Capítulo 23

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RACHEL.

Me encuentro en una videollamada con Dana, nos estamos poniendo al corriente de las noticias.

—¿Qué tienes para contar sobre tu vida amorosa?—curiosea, mientras pone una sonrisa de oreja a oreja—Me encanta tu novio amiga, es todo un romántico.

Suelto una risa.

—Si lo es, ahora decidí viajar con él a Seattle—digo, mi amiga se queda plasmada ante la confesión que le acabo de dar. Me decidí a irme con él, para poder estar en unos de sus peores momentos. —Su abuela se encuentra realmente mal, y quiero estar con él en este momento.

—Ben tiene suerte de tenerte Rachel—comenta—Un día quiero conocerlo, para que pase por mi revisión de parejas.

Mientras hablamos con videollamada con Dana empaco, en mi maleta mis ropas para cada ocasión, ya que no sabré cuando me será útil

—¿Y tu madre sabe que te iras con el—interroga, mientras se pone cómoda en su cama.

—No lo sabe, pero creo que me dará permiso—musito en voz baja, para que mi madre no me escuche. Dana se asombra y se perfectamente la razón, por no decirle a mi madre antes.

—Rachel, ¿estas segura que tu madre te va a dar permiso en plenos exámenes?

Asiento, mientras guardo mi último conjunto de ropa y luego cierro mi maleta.

—Sera fácil de convencer o al menos lo intentare, quiero estar ahí para Ben en estos momentos—digo, mientras me siento en una silla de mi escritorio y acomodo el celular. —Hablemos de otra cosa, ¿dime que tal te va con los exámenes?

—Son difíciles—se encoje de hombros—Pero todo se soluciona con un poco de café, en la madrugada mientras estudio.

—Sí, eso también me ha ayudado mucho ahora y como va todo por allá—inquiero.

—Un calor insoportable—ríe—Como siempre y estamos pensando ir en un balneario para refrescarnos

Una voz nos interrumpe, ruedo los ojos es mi madre llamándome.

—¡Rachel!—grita.

—Dana hablamos más tarde, mi madre me llama te mantendré al tanto de todo—explico.

—Bye, y suerte con tu madre.

Bajo las escaleras a pasos apresurados, y mi madre está parada en la sala con el ceño fruncido. Oh, no más problemas no, por favor.

—¿Si, madre?

—Alguien te busca afuera, creo que es el hijo de Isabel. —indica, y se sube a las escaleras, pero antes la detengo.

—Mamá—Ella me mira con una ceja arqueada, antes de subir todas las escaleras—Después necesito preguntarte algo. —Asiente y sube las escaleras.

Uff eso sí que estuvo cerca, abro la puerta y me encuentro a Ben, el voltea a verme me da una pequeña sonrisa. Él está vestido con una remera blanca, luego tiene un campero color negro que se ajusta totalmente a su cuerpo, y con unos jeans del mismo color. Yo en cambio solo llevo mi pijama no soy nada comparado a él.

—¿Lista?

—¿Lista para qué?—averiguo, el me mira con una ceja arqueada y luego nega.

—Para el viaje tontita, ¿para que otra cosa más?

Oh el viaje, tendré que convencer más rápido a mi madre de lo imaginado.

—Hay un pequeñísimo problema

—¿No me digas que te olvidaste empacar?—murmura

—No, no, es solo que—volteo hacia ambos lados, para evitar que alguien nos escuche, cierro mis ojos—Todavía no le pedí permiso a mi madre.

El suelta una risa, y luego me abraza por la cadera, me mira directamente a los ojos, esos ojos verdes que me tienen como loca por él.

—Eso no es problema que mi encanto, no pueda arreglar—me besa la frente para luego, deshacer del abrazo—La voy a convencer tu solo, espera aquí

Asiento y me quedo esperando afuera, solo ruego que pueda convencerla.

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El estúpido de alado [Pausado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora