15. Corazón cálido

1.6K 270 195
                                    

SAN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SAN

—Solo hay siete autos de ese modelo registrados en Seúl. Solo uno de ellos se encontraba en nuestros expedientes con multas antiguas —explicó el oficial—. Dos de ellas son recientes, una por conducir bajo influencia del alcohol y otra por agresión física en una fiesta.

—¿Están seguros que fue ese sujeto? —el rostro de mi madre brillaba en esperanza.

—En realidad ya lo detuvimos —dijo el hombre—, no niega los cargos, pero explica que no fue el que condujo aquella noche. Dice que lo escoltaba otro hombre.

—¿Cómo? ¿Realmente creyeron esa mentira? —cuestiona mi padre con enojo.

—No, señor. Pero debemos investigar correctamente —declaró—. Este hombre sigue insistiendo en que no es el culpable del accidente, quiere que busquemos a quien codujo aquel día.

Bajé la cabeza cohibido por el temor, coraje y angustia. Si algo quería, es que ese hombre estuviera tras las rejas pagando por sus crímenes, no importaba quién fuera el verdadero culpable, solo sentía la necesidad de que alguien sufriera lo que yo estaba sufriendo.

—¿Qué hay del otro accidente? ¿Es la misma persona?

Recordé el ultimo caso de atropello y fuga de la ciudad.

—Tampoco acepta los cargos de ese accidente —suspiró cansado.

Me sentí un poco triste al ver el semblante del hombre, se veía cansado, como si de verdad hubiera pasado noches enteras investigando mi caso. Aunque por supuesto que no solo era el mío, sino el de muchas personas más, que al igual que yo, buscaban justicia.

—¿Entonces? —inquirí impaciente—. ¿Encontraran al otro tipo?

—Debemos hacerlo —confirmó—. Nos dijo que fue un acompañante de tragos quien condujo en su lugar, asistiremos al bar que frecuentó por última vez, asegura que es un empleado de ahí.

La conversación no duró más de treinta minutos, las palabras fueron breves y precisas, encontrarían al otro sujeto, lo interrogarían y al final, acorralarían a uno, se ejecutaría un juicio y una gran suma de dinero sería dada a mi familia por el incidente. Sonaba fácil, bonito y justo.

Pero mis piernas valen más que eso. Mi sueño, mi deseo.

 Mi sueño, mi deseo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Línea de Meta - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora