★Capítulo 12★

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Pov. Lucy

Abro los ojos y veo que estoy en el tren. Seguramente llevaremos unas tres horas de viaje, serán diez en total para llegar a Persia.

Miro hacia delante y Sting sigue durmiendo. Un chorrito de baba le cae de la boca y se lo limpio. Está bastante mono durmiendo. Decido levantarme e ir al baño a hacer mis necesidades. En el camino me tropiezo con un señor un poco más alto que yo con capucha.

—Lo siento señor —Él pasa de mí. Vaya con él, como si le hubiera hecho algo...

Cuando salgo del baño y llego a los asientos, Sting está despierto. No nota que he llegado y cuando voy a hablarle se pega un susto:

—¡Buenos días, Sting!— se gira rápidamente y está bastante exaltado. Yo hecho a reír y me mira con indignación.

—Joder, menudo susto me has pegado. Yo que estaba tranquilo viendo el paisaje— mi risa disminuye un poco —Por cierto, ¿dónde has estado?

—He ido al baño. En el camino me he encontrado con un señor muy raro con capucha, al tropezarme con él me he disculpado y ni siquiera se ha molestado en mirarme.

—La gente de hoy en día...— los dos asentimos.

El tren decide hacer una pequeña parada en mitad del camino y aprovechamos para salir e ir a visitar un poco el pequeño bosque que rodea la estación.

Pov. Sting

Nos adentramos en el bosque y hasta que los árboles nos rodean. Seguimos un camino y cada vez hay más árboles que por su aspecto, parecen centenarios y flores de todos los colores. Lucy está fascinada. Nunca había visto tan bella expresión en su rostro. Confiésate ¿Qué? Vaya pensamiento se me acaba de ocurrir. Ni siquiera sé si le gusto aunque sea un poco. Pero la idea de confesarse aquí está muy bien. Un paisaje bastante bonico.

—¡Mira Sting!— volteo y veo a Lucy observando una bella flor de un color azul cielo con degradados.

—No te acerques, puede ser venenosa — hay que asegurarse.

—¡Pero qué cosas dices Sting!— me da unos golpecitos en la espalda en plan sarcasmo.

—Como pase algo...

Lucy coge la flor envolviéndola con una tela y nos dirigimos al tren.

Cuando subimos, veo que Lucy está rara. Seguro que ha sido la flor.

—Lucy ¿te pasa algo?

—¿Ehh?— murmura.

Tiene la cara roja y los ojos entrecerrados. Le toco la frente con la mano y tiene fiebre. Le digo a uno de los guardias que hay en el tren si puedo ocupar un vagón con camas y él asiente. Me dirijo a uno y la dejo en la cama, pero con el acto me tropiezo y caigo encima de ella. Nuestros labios se rozan y ella también lo nota. Me besa. El beso se vuelve lento pero a la vez profundo, después un poco más largo y 'rápido'. Nos separamos y nos miramos. Ella sigue roja y yo empiezo a estarlo. No lo puedo creer: ¡acabamos de besarnos!

—Ehhmm... yoo... lo siento— y salgo corriendo del vagón.

★★★★★★★

Empezar de ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora