sido positivo desde el principio y accesible con la terapia, ya estarías compitiendo en una carrera —explicó el fisioterapeuta—. Tu cerebro olvidó como caminar, necesitas motivarlo.
—¿Así de fácil? —pregunté incrédulo.
—Tu lesión es cerebral. No importa cuantos aparatos te ponga en las piernas, eso no te hará caminar, solo estimula los músculos.
—Por un carajo...
—¡Yup! Actitud positiva —dijo Melquíades.
Solté un suspiro y apoyé las manos en los brazos de la silla. Motivación. Si mis piernas estaban bien, entonces solo debía despertar a mi cerebro. No era tan difícil, ¿cierto?
Con ayuda de los demás, logré ponerme de pie. El frío del suelo se sintió abrumador, extraño y deleznable. Un cosquilleo recorrió mi columna vertebral y sonreí ante la extraña sensación. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que no sentía el frío en las plantas de los pies? El terapeuta me sujetó fuerte con las manos y las enfermeras fueron cuidadosas al colocarme el arnés que me sostendría sobre el suelo.
